Alicatar una pared o el suelo de una estancia no tiene por qué ser una tarea difícil. En todo caso, el paso más complicado es conseguir que azulejos y baldosas queden perfectamente alineados. Para ello, lo primero que hay que hacer es trazar un eje vertical en la pared y atravesarlo con otra línea horizontal. El primer azulejo se debe colocar en el ángulo formado por ambos ejes y, a continuación, se pegan los siguientes hasta completar la primera fila. Para dejar el mismo espacio entre los azulejos resultan muy útiles las crucetas: pequeños tacos de plástico en forma de cruz que se colocan entre las piezas y se quitan cuando la cola está seca.
Se pueden emplear crucetas para dejar el mismo espacio entre los azulejos
Si al colocar una fila de azulejos ésta no queda alineada, otra posibilidad es emplear un listón y golpearlo para que empuje a los azulejos y queden alineados. En cualquier caso, lo más acertado es no empezar a trabajar por las esquinas, sino reservar las piezas cortadas para esas zonas, ya que se ven menos. Tampoco conviene encolar una gran superficie de pared. Es preferible esparcir el cemento en zonas más pequeñas, por si hubiera que corregir imperfecciones. Además, de esta manera, se evita que la cola o cemento se seque antes de colocar los azulejos.
A partir de la primera fila, las siguientes se colocan siguiendo la línea marcada por la anterior hilada. Así hasta cubrir la superficie por completo. Lo habitual es encolar sólo la pared, aunque también se puede aplicar cola en los azulejos para mejorar el agarre. Por último, para rematar el trabajo en las zonas complicadas, como los bordes y las esquinas, hay que cortar los azulejos con una cortadora de cerámica, y rellenar las juntas con una masa especial.
Preparar las paredes y el suelo
Antes de alicatar cualquier pared o suelo hay que asegurarse de que la superficie está perfectamente lisa y seca. Si además hay azulejos o baldosas antiguas, se deben quitar con cuidado para no dañar la pared. Es recomendable raspar primero el cemento que hay en las juntas y luego retirar las piezas. También se pueden colocar los nuevos azulejos sobre una pared alicatada, aunque habría que lijar los antiguos previamente para que agarren mejor y, aún así, se corre el riesgo de que la pared no soporte el peso del nuevo alicatado. Si la pared está empapelada, también conviene retirar el papel.
Antes de alicatar cualquier pared o suelo hay que asegurarse de que la superficie está perfectamente lisa y seca
Por otro lado, si existen grietas, agujeros o cualquier otra imperfección hay que repararla antes de comenzar el alicatado. Las grietas se tienen que sellar por completo para evitar que se hagan mayores o que a través de ella se produzcan filtraciones de agua. Precisamente, una causa de aparición de grietas es la humedad, por lo que es aconsejable aplicar un producto que contrarreste sus efectos.
Además, hay que arreglar las partes más débiles o estropeadas porque podrían no soportar la carga de los nuevos azulejos. Antes de trabajar sobre una superficie debe estar en perfecto estado. Existen materiales específicos para endurecer la pared y el suelo, así como para nivelar ambas superficies.
Cuando se realiza el alicatado, es posible que tanto los sanitarios del baño como los electrodomésticos de la cocina estén ya instalados. Esto significa que, a la hora de colocar los azulejos, habrá que cortarlos para sortear estos aparatos. También habrá que salvar las tuberías de agua y la instalación eléctrica, por lo que conviene cortar la corriente.
En el baño, la mayor complicación se encuentra en la bañera. En este caso, para el revestimiento se suele emplear madera o placas de yeso, sobre las que se colocan los azulejos. Luego hay que sellar adecuadamente la junta de la bañera con la pared para evitar filtraciones de agua, una operación que debe repetirse en la cocina, en la zona de la encimera.