Entrevista

Joaquín Araujo, naturalista y comunicador medioambiental

Kyoto está 40 veces por debajo de lo que sería una verdadera terapia de choque
Por Alex Fernández Muerza 20 de diciembre de 2006
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Imagen: Zapxpxau/Flickr

Joaquín Araujo Ponciano (Madrid, 1947) es uno de los principales impulsores del movimiento ecologista en España y un asesor de lujo para los temas más polémicos de la actualidad. Su prolífico y polifacético trabajo en el mundo de la comunicación medioambiental le ha llevado a atesorar una ingente experiencia: Es autor de 340 guiones de documentales, habiendo dirigido 198 y presentado 97 de ellos, 75 libros individuales y 31 colectivos y más de 2.000 artículos; ha participado en la dirección y redacción de 8 enciclopedias; ha llevado a cabo más de 3.000 programas de radio; y ha gestionado la comisaría de seis exposiciones y pronunciado más de 2.000 conferencias.

Araujo, que cultiva personalmente su propia finca y ha plantado alrededor de 20.000 árboles a lo largo de su vida, es, además, miembro de 35 ONG ambientales, culturales y de solidaridad. Pero ante todo, este naturalista madrileño es una persona fiel a sus principios, a su personal estilo poético y a su particular forma de entender la ecología, y no ha dudado en dimitir de importantes puestos de responsabilidad para seguir siéndolo.

Gracias a este currículo que deja sin aliento, Araujo ha obtenido, entre otros, los Premios Global 500 de la ONU (1991) y Nacional de Medio Ambiente (1997), y recientemente, el Premio Fundación BBVA a la Difusión del Conocimiento en Conservación de la Biodiversidad, dotado con 80.000 euros.

Cada vez más el cambio climático aparece como causa de todos los males en las noticias medioambientales, y sin embargo, algunos científicos y responsables gubernamentales dudan de que se esté produciendo.

No hay ya debate. Son minúsculos y mínimos los argumentos y los adalides de que no se está dando el cambio acelerado, y remarco acelerado, de las normas del clima. Son tantas las evidencias, sobre todo en los calendarios de la vida, que sin duda nos enfrentamos a lo más serio y difícil de la historia de nuestra civilización. Es más, aunque fuera incierto, el cambio de modelo energético y algo más de austeridad nos vendría igualmente bien.

¿Tal mal está la cosa?

Está peor, desde el momento en que Kyoto está 40 veces por debajo de lo que sería una verdadera terapia de choque. De todas formas, se trata de prolongar mucho más en el tiempo los procesos de reducción de contaminantes y de cambio del modelo energético. Lo importante es que seamos conscientes de que todos podemos contribuir a mejorar la situación.

Los grupos ecologistas denuncian en España la especulación inmobiliaria, el abuso de la legalidad medioambiental y las superurbanizaciones con campos de golf. ¿Hacia dónde nos dirigimos?

La especulación se está convirtiendo en un estilo de vida que niega casi todo a la vida misma
Hacia una pérdida peligrosa de la calidad democrática, y hacia el derrumbe del sentido de la vivienda y hasta de la misma vida. La “artificialización” de tantas cosas acaba siendo una amenaza concreta contra nosotros mismos, atrapados en la malla que suponen los ladrillos, el asfalto y sobre todo la prisa y la contaminación. La especulación se está convirtiendo en un estilo de vida que niega casi todo a la vida misma.

¿Qué consejos daría a los consumidores para que pudieran mejorar el medio ambiente?

Ya sé que resultará esencialmente contrario a la realidad y los horizontes personales de casi todos, pero no conozco mejor consejo que el de no consumir sin control como estilo de vida, como seña de identidad, en una palabra. Mi pintada preferida es de cosecha propia: “No compres, ¡es gratis!”

Prestige, incendios forestales… ¿Por qué Galicia es uno de los lugares de España más atacado por los problemas ecológicos?

En Galicia se han movido oscuros elementos políticos y, por supuesto, lo de siempre: Improvisación, falta de medios…
Se suman muchos factores. En primer lugar, la pérdida muy acelerada del sentido constructivo que tenía la cultura rural bien entendida, un desmoronamiento con vastas consecuencias morales. La falta de referencias sentimentales con el mar y la tierra es una forma de desamor que prende la mecha de la destrucción. Luego viene la codicia de los listos, de los que sólo piensan en sus beneficios, que además han de ser directos, muchos a corto plazo y caiga lo que caiga. En Galicia se han movido también oscuros elementos políticos y, por supuesto, lo de siempre: Improvisación, falta de medios…

Recientemente, junto al humorista Antonio Fraguas Forges, presentaba el libro ‘El ambiente siempre está en medio‘. ¿Qué pueden encontrar en él los lectores?

Sobre todo la sabia ironía de Forges, y a su lado un sencillo resumen de lo que he conseguido aprender a lo largo de 37 años dedicado al estudio, divulgación y defensa del entorno. Se trata de explicar qué es, cómo funciona, qué le hacemos y cómo deberían ser nuestras relaciones con la Naturaleza.

¿Cuáles son sus trabajos de divulgación que más recomendaría al público? ¿Podría destacar algún proyecto en el que esté trabajando en estos momentos?

Tanto mis libros como películas sobre los bosques y el agua. Espero que el estreno, la próxima primavera, de mi serie de documentales sobre el agua pueda reafirmar los criterios básicos con los que se usa hoy tan mal este elemento.

¿Qué consejos ofrecería para solucionar este problema?

Nada llena tanto los embalses como un consumo ajustado a la necesidad
Hay que recuperar la proximidad sentimental y cultural con el agua, sintiéndola como lo que es: Esencia de la vida, fábrica de transparencia, motor de todo lo que se mueve. Luego, comprendiendo que nada llena tanto los embalses como un consumo ajustado a la necesidad. Finalmente, devolviéndole el favor y limpiándola después de usarla. Entonces no faltaría el agua en absoluto.

El Ministerio de Medio Ambiente ha propuesto gravar el consumo mayor de 60 litros de agua diarios. ¿Son justificadas las críticas que ya se están oyendo?

En primer lugar, y por supuesto lo más importante, se puede vivir con las mismas comodidades gastando esa cantidad de agua. Pero no se trata de una suerte de imposición o de amenaza. Ha llegado la hora de ser serios con las tarifas: Somos uno de los países menos eficientes en el uso del agua y donde, por el contrario, resulta más barata. En general, es lamentable que se opine desde la mayor ignorancia, lo que es todavía más frecuente cuando se habla de medio ambiente.

En su página web hay un apartado dedicado a “Mis dimisiones“. ¿Tan difícil es defender los criterios propios en el área de medioambiente? ¿Cuáles son las propuestas que con más pena ha tenido que abandonar?

Somos uno de los países menos eficientes en el uso del agua y donde, por el contrario, resulta más barata
Unas cuantas, como el proyecto de que el antiguo ICONA encarara seriamente lo de hacer educación ambiental. El mismo propósito resultó abortado por parte de Televisión Española (TVE) y no menos por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente. En fin, todos tan lejos de lo que decían querer.

Gran parte de las noticias sobre medio ambiente suelen ser negativas. ¿Hay sin embargo motivos para la esperanza?

Desde luego. Somos más cada día y estamos mejor informados. El sentimiento de compasión hacia las otras formas de vida avanza, e incluso demandamos más vegetarianismo coherente y menos urbanizaciones. Y aunque, por supuesto, nos quede mucho, el estar llegando a tocar el fondo nos impulsará hacia la superficie.

¿Cómo podría mejorarse la información medioambiental en España?

El medio ambiente es el mayor tema con el que jamás se ha enfrentado el ser humano
Sobre todo, el que la opinión de los defensores de la continuidad de la vida esté en los debates convencionales. Hay para todos los temas de este mundo, incluso los más politizados, una forma de análisis a bordo del pensamiento ecológico. Luego haría falta multiplicar al menos por diez esta presencia: Sería el mínimo merecido para lo que, sin duda, es el mayor tema con el que jamás se ha enfrentado el ser humano. Conviene no olvidar que se trata de la totalidad de la vida, sus ciclos y procesos, escenarios y actores. Se trata, es más, de no apagar el más bello espectáculo del Universo.

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