Un edificio de energía cero cubre todas sus necesidades energéticas gracias a su diseño y sus materiales eficientes y a las fuentes renovables instaladas en el mismo, por lo que no emite dióxido de carbono (CO2). Las ventajas de estos edificios en la lucha contra el cambio climático y la dependencia energética de los combustibles fósiles ha convencido a las autoridades de Reino Unido, que obligarán, a partir de 2016, a que todas las nuevas viviendas sean de este tipo. Asimismo, en otros países del mundo también se está invirtiendo en su desarrollo, aunque el elevado precio de construcción y el bajo desarrollo de estas tecnologías ecológicas frenan por el momento su generalización.
¿Qué es un edificio de energía cero?
El objetivo básico de un constructor convencional es levantar una vivienda con los menores costos de edificación posibles, dentro de la legalidad vigente. De esta manera, que consuma más o menos energía durante toda su vida útil es algo secundario, recayendo además su gasto en el inquilino. Por ello, no deber resultar llamativo que la ineficiencia de los edificios estándar provoque más consumo de energía que el transporte o la industria, según el Instituto Americano de Arquitectos.
Asimismo, las posibilidades a ambos lados de estos edificios también son interesantes: Se habla de edificios de energía ultra-baja cuando no siendo cero tratan de gastar lo menos posible, y edificios de energía plus cuando son capaces incluso de generar más energía de la que necesitan, pudiéndola almacenar o vender a la red eléctrica.
No obstante, los criterios utilizados en los distintos países a la hora de lograr el balance energético son muy diversos, por lo que no hay una definición única ni un estándar que determine las características precisas que debe contar una construcción de energía cero.
Las técnicas pasivas, como el aislamiento térmico o el aprovechamiento del calor solar o incluso el metabólico, pueden conseguir que el consumo energético destinado a climatizar el edificio se reduzca entre un 70% a un 90%
Por otro lado, las técnicas pasivas, como el aislamiento térmico o el aprovechamiento del calor solar o incluso el metabólico, generado por sus ocupantes, pueden conseguir que el consumo energético destinado a climatizar el edificio se reduzca entre un 70% a un 90% sin necesidad de sistemas de generación eléctrica.
En definitiva, un edificio de energía cero aglutina una serie de tecnologías medioambientales que para lograr sus objetivos puede hacer un mayor hincapié en los sistemas pasivos de eficiencia energética, o en sistemas más activos de generación eléctrica mediante fuentes renovables.
Por ello, antes de empezar el edificio, los diseñadores de estas casas ecológicas utilizan sofisticadas herramientas informáticas de simulación 3D para incorporar, de la mejor manera posible, aspectos como el emplazamiento y su orientación, el clima local, los materiales empleados, el aislamiento térmico, la iluminación, o la eficiencia de los sistemas eléctricos y de climatización. En este tipo de edificios, los consultores ambientales o los expertos en bioclimática son una parte importante del proyecto arquitectónico.
Ejemplos mundiales destacados
Reino Unido se ha tomado muy en serio la implantación de este tipo de viviendas ecológicas. En diciembre de 2006, el gobierno anunciaba que para 2016 todas las casas de nueva construcción deberán ser de energía cero. En este sentido, las normas británicas que regulan este sector en la actualidad no obligan a edificar siguiendo estos principios, pero van a ser cada vez más estrictas en los próximos nueve años, en la línea del Código para Casas Sostenibles (CSH en sus siglas inglesas), de manera que se pueda alcanzar el objetivo expresado.
Algunos constructores de la isla ya están realizando esfuerzos para alcanzar los parámetros del carbono cero. En el barrio residencial de Oxley Wood, a las afueras de la ciudad de Milton Keynes, situada a 75 km. de Londres, la compañía George Wimpey ha levantado 145 casas que, si bien no llegan a ser de energía cero, superan ampliamente los actuales estándares del sector.
La vivienda en Reino Unido es una de las más ineficientes energéticamente de Europa
Alemania es otro país muy concienciado en la sostenibilidad de las viviendas. Los estándares de la “Passivhaus” germana llevan años siendo referencia mundial de casas elaboradas con tecnologías modernas de sistemas pasivos de eficiencia energética. Asimismo, algunos de sus diseñadores demuestran que se encuentran en la vanguardia de estas tecnologías. En el concurso internacional “Solar Decathlon“, promovido por el Departamento de Energía de Estados Unidos, un diseño de casa ecológica de la Universidad Tecnológica de Darmstadt ganaba el primer premio.
En cuanto a edificios de energía cero en Estados Unidos, pueden citarse diversos ejemplos. Uno de los primeros edificios comerciales de carbono cero en este país se inauguraba en octubre de 2007. Ubicado en San José, California, se trata del edificio de la empresa de diseño sostenible Integrated Design Associates (IDeAs). Por su parte, Google acaba de terminar un sistema de electricidad solar para su sede en Silicon Valley, capaz de generar 1,6 MW (suficiente para alimentar mil casas) y cubrir un tercio de sus instalaciones.
Además de Estados Unidos, otros países también están desarrollando diversas iniciativas de edificios de carbono cero. En Canadá, el estándar R-2000 también ha sido referente mundial en la construcción de casas de baja energía. Asimismo, la “Net-Zero Energy Home” es una asociación industrial canadiense que promueve la construcción de viviendas de energía cero. Por su parte, la corporación Canada Mortgage and Housing patrocina la competición EQuilibrium Housing, que permitirá levantar doce proyectos de este tipo de viviendas por todo el país.
Por su parte, el continente asiático también puede proporcionar espectaculares ejemplos. En la ciudad de Guangzhou (Cantón en su nombre tradicional en español) al sur de China, la compañía Skidmore Owings & Merrill tiene previsto finalizar para 2009 un rascacielos de oficinas de 69 plantas basado en los principios de la energía cero. Y en Malasia, Ruslan Khalid Associates inauguraba en octubre de 2007 el “Zero Energy Office” (ZEO), un edificio de oficinas para la Pusat Tenaga Malaysia (PTM), una compañía sin ánimo de lucro promovida por el Ministerio de Energía de este país.
Ventajas e inconvenientes
Los defensores de los edificios de energía cero enumeran diversas ventajas, principalmente de interés para los bolsillos de los consumidores. Los sistemas de eficiencia energética incorporados a estas casas reducen considerablemente el gasto energético en luz, agua caliente y climatización, garantizando el confort diario de sus inquilinos.
Asimismo, al autoabastecerse de energías renovables, sus propietarios no tienen que preocuparse de los posibles vaivenes de los precios del sector energético, ni de la escasez de combustibles fósiles. Además, se trata de casas de gran calidad, cuyos sistemas están garantizados para funcionar durante décadas.
No obstante, la construcción de edificios de edificio cero también plantea una serie de inconvenientes que es preciso tener en cuenta. Una de sus principales desventajas es que la utilización de estas tecnologías, especialmente la instalación de energías renovables, suele implicar unos mayores costes iniciales de construcción con respecto a los edificios convencionales. Por ejemplo, los edificios ingleses del barrio de Oxley Wood cuestan casi el triple que una vivienda convencional, mientras que los de la compañía Potton superan el doble de coste.
Los sistemas de eficiencia energética incorporados a estas casas reducen considerablemente el gasto energético en luz, agua caliente y climatización, garantizando el confort diario de sus inquilinos
El ideal de estos edificios es que puedan ser autosuficientes, sin necesidad de estar conectados a la red eléctrica. Sin embargo, para lograrlo se requieren unas grandes inversiones iniciales que en la actualidad requieren ser subvencionadas para poderlas llevar a cabo. Por ello, sus diseñadores suelen conectarlos a la red para poder responder a las fluctuaciones en la demanda de calor o energía eléctrica.
Por su parte, y más como una crítica que como un inconveniente, también se recuerda que la mayoría de las definiciones de edificios de energía cero no incluyen las emisiones generadas en la construcción del mismo.