Cada vez más, el mármol se convierte en el protagonista de suelos, encimeras de cocina, marcos de chimeneas y baños. La elección de este material se complica por su multitud de estilos, diseños, colores y texturas, pero algo más sencillo es decidir el acabado que presenta.
En cualquier marmolería se ofrecen estas cuatro posibilidades:
– Pulimentado: es el más habitual porque su acabado liso y brillante atrae los usuarios que están interesados en colocar mármol en zonas de la casa como el baño o la cocina porque el poro está tapado, lo que le hace ser más higiénico y resistente que otros acabados.
– Abujardado: su superficie queda rugosa de manera uniforme, lo que le confiere un carácter rústico.
– Flameado: este acabado es similar al anterior sólo que la rugosidad es irregular. Está especialmente indicado para ambientes y decoraciones con predominio de elementos naturales.
– Apomazado: su acabado es liso pero mate, de tal manera que también se cierra el poro pero no se llega a sacar el brillo. Recomendado para todo tipo de suelos y exteriores.