Estudiar Formación Profesional

La reciente creación de un título de Formación Profesional (FP) de Grado Medio denominado Técnico en farmacia y parafarmacia, no responde a un simple capricho de las administraciones educativas, sino a una realidad palpable en el mercado laboral español: el constante crecimiento de productos parafarmacéuticos, asociado a una gran demanda por parte del público, que hace necesario un nuevo perfil profesional con la formación adecuada para mejorar la atención al usuario de estos productos y ofrecer mayores posibilidades comerciales a los establecimientos. Criterios similares a este son los que fundamentan la creación o la permanencia de las más de 140 titulaciones de Formación Profesional de Grado Medio y Superior, agrupadas en 22 familias profesionales, que ofrece actualmente el sistema educativo español. Los mismos que hacen que la tasa de inserción laboral de estos titulados se sitúe en el 92,6%, en el caso de Grado Medio, y en el 88,8% en el Grado Superior, según se desprende de los datos del Observatorio Joven de Empleo en España, correspondientes al segundo trimestre del 2007.

Y es que, el antiguo concepto de la Formación Profesional, como respuesta formativa a aquellos alumnos que no podían o no querían continuar con sus estudios de Bachillerato se ha transformado en una formación que responde a la demanda real de empleo. Aún así, los prejuicios sociales y familiares ante esta formación siguen latentes en nuestro país, sobre todo en lo que se refiere a los ciclos educativos de Grado Medio.

Las diferencias con otros países europeos son evidentes, mientras que la media de estudiantes de Formación Profesional de Grado Medio en la Unión Europea asciende al 54%, superando al Bachillerato, en España tan sólo el 36% de los jóvenes se decanta por esta opción, tal como reflejan los últimos datos del informe Panorama de la Educación 2007 elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sin embargo, parece que la Formación Profesional de Grado Superior se está librando en mayor medida de estos prejuicios, de hecho, de forma paralela a la disminución de la tasa de entrada en la educación universitaria en nuestro país, se ha incrementado de forma notable el acceso a estos estudios, pasando del 15% en el año 2000, al 22% en el 2005, lo que sitúa a España por encima de la media europea.

La realidad es que, durante este curso 2007-2008, más de 450.000 estudiantes están matriculados en alguna de las 146 titulaciones de Formación Profesional de Grado Medio (235.110 estudiantes) y Grado Superior (208.830 estudiantes). Unos títulos que se van incrementando y actualizando periódicamente en la medida en que el mercado laboral demanda nuevos perfiles profesionales, tal como se recoge en la pagina Web de Formación Profesional del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC). En esta misma Web, se pueden consultar, una a una, las fichas de los títulos de Grado Medio y Grado Superior que conforman el catálogo de Formación Profesional, en las que se detalla, además del Plan de Formación y duración de los estudios, las competencias profesionales que se adquieren y los puestos de trabajo que se pueden desempeñar con cada titulación. En el caso de los títulos de Grado Superior, se recoge asimismo el listado de titulaciones universitarias a las que se puede acceder directamente con cada título.

En la actualidad a través de la Formación Profesional de Grado Medio se puede acceder a 68 titulaciones. Entre las más demandas por los estudiantes destacan: Gestión Administrativa (21,2%), Cuidados Auxiliares de Enfermería (10,2%) y Equipos e Instalaciones Electrotécnicas (8,7%). Aunque estos datos varían sustancialmente si atendemos a las diferencias por sexo del estudiante. Así, mientras las titulaciones pertenecientes a la familia de Electricidad y Electrónica son las más demandadas por los varones, las mujeres se decantan en su mayoría por las familias de Administración y Sanidad.

El acceso a estas titulaciones de Grado Medio es directo siempre que se haya obtenido el titulo de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Aquellos que no lo posean, pueden acceder a estos estudios a través de una prueba específica de acceso a Grado Medio, siempre que se tengan como mínimo 17 años cumplidos en el año de realización de la prueba.

Esta prueba, cuyo contenido toma como referente los niveles académicos de la ESO, es convocada al menos una vez al año (normalmente en junio) por las distintas comunidades autónomas. En la Web de las diferentes Consejerías de Educación, suelen estar disponibles estas convocatorias, donde se detallan tanto los plazos de inscripción, como las exenciones que establece cada comunidad para la realización de parte de la prueba: aquellos que hayan superado un programa de cualificación profesional, estén en posesión de un certificado de profesionalidad o acrediten una determinada experiencia laboral. De forma general, tal como establece el Real Decreto de Ordenación de Formación Profesional, estarán exentos de realizar esta prueba aquellos que tengan superada la prueba de acceso a la universidad para mayores de 25 años. Por otra parte, a la hora de calificar la prueba, se tendrá en cuenta en la puntuación la realización de los cursos preparatorios para la prueba de acceso que ofrecen las distintas comunidades autónomas y que se pueden consultar asimismo en las páginas Web de las Consejerías de Educación.

Los ciclos de Formación Profesional de Grado Medio, con una duración entre uno y dos años (1.300 a 2.000 horas), se organizan en módulos formativos, cuya finalidad es preparar al estudiante para las necesidades propias de un puesto de trabajo. Entre estos módulos, se incluye obligatoriamente un Módulo de Formación en Centros de Trabajo (FCT), que representa entre un 23% y un 36% del ciclo formativo y permite completar el aprendizaje y mejorar la cualificación profesional en una empresa del sector.

La conexión entre el ámbito educativo y laboral que proporciona la realización de este módulo práctico es una de las razones de las ventajas competitivas con las que cuentan los estudiantes de Formación Profesional a la hora de incorporarse al mercado de trabajo, ya que permite a las empresas conocer de primera mano las capacidades de los jóvenes estudiantes y propicia la continuidad de los alumnos en ellas, de hecho, según los datos del MEC, un 40% de los alumnos se quedan a trabajar en la misma empresa en la que han realizado las prácticas.

Pero además de incorporarse al mercado laboral, opción por la que se decantan la mayoría de los jóvenes que terminan ciclos formativos de Grado Medio, estos titulados también pueden continuar su formación una vez obtenido su título, ya sea incorporándose al Bachillerato, realizando otro ciclo de Grado Medio o apostando por un ciclo de Grado Superior.

El modo de acceso a estas alternativas es directo en los casos de Grado Medio o Bachillerato, pero para incorporarse a estudios de Grado Superior, se debe realizar una prueba de acceso y estar titulado en un ciclo de la misma Familia Profesional que se quiere cursar.

La Formación Profesional de Grado Superior se compone actualmente de 78 titulaciones agrupadas en 22 familias profesionales. De entre todas ellas, Administración y Finanzas es la favorita entre los estudiantes de estos ciclos formativos, tanto para hombres como mujeres, cerca del 16% elige esta titulación. Administración de Sistemas Informáticos y Desarrollo de Aplicaciones Informáticas, en el caso de los varones, o Educación Infantil y Laboratorio de Diagnóstico Clínico en las mujeres, son las que encabezan la lista de las titulaciones de FP de Grado Superior más solicitadas. Los titulados Superiores de Formación Profesional de Grado Superior obtienen la cualificación necesaria para realizar trabajos técnicos propios de la profesión, al igual que los de Grado Medio, pero también para asumir responsabilidades de planificación, organización y coordinación, lo que los hace firmes candidatos para ocupar puestos de dirección medios dentro de las empresas.

El acceso a Grado Superior se puede realizar por dos vías. Por una parte, de forma directa con el título de Bachillerato en cualquiera de las modalidades, aunque en el caso de que no existan plazas suficientes, se dará siempre prioridad a aquellos alumnos que hayan cursado la modalidad de Bachillerato que se determina para cada título. También se puede acceder a estos ciclos formativos a través de una prueba de acceso a Grado Superior, para la que es necesario tener 19 años, o bien tener 18 años y estar en posesión de un título de Técnico de Grado Medio de la misma familia profesional.

Esta prueba, igual que su homónima en Grado Medio, es convocada por las distintas comunidades autónomas y consta de una parte común y una específica. La parte común se corresponde con los contenidos del currículo de Bachillerato, mientras que la específica valora las capacidades del candidato respecto al campo profesional al que quiera acceder. De esta última parte, tal como regulan las Administraciones Educativas, podrán estar exentos aquellos que hayan superado un ciclo formativo de Grado Medio, los que posean un certificado de profesionalidad relacionado con el ciclo formativo o aquellos que acrediten una experiencia laboral de al menos un año en el mismo campo profesional.

La duración de cada ciclo de Grado Superior es variable en función de la competencia profesional de cada uno, y oscila entre 1.300 y 2.000 horas. De la misma manera que en Grado Medio, hasta un 25% de la formación se destina al Módulo Profesional de Formación en Centros de Trabajo, una vez finalizado este módulo, los estudiantes de Grado Superior deben realizar asimismo un módulo de proyecto fin de ciclo.

Con el título ya en la mano, es destacable el número de titulados en Grado Superior que continúa estudiando, un 34,7% según los datos de la Encuesta de Transición Educativo-Formativo e Inserción Laboral (ETEFIL 2005). Según esta encuesta, entre aquellos que deciden continuar su formación, un 24,6% se incorpora a la Universidad y un 9% a otro ciclo de Grado Superior. A ambas formaciones el estudiante puede acceder de forma directa, aunque en el caso de la Universidad, el acceso directo está limitado a aquellas titulaciones universitarias que se recogen en la norma de cada uno de los títulos profesionales.