Entrevista

Mercé Garet. Psicóloga de la ONG ‘Punto de Referencia’ y experta en programas de personas tuteladas y ex tuteladas

Ayudamos a los jóvenes que dejan de ser tutelados, pero no pretendemos ser sus padres ni madres
Por EROSKI Consumer 22 de junio de 2007
Img merce garet
Imagen: Campylobacter

Acaban de cumplir 18 años y los dos tienen sueños. Ángel desea sacarse el carné de conducir cuanto antes y comenzar su carrera universitaria el próximo mes de septiembre. A Rahik también le gustaría estudiar e irse de vacaciones con sus compañeros del centro de menores, pero para él cumplir la mayoría de edad significa que su futuro es un poco más incierto, ya que deja de estar tutelado y de vivir bajo el amparo de la Administración. Una situación que le obliga a posponer estos deseos y centrarse en necesidades más urgentes como la búsqueda de empleo y de una casa. Para apoyar a muchachos como éste, obligados a valerse por sí mismos y afrontar el día a día sin ninguna ayuda, nace la ONG ‘Punto de Referencia’. Mercé Garet es la psicóloga de esta asociación centrada en trabajar con los jóvenes que se sienten desamparados cuando la ley les invita a salir de los centros de menores. “Trabajamos para que tengan un punto de referencia social y laboral, aunque no pretendemos ser padres ni madres”.

Tutela, ex tutela, amparo institucional… son palabras que transmiten una cierta sospecha. Es difícil que muchos de estos jóvenes cuyo ‘delito’ es vivir bajo la protección de la Administración por haberse quedado huérfanos o pertenecer a familias desestructuradas puedan hacerse un hueco en esta sociedad

Sí, la verdad es que es así, aunque no hay una razón para ello. Una persona tutelada es alguien que, en defecto de la autoridad paterna o materna, se confiere a la Administración para cuidar de quien por edad u otra causa no tiene una completa capacidad civil. Puede darse el caso de que la tutela esté en manos de la Administración y que la guarda la tenga un abuelo o un familiar cercano.

Póngame un ejemplo

La tutela correspondería al responsable final del niño y la guarda es la persona que se hace responsable de que el menor duerma en unas condiciones adecuadas. Es quien hace un seguimiento diario del joven y cuida de que esté alimentado y reciba una correcta educación. Así hasta los 18 años. La tutela puede recaer en una familia o en el Estado.

Después, la Ley de Protección de la Infancia se olvida de ellos

Una vez que los cumplen el joven deja de ser menor y por lo tanto la Ley de Protección de Infancia y el amparo llega hasta ahí. Se convierte en un joven ex tutelado. Es entonces cuando el testigo lo toman otros organismos, como la Secretaría de Infancia, concretamente el Área de apoyo del joven tutelado y ex tutelado, por ejemplo. En algunas comunidades hay departamentos y programas específicos que se siguen preocupando por ellos.

Lo que para la gran mayoría es el inicio de la libertad, para los jóvenes tutelados es el comienzo de la incertidumbre. ¿Qué les espera fuera?

Depende de cada caso. Hay jóvenes que cuando llegan a la mayoría de edad comprueban que la situación en su casa ha mejorado y pueden regresar a su entorno familiar. Hay otros que trabajan y han conseguido independizarse gracias al apoyo recibido por el Área de Apoyo al Joven…

Y habrá, imagino, quien no lo consiga

Claro. Hay personas que no han tenido un comportamiento bueno en los centros y no se les da la oportunidad de beneficiarse de ayudas y apoyos externos.

¿En qué se materializan esos apoyos?

En aspectos tan importantes como la vivienda, prestaciones económicas o programas educativos.

“Los apoyos se materializan en aspectos tan importantes como la vivienda, prestaciones económicas o programas educativos”

En concreto, la asociación que usted representa, ‘Punto de Referencia’, ¿qué hace por quienes cambian la cola del comedor del centro de menores por la del paro o la de los distintos servicios de asistencia de las ONG?

Nuestra organización contempla diversos programas; algunos están enfocados hacia los jóvenes que están a punto de llegar a la mayoría de edad y otros están diseñados para los que ya han cumplido los 18 años.

El que más éxito tiene es el ‘Programa Referentes’

Sí. Con él empezó la asociación. Un grupo de personas que ya trabajaban con menores se dieron cuenta de que costaba mucho esfuerzo y muchos medios que uno de estos jóvenes se independizara con sólo 18 años sin tener a ningún adulto como ‘referencia’. Es entonces cuando se pensó en el gran trabajo que podían hacer los voluntarios respecto a las personas tuteladas, convirtiéndose en sus referentes. Y así ha sido. El programa ofrece la posibilidad de contactar con una persona más mayor que ellos, dispuesta a conocerles y acompañarles en su día a día.

“El ‘Programa Referentes’ ofrece la posibilidad de contactar con una persona más mayor que ellos, dispuesta a conocerles y acompañarles en su día a día”

¿Alguna advertencia que deba conocer antes de inscribirme en el programa?

Ninguna. Somos nosotros quienes seleccionamos a los voluntarios, les formamos y hacemos un seguimiento de la situación durante toda la asistencia.

¿Uno de estos muchachos ex tutelados podría convivir con mi familia durante un tiempo?

No. Para este caso hemos creado el ‘Programa Acoge’, cuyo objetivo es ofrecer un hogar durante ocho meses a jóvenes inmigrantes que hayan cumplido los 18 años. Se trata de compartir un hogar, una nevera, un programa de televisión… y a partir de esa convivencia se puede generar un vínculo muy importante entre el joven extranjero y la familia que le acoge. Ésta será su referente y apoyo en un territorio desconocido para la persona ex tutelada.

España es uno de los países con mayor número de menores extranjeros no acompañados, se calcula que hay más de 3.800 menores en esta situación. ¿El futuro de un joven ex tutelado español es diferente al de un extranjero que puede ser expatriado o regulado?

Habría que estudiar cada caso. Desde luego que el número aumenta y en el País Vasco y Cataluña es donde más menores extranjeros viven. Cuando un joven de estas características no está acompañado se hace un estudio y se determina si es más conveniente enviarlo a Marruecos, por ejemplo, o mantenerle aquí y ayudarle a conseguir el permiso de residencia. El de trabajo es más difícil de lograr porque vivir bajo la tutela de la Administración Pública es incompatible con un permiso de trabajo. Para ello se necesita mantener el permiso de residencia en vigor y una oferta de trabajo de un año.

“Vivir bajo la tutela de la Administración Pública es incompatible con un permiso de trabajo”

Por no hablar de los trámites burocráticos

Claro, ahí radica el principal problema. Desde que se presenta una oferta hasta que se aprueba pueden pasar entre ocho y diez meses de espera sólo para resolver la modificación de permisos con residencia de trabajo. Es necesario que estos trámites se agilicen.

¿Qué pesa más en el currículum de un tutelado: su origen extranjero o esta etiqueta?

No se puede ocultar que el futuro laboral viene marcado muchas veces por el origen del muchacho, pero es verdad que tenemos a muchos de ellos trabajando sin problemas y que, por el contrario, hay jóvenes españoles con muchas dificultades para salir adelante. Depende de cada caso.

¿Qué alternativa tiene una persona que ha vivido en un centro de menores hasta los 18 años y que sale de él sin el permiso de trabajo?

Residir en España y no trabajar te obliga a entrar en el mercado negro o dedicarte a prácticas no legales.

Parece que los legisladores no lo tienen tan claro

Lo que necesitamos es sobre todo más ayudas, mayor número de programas sociales que integren a este grupo de personas y agilidad burocrática.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube