La calidad de las imágenes, el factor más importante

Los marcos de fotos digitales incorporan las ventajas de la imagen digital al tradicional soporte de las copias de papel. Gracias a las pantallas TFT y a su reducido fondo, resulta posible simular la apariencia clásica de estos adornos. Pero, ¿qué ofrecen ahora mismo este tipo de aparatos? Para averiguarlo se ha realizado una prueba práctica durante un mes sobre cuatro portarretratos digitales cuyos precios se encuentran entre los 115 euros y los 129 euros. En concreto se han utilizado los modelos:

• Toshiba PA3637E-1ETC
• Philips PhotoFrame 7FF2FPA
• HP df750
• Parrot DF7220

Todos ellos cuentan con una pantalla de 7 pulgadas, un tamaño que corresponde a las copias impresas de 10 x 15 centímetros, las dimensiones más extendidas entre los marcos convencionales.

Tres de los aparatos ofrecen una resolución de pantalla de 800 x 480 píxeles, que asegura una visión correcta de las instantáneas desde casi todos los ángulos. Sólo si se contempla desde abajo se observa que la imagen se oscurece. El modelo que peores resultados ha obtenido a este respecto ha sido el Parrot, cuya resolución es muy inferior (410 x 234 píxeles) , con un resultado más pobre en la reproducción de fotos: los colores se muestran en ocasiones saturados y no se aprecian los detalles en su totalidad.

Por otro lado, mientras Philips y Parrot se centran en la fotografía, la función principal de estos aparatos, Toshiba y HP incorporan a su vez prestaciones audiovisuales. Así, estos dos marcos pueden reproducir música en MP3 mientras se contemplan las instantáneas. HP también incluye la opción de reproducir vídeos.

La memoria interna de estos equipos es bastante pequeña. Toshiba sobresale en este aspecto, con 64 Megabytes, que se incrementan en la práctica porque además reajusta de manera automática el tamaño de las fotos que se trasladan desde una tarjeta de memoria. Así se consigue que se puedan almacenar más de 1.000 instantáneas distintas. Philips también está dotado de esta función, aunque sólo dispone de 10,3 Megabytes de capacidad.

Se ha observado que los marcos dan prioridad a la lectura de imágenes desde las tarjetas de memoria, e incluso ofrecen más funciones que si se opta por la memoria interna y se usa el cable USB que proporcionan para pasar las fotos desde el ordenador. El ejemplo más claro se halla en el modelo de HP que, desde su memoria interna, sólo puede reproducir fotos, mientras que con la tarjeta puede acompañarlas de música, entre otras posibilidades. Por esta razón, conviene adquirir una tarjeta de memoria para estos equipos, que suelen aceptar los modelos más habituales del mercado: SD, Memory Stick, MMC, xD, y Compact Flash.

Los cuatro portarretratos analizados se pueden colocar tanto en posición horizontal como vertical. Además leen JPEG, el popular formato comprimido que domina la Internet visual y que todas las cámaras pueden registrar. Por añadidura, el modelo de Toshiba acepta el formato BMP y Parrot añade el GIF.

En cuanto a su manejo, los cuatro aparatos giran automáticamente las imágenes verticales, una característica que evita que los espectadores tengan que girar la cabeza para observar las fotografías de forma correcta. Ninguno incluye batería ni compartimento para pilas, por lo estos marcos digitales deberán colocarse en lugares cercanos a un enchufe y estarán limitados por la longitud del cable de alimentación. Además, hay que tener en cuenta que datos como la hora o la fecha se borran si se desenchufa el marco de la corriente eléctrica. Dos marcos han destacado por contribuir a un consumo de energía más racional, Philips y Parrot, ya que permiten programar las horas de encendido y apagado.

Al mismo tiempo, Toshiba, Philips y Parrot sirven como relojes. Philips le añade además la posibilidad de fijar una alarma despertador, mientras que Toshiba ofrece un modo de calendario mensual sobreimpresionado sobre las fotos del portarretratos.

Precio: 116 euros Lo mejor: La visualización de las fotografías. Es el marco con mayor memoria interna (su capacidad es de 1.000 imágenes). Las teclas iluminadas en la parte frontal ayudan a un manejo más sencillo.

Lo peor: Modifica el encuadre de las instantáneas. En ocasiones los sensores no responden con velocidad. Las huellas de los dedos se quedan marcadas en el portarretratos.

Este marco define bien los colores de las fotografías y los muestra vivos y naturales. Sin embargo, cabe señalar que modifica el encuadre y acerca ligeramente la imagen. Esto provoca que se pierda el encuadre original; si no hay suficiente aire (espacio libre) en los bordes, puede que no se vean partes importantes de la fotografía.

Toshiba ha diseñado un aparato que tiende a lo audiovisual. Cuenta con un modo que permite reproducir música mientras se disfruta de las instantáneas siempre que encuentre archivos MP3 dentro de la tarjeta de memoria. De entrada, sorprende su estética con un borde negro donde en apariencia no hay botones con los que manejarlo. Una vez encendido, se comprueba que se encuentran en la parte inferior del aparato en forma de sensores negros integrados en la propia carcasa e iluminados con una luz cada vez que se pulsan.

Estos mandos producen un efecto espectacular cuando se encienden a voluntad del usuario y después se apagan solos. Ahora bien, como aspecto negativo, en ocasiones su capacidad de respuesta más lenta que los botones convencionales. Así sucede cuando se trata de bajar o subir el volumen de la música.

Cuando se traspasan las fotografías desde una tarjeta de memoria se reducen de manera automática sus dimensiones. El tamaño final del archivo es más de 20 veces menor que el de los originales, sin que se aprecie una pérdida de la calidad durante el visionado, cualidad que permite aprovechar al máximo la memoria interna de 64 Megabytes y que se pueda llegar a almacenar más de 1.000 imágenes, la mayor cifra entre los equipos analizados. Sin embargo, si el traspaso se realiza desde el ordenador mediante el cable USB suministrado, las instantáneas no se comprimen sino que se copian con su tamaño original.

Otro punto exclusivo del Toshiba es su modo de calendario, en el que se sobreimpresiona encima de las fotos, y de forma permanente, la hora mediante un reloj analógico. Por otro lado, se ha percibido un detalle estético que puede redundar de manera negativa en el aspecto de este portarretratos. El borde, que incluye los sensores táctiles, recoge las huellas de los dedos, por lo que puede dar la impresión en ambientes muy iluminados de que el marco está sucio o descuidado.

El modelo de Toshiba se maneja con sencillez. Una vez que los botones de la carcasa se encienden, la pantalla se sobreimpresiona con dos cinematográficas franjas que indican la función de cada uno de los mandos. Nos ha parecido bastante útil la opción por la que copia todos los archivos de la tarjeta de memoria nada más introducirla en el marco, lo que agiliza su proceso de traslado.

Se pueden fijar hasta 10 intervalos distintos de tiempo durante los que la imagen se mantendrá fija en el portarretratos. En este caso, van de los cinco segundos y una semana de tiempo, el plazo más largo entre todos los marcos de la prueba práctica. El usuario dispone de cinco efectos de transición distintos para pasar de una imagen a otra y también puede seleccionar que la presentación se realice sin ninguna clase de cortinilla.

Entre las opciones que permite este marco se encuentran la de elegir el modo de reproducción (secuencial o aleatorio) y realizar un zoom para acercar la imagen a cualquier detalle que se desee observar con detenimiento.

Precio: 129 euros. Lo mejor: La fidelidad de las imágenes reproducidas. Reduce automáticamente el tamaño de las fotos que se copian desde la tarjeta. Se programa el encendido y el apagado. Lo peor: Su uso requiere cierta práctica. No dispone ni de audio ni de vídeo.

Este marco muestra las imágenes con nitidez. Si queda por debajo de Toshiba se debe a que muestra unos colores más fríos. Philips se limita en este modelo a centrarse en la fotografía y no permite reproducir ni audio ni vídeo.

Entres sus prestaciones destaca una: reduce de forma automática el tamaño de las instantáneas que se copian desde las tarjetas de memoria a unas dimensiones 726 x 544 píxeles, sin que pierda calidad la imagen. Mediante esta acción se consigue ampliar la memoria interna de 10,3 Megabytes para que quepan unas 30 fotografías. Sin embargo, no sucede lo mismo en el caso de que se introduzcan desde el ordenador mediante el cable USB, por lo se puede agotar el espacio disponible con sólo 10 fotografías si antes no se han redimensionado en el PC.

Resulta bastante útil la función de programar las horas de encendido y apagado, una buena medida para ahorrar energía cuando nadie lo utiliza. Sólo Parrot, además de Philips, incluye esta función. En la misma línea, incorpora una alarma que puede servir de despertador si se sitúa en la mesilla de noche. Además, este aparato incluye una función de retoque básico: elegir qué fotos se quieren mostrar en blanco y negro.

El uso de este portarretratos requiere de cierta práctica. Como los botones se encuentran en la parte trasera y algunos son bastante pequeños, resulta difícil atinar en un primer momento con el mando correcto. Esto sucede porque al mismo tiempo se debe mirar la pantalla por delante, donde el marco explica, mediante una sobreimpresión, las funciones de cada botón.

El usuario puede elegir que las fotos se reproduzcan en orden secuencial o aleatorio y establecer hasta diez lapsos de tiempo distintos durante los cuales la imagen permanecerá fija en la pantalla, desde los cinco segundos hasta un día completo. Junto con el modelo de Toshiba es el más completo en este aspecto. Cuando se produce el cambio de instantánea, el usuario ya dispone de hasta cuatro efectos de cortinilla que se pueden elegir de forma individual o combinarlos por azar.

Precio: 115 euros. Lo mejor: Reproduce audio, vídeo e imágenes. Se maneja con un práctico mando a distancia. Lo peor: No se puede conectar el marco con el ordenador. No redimensiona las fotos.

Su marco se caracteriza porque tiene más fondo que el resto de aparatos analizados (más de tres centímetros) aunque se tiene muy en cuenta la estética. Es el único que incluye dos carcasas intercambiables, una en color negro y otra en marrón. Respecto a la visualización de las imágenes, se ha visto superado por Toshiba y Philips. La razón: tiende a mostrar colores ligeramente saturados y con menos nitidez que los dos marcos citados.

El aparato de HP realiza una apuesta fuerte por lo audiovisual que trasciende la función originaria de los marcos. Junto con el modelo de Toshiba, permite contemplar las imágenes al son de las canciones grabadas en MP3 almacenadas dentro de la tarjeta de memoria, gracias a los altavoces estereofónicos que incorpora. Así se consigue una visualización más espectacular y se ambienta con música relacionada. El volumen de los altavoces es suficiente para que se escuche en una habitación de la casa con claridad. Por otro lado, se puede disfrutar de la música sin que se muestre ninguna foto. También permite ver vídeos, codificados en MPEG-1 y en AVI, el único modelo de la prueba práctica que lo permite.

Sin embargo, todas estas funciones se encuentran condicionadas al uso de una tarjeta de memoria externa. La memoria del marco sólo puede albergar 15 imágenes, el peor dato de la prueba. Este aparato carece de la opción de conectarse al ordenador mediante un cable USB para traspasar las fotos. A cambio permite conectar memorias USB a través de una entrada lateral. Sin embargo, a menos que ésta sea muy pequeña, sobresaldrá por un lateral, con un resultado final estético no muy armónico.

El usuario puede seleccionar dos formas de contemplar las instantáneas: con su tamaño natural adaptado a las dimensiones de la pantalla, por lo que pueden quedar espacios en negro, o mediante una ampliación para que ocupen toda la parte visible de la pantalla, aunque modifica los encuadres originales.

El mando a distancia contribuye a que el modelo de HP sea el más usable de los marcos analizados. Se trata de un control remoto ligero, pequeño y bien diseñado, que logra un manejo intuitivo. Además, permite detener la reproducción de las fotografías y realizar un zoom que acerque la imagen.

El modelo de HP sólo permite fijar cinco lapsos de tiempo durante los que la imagen se mantendrá fija, el peor resultado junto con Parrot. Los efectos de transición entre las imágenes son variados, pero el usuario no puede elegir cómo se presentan, sino que se debe resignar a la elección automática que realice el portarretratos.

Precio: 115 euros. Lo mejor: La conexión inalámbrica por Bluetooth y el manejo simple. Se puede programar el encendido y el apagado. Reduce de manera automática el tamaño de las fotos. Lo peor: Calidad inferior de las imágenes respecto a los otros marcos. Sólo reproduce instantáneas.

Se trata de un portarretratos muy estilizado (el más estrecho con un fondo de dos centímetros), en el que se tiene muy en cuenta el diseño. Ofrece cintas de varios colores para que se coloquen en los laterales, de forma que contrasten con el borde blanco del mismo. Además, sólo Parrot prevé la posibilidad de colgarlo de la pared. Sin embargo, se ha visto lastrado por su menor resolución de pantalla, que se queda en 410 x 234 píxeles, poco más de la mitad de lo que ofrecen los otros aparatos analizados. Este dato se traduce, respecto a los otros marcos, en instantáneas con colores algo saturados, un efecto que provoca que en ocasiones no se puedan apreciar bien los detalles. Aunque mejora algo en las imágenes nocturnas, este portarretratos ha obtenido el peor resultado en el apartado clave de visionado de las fotografías. Permite almacenar, eso sí, unas 300 fotografías, aunque a ello le ayuda la menor resolución de su pantalla, además del hecho de que reduce de manera automática el tamaño de las imágenes, como los modelos de Toshiba y Philips.

Parrot se caracteriza por dotar a sus marcos de conexión inalámbrica Bluetooth, el único del estudio que ofrece esta prestación. La recepción de imágenes por esta vía ha resultado rápida y sencilla. Como cada foto enviada al portarretratos interrumpe la presentación de las demás imágenes, puede resultar divertido su uso en reuniones donde se cuente con varios móviles que incluyan cámara fotográfica. Además, destaca por la rapidez en que cambia la orientación de la imagen cuando se coloca en posición vertical. Por otro lado, junto con Philips, es el único que permite programar las horas de apagado y encendido.

El Parrot se maneja con sencillez. Sólo incluye tres botones localizados en su parte trasera. Son anchos y permiten manejar todas las funciones del aparato a través de unos menús visuales que se sobreimpresionan en las fotos.

Entre los aportes exclusivos de este marco se encuentra la posibilidad de grabar varias listas de reproducción, lo que permite una alternancia entre formas de visualización. Además, prevé funciones que en la práctica facilitan el manejo al usuario, como la posibilidad de borrar y copiar de golpe todas las instantáneas desde la tarjeta de memoria, seleccionarlas con velocidad a través de miniaturas para copiarlas o ver alguna en concreto.