Los principales sistemas operativos para móviles disponen de tiendas integradas en los escritorios de los terminales, donde se vende software. Impulsadas por los propios creadores, Apple comenzó esta tendencia con tanto éxito en el iPhone, que los demás fabricantes le han copiado. Ahora bien, aunque las plataformas de aplicaciones suponen un gran progreso en el desarrollo del mercado móvil, no todo son ventajas. Los modelos cerrados imperan y las marcas corporativas imponen sus programas, además de apartar a los de la competencia y otros que les puedan hacer sombra. En esta situación el principal damnificado es el usuario, que pierde el acceso a numerosos desarrollos.
Un modelo cerrado
El modelo cerrado que sólo permite comprar aplicaciones en la tienda asociada al sistema operativo ha triunfado de la mano del iPhone, después de que Apple experimentara la misma unión entre su reproductor multimedia iTunes y su tienda de música. Para el usuario, el sistema es en principio más cómodo, porque estos comercios se integran dentro del teléfono, en su escritorio, con lo que el acceso a nuevas aplicaciones es directo.
El software para estos dispositivos es innumerable. Al ser miniordenadores, la variedad resulta desbordante, igual que sucede en los PC: videojuegos, aplicaciones ofimáticas, de dibujo o relacionadas con Internet, entre otras. Pero una peculiaridad de los terminales añade más posibilidades: muchos programas aprovechan lasventajas de la geolocalización, a través de triangulación de antenas GSM, del wifi o de un receptor GPS.
El iPhone ha reunido más aplicaciones que ningún otro sistema operativo para móviles, aunque Android ha evolucionado bastante
El iPhoneha congregado más aplicaciones que ningún otro sistema operativo para móviles, fruto de su éxito comercial, aunque Android, el sistema de código libre impulsado por Google, ha evolucionado bastante y dispone de Android Market. Los números de la tienda de iPhone son impresionantes. El pasado enero ya había superado los 3.000 millones de descargas de sus más de 100.000 programas, según sus datos. El precio medio de cada aplicación ronda los dos dólares y medio, aunque no todas son de pago.
Nokia (para Symbian), RIM (para sus modelos BlackBerry) y Microsoft (para Windows Mobile) también han seguido los pasos de Apple, aunque con un número bastante más reducido de aplicaciones. Por otro lado, no restringen la instalación desde sitios distintos al suyo, como en el caso de Apple.
Se da la paradoja de que Microsoft había diseñado un número abundante de programas antes del lanzamiento del terminal de Apple, pero diseminados al estilo de lo que ocurre para los ordenadores convencionales. Incluso Kindle, el lector de libros electrónicos de Amazon, tendrá su propia tienda para ampliar las prestaciones del aparato, e Intel lanzó el pasado enero AppUp, su comercio de programas para ultraportátiles. El movimiento también ha pasado a las videoconsolas portátiles, y la Nintendo Dsi cuenta con su propia tienda.
¿Un filtro honesto?
Estas tiendas oficiales, no obstante, tienen restricciones. Apple se atribuye la potestad de rechazar aplicaciones, sin dar ningún tipo de explicación. Esta práctica se denomina “filtrado” y, en teoría, tiene como objetivo depurar las aplicaciones intrascendentes de las interesantes con tal de facilitar la tarea de encontrarlas al usuario. Apple las muestra en el orden que cree conveniente y según su sistema de valoraciones.
Apple se atribuye la potestad de rechazar aplicaciones sin dar ningún tipo de explicación
Esto ha provocado casos en los que se han vetado programas útiles a pesar de que se permitieron en un primer momento, como NetShare, que compartía la conexión de datos del móvil con otros dispositivos vía wifi. También se han dado bloqueos polémicos a posibles competidores. Apple denegó el permiso para que entraran en la tienda aplicaciones para el iPhone Google Voice, que activa una segunda línea de teléfono asociada a la principal, o Google Latitude, que localiza la posición del usuario en los mapas. Aún así, hace unos días Google anunció que había encontrado una fórmula indirecta para que los usuarios de iPhone pudieran usar Google Voice.
Lo mismo le sucedió a la empresa Opera, que ha visto cómo no se acepta su versión del navegador Opera Mini por temor a que compita con el Safari del iPhone. Otro ejemplo es el programa Skype, que mientras en Symbian funciona por redes 3G, en el iPhone OS, para no enturbiar los acuerdos comerciales con las operadoras de telefonía, sólo se puede usar por wifi. En estos casos, la única solución, si se quiere utilizar una aplicación que Apple no permite que entre en su tienda, consiste en liberar el iPhone. Es una acción un tanto compleja en la que se pone en riesgo el firmwaredel aparato, por lo que la compañía no responde del teléfono en caso de avería.
A pesar del trabajo de filtrado de Apple, muchos programas disponibles en la tienda apenas resultan útiles. Ha habido casos provocadores como el de “I Am Rich” (Yo soy rico), que cobraba 799 euros por una aplicación cuya única utilidad consistía en confirmar que el comprador se podía gastar ese dinero y, por tanto, marcar diferencias de poder adquisitivo entre un usuario y otro. Tras autorizar su publicación, Apple la retiró en cuanto se produjo la polémica.
Es difícil encontrar aplicaciones
Por otro lado, resulta difícil encontrar aplicaciones entre las más de 100.000 de las que dispone el iPhone. Apple ha aplicado con más éxito que los rivales los incentivos para que otras personas, incluso sin conocimientos, creen programas. Para ello, publican todos los kits y los datos necesarios para su elaboración. Un ejemplo extremo de esta situación se produjo cuandoun chico de 11 años, ingresado durante varios meses en un hospital, aprovechó su estancia para programar sin conocimientos previos una aplicación, denominada iSketch, con funciones básicas de dibujo.
A pesar de los casos de éxito, la mayoría de desarrolladores apenas hacen negocio con sus programas en un mercado tan competitivo
De esta manera, se ha provocado una hiper abundancia de aplicaciones, sobre todo para iPhone, y es una ardua tarea dar con un programa que realice en concreto la función que se desea. No porque no se haya desarrollado, sino porque puede ser muy difícil encontrarlo. Los sistemas de recomendación automáticos propuestos por Apple no se muestran muy efectivos. A pesar de los casos de éxito, la mayoría de desarrolladores apenas hacen negocio con sus programas en un mercado tan competitivo.
A este respecto Jesús Lozano, director de LemonQuest, una empresa española que desarrolla aplicaciones para diferentes dispositivos, declaraba a CONSUMER EROSKI hace unos meses que el negocio del iPhone está demasiado saturado, por lo que la compañía había decidido buscar otros nichos de mercado. “Los costes de desarrollo son muy altos y es muy fácil no llegar a amortizarlos, que es lo que ocurre a muchas empresas que apuestan por esta nueva plataforma”, explicaba Lozano.
Directorios para descubrir nuevas aplicaciones
Ante las críticas que reciben los sistemas para descubrir nuevas aplicaciones, se han creado programas para iPhone que se basan en redes sociales de recomendaciones, como Chorus, con las opiniones de allegados y personas en cuyo criterio se confíe. En esa línea también se han ideado directorios donde se intenta informar mejor de las bondades de cada programa y se enlaza con el sitio de descarga.
Mplayitlo hace a través de una aplicación que se debe instalar en Facebook y, en especial, en su página dentro de esta red social. Detalla las creaciones para iPhone, Android, BlackBerry y Java, el lenguaje multiplataforma capaz de funcionar en gran parte de los terminales. Además, introduce vídeos que explican su cometido, así como opiniones de los usuarios.
Ante las críticas que reciben los sistemas para descubrir nuevas aplicaciones, se han creado programas para iPhone que se basan en redes sociales de recomendaciones
El iPhone tiene más directorios dedicados que los demás sistemas operativos. Entre ellos, Appstim, donde las aplicaciones se clasifican, puntúan y comentan; AppAdvice, que ha creado diferentes listas de programas para propósitos concretos, como realizar streaming de vídeo desde el teléfono; o Appolicious, con opiniones y posibilidad de conectarse con Facebook para enviar las recomendaciones a los amigos.
Por otro lado, Yapplerlleva la idea de las listas de usuarios de Twitter al terreno del software. En este sitio, cada usuario enumera las aplicaciones que usa y las comparte con el resto. AndroLib, por su parte, realiza un directorio dirigido a los usuarios de Android.
Tiendas alternativas
El sistema cerrado de venta de aplicaciones le ha funcionado bien a Apple. Por esta razón, no han surgido muchas tiendas alternativas a la del iPhone, el principal exponente de este fenómeno. En cualquier momento, Apple podría cerrar la tienda, para controlar tanto el software como el hardware de sus teléfonos.
A principios de enero se lanzó YourAppShop, un software creador de tiendas alternativas para el iPhone, que asegura ser la única alternativa legal por completo al comercio oficial. Permite que los desarrolladores cobren por las aplicaciones y brinda toda la infraestructura necesaria para integrarse dentro del terminal.
Con la misma tecnología se ha lanzado PremierAppShop, una tienda con trucos de magia y vídeos que orientan sobre estos para dar mayor información en la compra. Para los demás sistemas operativos móviles han surgido sitios como PocketGear, que venden de forma directa programas para Symbian, Blackberry, Android, Palm, Windows Mobile y Java, personalizados para cada terminal siempre que se pueda.