La parte de un frigorífico que más sujeta está a sufrir daños es la puerta y, en especial, las gomas que permiten su cierre hermético. El deterioro de éstas puede provocar la descongelación de la nevera y, en consecuencia, que los alimentos que haya en su interior se echen a perder.
Cuando se empiece a observar que la nevera presenta los primeros problemas de cierre de las puertas, lo primero que hay que hacer es fijarse si las gomas están fijadas por tornillos o si, por el contrario, van incrustados entre la puerta y la contrapuerta (en este último caso puede ser necesario cambiar la puerta entera).
Lo habitual, y lo más sencillo, es que vayan sujetas con tornillos, puesto que bastará con acudir con las medidas exactas a una casa oficial para obtener unas gomas nuevas que se colocarán de nuevo atornillando. Es muy importante que las gomas nuevas tengan las mismas medidas que las anteriores, así que, lo recomendable es acudir a la tienda de recambios con las gomas antiguas, aunque si se acude a la casa oficial será suficiente con indicar la referencia del modelo.