Hay entornos naturales que probablemente nunca llegarán a ser parque natural y que, sin embargo, son de gran interés medioambiental y cultural. Varias organizaciones y fundaciones se dedican a comprar estas áreas para preservarlas o, gracias a la fórmula de la custodia, llegan a acuerdos con los propietarios de las tierras para ayudarles en la conservación de sus ecosistemas.
Custodias del territorio
Lo valioso de la custodia es que se aplica a espacios especialmente vulnerables con muchos valores naturales pero que nunca llegarán a ser parques naturales protegidos
La custodia del territorio ha permitido restaurar humedales, preservar bosques y conservar entornos de interés paisajístico. Pero también recuperar fauna, flora y razas de ganado autóctonas que se están perdiendo por la ganadería intensiva. Es la filosofía del mecenazgo aplicada al territorio, detalla Nogué, en la que “todavía falta mucho por hacer aquí”. Lugares, en cambio, con una gran tradición son Norteamérica y Gran Bretaña, donde la ya centenaria National Trust custodia o mantiene en propiedad desde parques, castillos y construcciones históricas, hasta bosques, granjas tradicionales, islas y restos arqueológicos, que han llegado a sus manos por compra, donación de los propietarios o acuerdos diversos. En cifras, suman algo más de 253.000 hectáreas de tierras, 215 casas y jardines, 40 castillos, 76 reservas naturales, doce faros, 43 pubs y hostales, entre otros. Cada año reciben hasta 50 millones de visitas, de las cuales doce millones son visitas pagadas.
Cómo funciona la custodia
En España, una de las entidades pioneras en custodia de territorio es la Fundación Territori i Paisatge. Jordi Rozas, del departamento de gestión y adquisiciones, explica que muchos ciudadanos que conocen la tarea de la Fundación se acercan por propia iniciativa a sus oficinas para avisar de alguna finca de interés que puede peligrar y proponerles la compra o la custodia. A veces es el mismo propietario de las tierras que está sensibilizado por el medio ambiente y quiere colaborar con su finca. ¿Y de qué depende que se decidan a hacerlo? “De muchos factores. De los valores naturales de las tierras, el paisaje, la fauna y flora, o el lugar en el que está ubicada. No es lo mismo 100 hectáreas en el Pirineo que cerca de una capital como Barcelona”.
En el caso de la custodia, se ayuda a otra entidad o a un particular en la gestión del espacio. Para ello se redacta y propone un plan de gestión, que incluye acciones de conservación de la naturaleza, de reintroducción de flora y fauna, de mantenimiento de la biodiversidad o técnicas de conservación. También se contemplan medidas para el uso público del espacio, lo que incluye realizar itinerarios y señalizarlos, incorporar cartelería y paneles para informar a los visitantes de las peculiaridades de la zona, así como instalar mesas, bancos, papeleras y aparcamientos.
La mayoría de los espacios en custodia son de propiedad publica, pero también los hay de propiedad privada
Un elemento interesante en la gestión de estos espacios es el consejo de propiedad social, formado por entidades vinculadas al espacio (pueden ser propietarios pero también ayuntamientos, asociaciones naturalistas, usuarios o vecinos) y con las cuales se establece un diálogo para optimizar la gestión y conservación de la zona. Por ejemplo, en la Montaña de Alinya, un espacio de 5.350 hectáreas adquirido en 1999 por la Fundación, hay 150 habitantes censados, de los cuales sólo 75 la habitan permanentemente.
Propuestas para visitar
En España hay muchas entidades implicadas en la custodia del territorio, y muchos lugares para visitar, algunos de ellos muy poco conocidos. Estas son algunas propuestas:
Laguna de Ivars (Lleida): Situada en medio de la comarca del Pla d’Urgell, y muy cerca de la población de Vila-sana (Lleida), esta laguna era conocida por la abundancia de aves acuáticas. Se empezó a volver a llenar a partir de la primavera de 2005, en un proyecto en el que está implicada la Fundación Territori i Paisatge, que ha adquirido el espacio. Se espera que vuelva a convertirse en punto estratégico de las rutas migratorias de aves.
Laguna de Nava (Palencia). Es el antiguo “Mar de Campos”, que fue hasta los años 40 uno de los mayores humedales de España, con una superficie de 2.500 hectáreas y hasta 5.000 en años de grandes precipitaciones. Esta laguna esteparia fue desecada hace medio siglo para su uso agrícola y ganadero. La Fundación Global Nature inició los primeros trabajos para inundar 150 hectáreas en el municipio de Fuentes de Nava. Actualmente, la laguna recuperada ocupa 300 hectáreas y ha sido recolonizada por multitud de especies de aves.
En España hay muchos lugares para visitar con custodia del territorio, algunos de ellos muy poco conocidos
Les Planes de Son (Lleida). Cerca del Parque Nacional de Aigüestortes y del lago de Sant Maurici, se halla esta región de alta montaña, una de las más atractivas y mejor conservadas de los Pirineos, en los valles d’Aneu. Allí se ha instalado un centro integrado en el paisaje, semisoterrado en un prado natural, donde los visitantes se pueden alojar, y un centro de fauna. Más información: Fundación Territori i Paisatge.