La asistencia a clase durante los estudios es esencial para el buen desarrollo académico de cualquier alumno, pero no basta tan sólo con estar presente. Para que una clase ordinaria sea productiva el estudiante debe ser capaz de tomar notas correctamente durante el transcurso de ésta. Unos buenos apuntes serán después la base principal para entender y retener bien la materia.
Una útil herramienta
Escuchar, entender y transcribir con lenguaje propio. Ésta sería la norma principal que cualquier estudiante debería aplicar a la hora de tomar notas en clase, una de las herramientas de trabajo más útiles para aprender y estudiar una asignatura. Y es que unos apuntes no se deben considerar sólo como un conjunto de papeles donde se recoge lo que hemos escuchado en clase, sino como una actividad previa al estudio que facilitará en gran medida el aprendizaje y entendimiento de la materia. Como apunta José Bernardo Carrasco en el libro ‘Estrategias de aprendizaje para aprender más y mejor’, tomar notas durante la clase hace intervenir más sentidos en el aprendizaje y, por tanto, lo facilita. Es decir, si para estudiar una materia se utiliza tan sólo el libro de texto, lo único que se hace es leer y retener. Sin embargo, si el alumno ha tenido que atender, entender y escribir antes lo que estudia, le resultará mucho más fácil aprender después los contenidos.
Tomar apuntes duplica la posibilidad de recordar las ideas después de su exposición en clase
Así lo confirman diversas investigaciones, como la llevada a cabo por los norteamericanos Aiken, Thomas y Shennnum, que verificaron que durante un examen tipo test los estudiantes tenían el 50% de posibilidades de recordar la información de la que previamente habían tomado nota, mientras que aquélla que no había sido anotada con anterioridad sólo tenía un 15% de posibilidades de ser recordada. La conclusión de este estudio es evidente: “la posibilidad de recordar una idea con posterioridad a su exposición se duplica cuando esa idea ha sido antes anotada”.
Pero tomar apuntes en clase, además de ser útil para el aprendizaje, es necesario académicamente, puesto que no siempre el contenido de las materias se recoge de forma íntegra en los libros de texto, sino que se acompaña de explicaciones complementarias que realiza el profesor en clase y por consiguiente es necesario tomar nota de ellas para que formen parte del material de estudio. Asimismo, anotando lo que el profesor dice en clase, el estudiante puede tener una idea general sobre lo que es realmente importante del temario para el docente.
Los buenos apuntes
Ya conocemos las ventajas de tomar notas en clase, pero ¿de qué sirven unos apuntes si no están escritos correctamente? Hay que tener en cuenta que tomar apuntes no significa copiar literalmente aquello que dice el profesor. Esta tarea, además de ser imposible (por la velocidad que se tendría que tener escribiendo) es absurda, porque no se trata de retener todo lo que el profesor expone, sino de comprender la información, entenderla y reflejarla después en un papel.
No se trata de apuntar todo lo que el profesor expone, sino de comprender la información, entenderla y reflejarla
Diversos autores recogen en sus obras consejos y normas esenciales para tomar unos buenos apuntes; ‘Método para desarrollar hábitos y técnicas de estudio’, de Carol Carter; ‘Estrategias de aprendizaje para aprender más y mejor’, de José Bernardo Carrasco o ‘Tomar notas de forma fácil’, de Judi Kesselman-Turkel, y Franklyn Peterson son algunas de las guías de las que CONSUMER EROSKI ha seleccionado los pasos más importantes que se deben dar para que se les pueda otorgar el calificativo de “buenos” a unos apuntes.
Prepararse para tomar apuntes
Antes de llegar a clase y comenzar a tomar notas se requiere que el estudiante esté preparado para ello. Por una parte, para que la tarea de tomar apuntes sea más fácil, es recomendable que el alumno lea el día anterior el tema que se va a exponer en clase, de esta manera ya tendrá una idea general previa del contenido y le resultará más sencillo estructurar la información que expone el profesor. La lectura previa, asimismo, permite al estudiante anotar las dudas o preguntas que le surjan y que puede resolver con el profesor durante la clase en el caso de que no se despejen durante la exposición del tema.
Cada estudiante debe utilizar el material que le resulte más cómodo para escribir
Por otra parte, es importante que el alumno lleve consigo todo el material necesario para tomar los apuntes. Como es una tarea muy personal, cada estudiante debe utilizar aquel material que le resulte más cómodo para escribir: lápiz, bolígrafo o pluma como instrumento de escritura y papel liso, cuadriculado o cuaderno, entre otros, como soporte para escribir. A la hora de preparar el material es recomendable recordar varios aspectos:
Durante la clase
Hay tantas formas de tomar apuntes como estudiantes. Lo más importante a la hora de realizar esta actividad es hacerlo del modo que más se ajuste al estilo de aprendizaje propio, ya que los apuntes serán una de las principales herramientas que se utilizarán en las jornadas de estudio. Aun así, todos los alumnos deberían atenerse a unas premisas esenciales:
Llegar pronto a clase. Si el estudiante es de los primeros en acceder a la clase tendrá más posibilidades de elegir dónde sentarse. Lo más aconsejable para poder tomar unos buenos apuntes es hacerlo cerca del profesor y la pizarra, y lo más lejos posible de elementos que puedan suponer una distracción. De este modo podrá escuchar claramente la exposición del docente y mantener la atención de forma permanente.
Es recomendable mantener una estructura organizada, cuidar los márgenes y empezar cada tema en una nueva hoja
Mantener el orden. Es conveniente, sobre todo cuando se toman apuntes en folios sueltos, apuntar en la cabecera la asignatura y el día, así como numerar las hojas para no perder el orden y hacer de este modo más cómodo el estudio. Por otra parte, es aconsejable mantener una estructura organizada, cuidar los márgenes, empezar cada tema en una nueva hoja y dejar espacio en blanco suficiente entre los párrafos para incluir anotaciones adicionales posteriormente.
Reconocer lo importante. Para facilitar el estudio posterior, es esencial que el estudiante sepa reconocer durante la exposición del profesor los contenidos y las ideas a los que éste otorga mayor importancia y resaltarlos o destacarlos con algún tipo de marca o señal en los apuntes. Servirá de ayuda atender al lenguaje del docente, fijándose en aquellos momentos que utiliza algunas expresiones como “lo principal…”, “hay que destacar…”, “no hay que olvidar…” y otras fórmulas parecidas. Las cuestiones importantes pueden destacar también en la exposición por un cambio de tono en la voz del profesor, por la repetición de la misma idea más de una vez o por ser recalcadas de forma gráfica en la pizarra.
Apuntar y aclarar dudas. Durante la exposición el alumno debe anotar aquellas dudas que le surjan e intentar aclararlas con el profesor en el momento más conveniente. Asimismo, es importante prestar atención cuando otro alumno pregunte, puesto que las respuestas también pueden ser interesantes y enriquecedoras para recogerlas en los propios apuntes.
Saber lo que hay que apuntar. Anotarlo todo o casi todo y entender y comprender a la vez es imposible, por eso, el alumno debe ser capaz de escuchar y transcribir posteriormente la idea resumida de lo que ha captado utilizando su propio lenguaje. Sin embargo, sí es conveniente que copie literalmente aquellos datos como fechas, nombres o cifras que sean importantes, las definiciones que incluya el profesor en su exposición y aquellos términos que no se conozcan para posteriormente aclararlos con un diccionario.