Holandés afincado desde hace más de una década en nuestro país , Jil van Eyle (Hilversum, 1967) no sólo es conocido por su amplia experiencia como economista, sino por ser el asistente personal del entrenador de fútbol Frank Rijkaard. Y ahora también porque ha creado una nueva filosofía: el teaming. Van Eyle explica en un perfecto español que el nacimiento de su hija Mónica con hidrocefalia fue lo que le motivó a buscar nuevas fórmulas de recaudación de dinero en las distintas organizaciones. Así es como ideó el teaming, un concepto, acuñado por él mismo, que se puede traducir por el de ‘microdonaciones en equipo’. Una forma de ser solidarios con las pequeñas y medianas ONG u organizaciones a cambio de muy poco esfuerzo y muchas ilusiones. “Basta con donar un euro de nuestra nómina para que un hospital disponga de fondos para operar”, explica.
Me gustaría explicar el concepto del Teaming aclarando primero lo que no es.
No.
No.
No y además no tiene empleados.
Es una iniciativa solidaria que se puede resumir en cuatro palabras: microdonaciones en equipo.
“Es una iniciativa solidaria que se puede resumir en cuatro palabras: microdonaciones en equipo”
Verá, hace siete años nació mi hija con hidrocefalia y gracias a ella entré en contacto por primera vez con organizaciones solidarias. En ese momento me di cuenta de una realidad: todos tenemos muy buenas ideas y buena voluntad, pero nos faltan recursos. Entonces empecé a pensar en un proyecto que pudiera beneficiar a las fundaciones, a las organizaciones a través de las empresas.
En una empresa de 300 empleados el que quiera puede destinar de su nómina un euro al mes, una cantidad muy simbólica que no lleva a nadie a ningún sitio. Me explico, no es muy común apuntarse o colaborar con una organización mediante un solo euro al mes de manera individual. Sin embargo, si los empleados de la empresa donan esta cantidad el resultado es otro bien distinto. Como equipo sí tiene un sentido.
Los fondos recaudados se destinan a una causa solidaria elegida entre todo el personal.
“Los fondos recaudados se destinan a una causa solidaria elegida entre todo el personal”
Bueno, sí. En realidad es una filosofía. Está claro que en las empresas se han podido realizar actos parecidos en algunos momentos, pero no de esta forma, lo hacían mediante boletos.. . Es diferente.
Sí, principalmente las de Barcelona. Ahora me viene a la memoria una gran empresa de Sant Cugat, con muchos empleados, que hasta la propia empresa como tal, independientemente de la donación de sus empleados, ha decido doblar la cantidad obtenida, porque claro, para la empresa es una cantidad simbólica enviar 300 euros mensuales a una organización solidaria. En total reúnen 600 euros mensuales para la Fundación San Juan de Dios, lo que les permite operar a niños con problemas muy graves. Las causas para ayudar son infinitas.
Sí, si que lo es porque hay que tener en cuenta que mediante el teaming y sin que nadie lo note en su bolsillo, se pueden operar a muchos niños. Recuerdo otro caso: me llamó una mujer y me dijo que quería poner en marcha el Teaming en su empresa, pero sólo eran tres personas y se llevaban mal. Entonces es imposible, le dije. Sin embargo, también era la presidenta de una peña barcelonista de 1.500 personas que pagaban religiosamente sus cuotas y ahí si lo ha puesto en marcha. Toda la recaudación la destinan a un centro de niños discapacitados.
No, no. De hecho el otro día recibí un mail en el que me decían que una familia iba realizar Teaming entre ellos porque eran 20 personas. Eso es perfecto, lo bonito del Teaming es que con una cantidad mensual, acordada por la agrupación de antemano, se pueda favorecer a muchas organizaciones pequeñas. Y lo mejor es que una vez que lo has probado lo repites cada mes, porque la satisfacción es muy grande y el esfuerzo mínimo.
Sí, sí. Por supuesto. Parece que sólo en Navidad hay problemas, cuando no es así. Toda colaboración es bien recibida en cualquier momento, pero sí es verdad que con el Teaming se resuelven dos variables: la del tiempo -que no se le roba a nadie- y el dinero -es simbólico para la empresa y sus empleados-.
Por supuesto. Son los propios trabajadores los que deciden cuánto donar y a qué organización van a dar lo recaudado.
“Son los propios trabajadores los que deciden cuánto donar y a qué organización van a dar lo recaudado”Lo que ha pasado con Anesvad e Intervida es comparable con los cuatro hooligans que hay en un partido de fútbol. Cuando sólo se habla de ellos están creando una equivocada imagen de la realidad. Por otro lado, está muy bien que se denuncien estos casos aislados porque seguro que el 99% de las personas que colaboraban con estas organizaciones son honradas y estaban haciendo un buen trabajo. Lo indican casos como estos es que los mecanismos de control funcionan perfectamente.
Bueno, en el deporte como en otros tantos sitios hay de todos. He visto futbolistas muy comprometidos, que se vuelcan con organizaciones que tienen proyectos en sus países de origen: Argentina, Brasil… y otros que viven en el lujo y la abundancia sin que nada de esto les importe. Lo que puedo garantizar es que Frank Rijkaard es un hombre que habla poco y hace mucho, también por los más desfavorecidos.
