La inmigración, el cambio climático, el envejecimiento de la población o la calidad de vida de las personas con discapacidad son algunos de los temas sociales que más preocupan a los estudiantes y en los que más se implican. Por ello, tanto los colegios como las universidades ofrecen cada día nuevas y mayores oportunidades de voluntariado para atender todas las inquietudes y dar respuesta a un número de necesidades creciente.
Educación Primaria y Secundaria
En la actualidad, más de 60.000 alumnos valencianos de Secundaria forman parte de unas 120 asociaciones juveniles. Las cifras son un ejemplo para el resto de territorios, en los que el voluntariado, según datos del Observatorio de la Juventud, experimenta una tendencia negativa. Sensibilizar a los adolescentes sobre el voluntariado y educarles en valores es imprescindible para contar con una juventud comprometida. “Las aulas son los lugares de aprendizaje por excelencia y los sitios idóneos para transmitir a los alumnos valores como la solidaridad y la tolerancia”, defiende el presidente de la Fundación de la Solidaridad y el Voluntariado, Fundar, Rafael Blasco.
Esta entidad desarrolla el programa “Solidaridad en el Aula”, en el que han tomado parte (hasta diciembre de 2007) un total de 20.804 alumnos valencianos de entre 12 y 17 años. A través de esta iniciativa, los estudiantes reciben charlas, participan en talleres informativos que imparten los propios voluntarios y personal de Fundar, acceden a información sobre actividades solidarias y de voluntariado que se llevan a cabo en su localidad y toman contacto con proyectos concretos de algunas ONG que organizan jornadas puntuales sobre voluntariado. En su séptima edición, que comienza este curso, “Solidaridad en el Aula” incluye también acciones dirigidas al profesorado y a las familias, con charlas de sensibilización, seminarios y talleres para la formación y educación en valores.
Para premiar su ayuda, los centros educativos que se comprometen a impulsar los objetivos de la campaña durante todo el curso reciben el distintivo de la red de Centros Educativos Solidarios (CES) y la ayuda de Fundar. Esta asociación cuenta con un catálogo de actividades y los recursos económicos necesarios para que cada centro ejecute y coordine las acciones correspondientes, “dirigidas a trabajar en el seno de la comunidad educativa temas de interculturalidad e integración, prestando especial atención a la población escolar inmigrante”, indica un responsable de la entidad.
Por su parte, Manos Unidas dispone para este curso de una serie de materiales educativos que giran alrededor de la pobreza y el hambre en el mundo “ante la magnitud de este problema”. Durante los próximos años, la ONG se ha propuesto abordar en sus campañas los Objetivos de Desarrollo del Milenio, por lo que el material educativo destinado al profesorado se basa en el Objetivo 1: “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”.
Los materiales ofrecen la posibilidad de realizar actividades dinámicas, con fichas que incorporan una reflexión final para asentar los conocimientos aprendidos. Hay acciones específicas para los niveles de Infantil, Primaria y Secundaria. En los tres casos, se trata de una carpeta-caja diferenciada por niveles, que incluye un cuaderno con documentación y actividades, cuentos sobre valores relacionados con el Objetivo 1, varios póster para exponer en clase y un DVD.
Ámbito universitario
“La universidad es uno de los lugares idóneos para captar voluntarios”. Con esta máxima, Fundar subvenciona un estudio para conocer las motivaciones de los universitarios sobre temas relacionados con la solidaridad. Esta iniciativa forma parte de sendos convenios suscritos con la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad CEU Cardenal Herrera, cuyo objetivo es realizar programas de formación, investigación y sensibilización en materia de solidaridad y voluntariado. De hecho, diversas universidades cuentan ya entre su oferta educativa con programas o departamentos con fines solidarios.
Universidad CEU-Cardenal Herrera. El convenio con Fundar permitirá el desarrollo de dos proyectos: “Promoción del voluntariado universitario” y “Punto de información”. El primero busca fomentar el voluntariado activo a través de seis cursos, de diez horas cada uno y centrados en inmigración, sistema sanitario, madres en situación precaria, campos de trabajo, ayuda humanitaria y responsabilidad social del universitario. Por su parte, el proyecto Punto de información ofrecerá becas a aquellos estudiantes interesados en canalizar sus inquietudes hacia las asociaciones que necesiten voluntarios.
Autónoma de Madrid. La Oficina de Acción Solidaria y Cooperación tiene en marcha varios programas de voluntariado que incluyen cursos de formación general y de formación específica. Además, ofrece la oportunidad de participar en un proyecto del Servicio Voluntario Europeo, forma parte -junto a otras universidades españolas- del programa de voluntariado internacional con Naciones Unidas, desarrolla una iniciativa de voluntariado en universidades latinoamericanas, favorece la convivencia intergeneracional entre jóvenes universitario y personas mayores y ofrece atención personalizada y tutorías académicas a estudiantes con discapacidad.
Autónoma de Barcelona. La misión de la Fundación Autónoma Solidaria es contribuir a la construcción de una universidad comprometida con la realidad social y el voluntariado como instrumento para la integración de grupos en riesgo de exclusión. Los valores que defiende son los de solidaridad, tolerancia, participación y responsabilidad.
Universidad Jaume I. En 1993 se puso en marcha el Racó de la Solidaritat (Rincón de la Solidaridad), un espacio para canalizar “las inquietudes solidarias” de los universitarios e integrado en la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad (OCDS). Las propuestas pasan por cursos de voluntariado, jornadas, conferencias y diversos programas de convivencia intergeneracional o “pisos solidarios” en el barrio de Sant Llorenç de Castelló, donde, en lugar de pagar un alquiler, los estudiantes contribuyen con actividades sociales en la zona.
Universitat de les Illes Balears. Con el mismo nombre, Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad, esta universidad pretende “demostrar el posicionamiento responsable del sistema universitario”. Sus programas se centran en la cooperación universitaria y el voluntariado. Lleva a cabo tareas de sensibilización, fomenta la educación al desarrollo y promueve proyectos a favor de los países empobrecidos.
Universidad de Sevilla. El Servicio de Asistencia a la Comunidad Universitaria cuenta desde 2001 con la Oficina del Voluntariado, que busca fomentar la solidaridad de estudiantes y profesores, mediar entre las asociaciones y los voluntarios y colaborar en una formación técnica de calidad por parte del voluntariado “para que pueda atender adecuadamente a los distintos grupos sociales”. Las actividades de voluntariado se desarrollan tanto en el ámbito local como internacional.
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El Centro Universitario de Cooperación Internacional para el Desarrollo, CUCID, presta servicios de asesoramiento técnico para el diseño y ejecución de proyectos, cooperación académica, cooperación para el desarrollo de los países del Sur, formación y sensibilización y voluntariado internacional.
Asimismo, diversas organizaciones como la Fundación Solidarios para el desarrollo o Intermón Oxfam tienen en marcha propuestas para la comunidad universitaria porque “un voluntario formado es una persona con mayor capacidad de incidencia y transformación social”, reflexionan desde Solidarios.