España es el segundo país más ruidoso del mundo y las medidas para evitarlo son insuficientes. Son algunas de las afirmaciones de Emilia de la Serna (Sevilla, 1956), vicepresidenta para asuntos jurídicos de la PEACRAM (Plataforma Estatal contra el Ruido, que incluye más de 90 asociaciones). Esta licenciada en Derecho, que lleva ocho años en la lucha contra el ruido a través del asociacionismo, asegura que se trata de un problema medioambiental que afecta gravemente la salud de millones de españoles, pero las instituciones no asumen su responsabilidad para combatirlo. Por ello, subraya esta letrada, también vicepresidenta de la Plataforma por el Descanso en Sevilla y miembro de Juristas contra el Ruido y de la RADA (Red de abogados defensa medio ambiente), los ciudadanos deben ser conscientes de que el ruido vulnera derechos fundamentales. No obstante, y aunque se trata de un procedimiento laborioso, cada vez se consiguen más resultados favorables, remarca.
Las propias administraciones son las primeras que ignoran los límites legales, por no hablar de la falta de transparencia
Las carencias en España son todavía significativas: hay una escasez de medidas prácticas, la Ley del Ruido no está siendo eficaz y el ruido del ocio y del tráfico aéreo, ferrovial y de carreteras no se intenta disminuir. Por otra parte, las propias administraciones son las primeras que ignoran los límites legales, por no hablar de la falta de transparencia. Los avances son mínimos con respecto a la magnitud del problema, y no se escucha a los afectados.
A pesar de ello, poco a poco se va avanzando. La concienciación por los problemas del ruido es cada vez mayor y el afectado comienza a comprender que tiene derecho a exigir el respeto de los derechos constitucionales fundamentales respecto a la salud y a la intimidad en el hogar, entre otros. Los ciudadanos tenemos que hacer entender a la Administración que las exigencias medioambientales y de calidad de vida van a tener más peso en las agendas electorales. En este sentido, el pasado 29 de abril, Día Internacional del Ruido, la PEACRAM y Juristas contra el Ruido presentamos un escrito a las principales institucionales nacionales, autonómicas y locales denunciando la desigualdad de derechos de los ciudadanos y pidiendo una unificación de criterios.
Por cada decibelio por encima de los 65 aumentan los ingresos hospitalarios un 5,3%Los jueces y ciudadanos se quejan de que los tecnicismos la vuelven incomprensible e inaplicable y está llena de imprecisiones. Por otra parte ha de ser adoptada por las comunidades autónomas. Por ejemplo, los principios de cautela y prevención están ausentes: ante un foco emisor que provoca un ruido evidente, lo primero que debería hacerse es paralizar el foco, no medir para comprobar la magnitud. Además, se excluyen las fuentes de ruido que más afectan a los ciudadanos, como las actividades de ocio y los ruidos vecinales. Llama la atención que en un país con nuestro clima se imponga la obligación de medir con ventanas cerradas. En definitiva, el sentido que impregna la ley no es la defensa de la salud y la intimidad en el hogar.
El ruido es un vertido tóxico y numerosas investigaciones recogen la gran variedad de sus efectos negativos
Diversas investigaciones destacan gran variedad de efectos negativos de este vertido tóxico que es el ruido:
- Un estudio realizado en Francia concluye que personas sometidas a niveles de ruido superiores a los 85 decibelios (dBA) (normal en zonas de “movida”, ruido de tráfico, ferrocarriles, aviones o en algunos trabajos) sufren un 12% más de problemas cardiovasculares, un 37% más de problemas neurológicos y un 10% más de problemas digestivos.
- El Proyecto HYENA sobre los efectos de ruidos en aeropuertos, financiado con Fondos Comunitarios y publicado en la revista European Heart Journal, revela que ante un ruido superior a los 35 dBA la tensión arterial sube, incluso sin que el afectado se despierte.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó en 2006 que la exposición a largo plazo o permanente a ruidos como tráfico, sirenas u otras fuentes es responsable de un 3% de los ataques cardíacos.
- En el Reino Unido se considera que de 101.000 muertes por enfermedades coronarias, 3.030 pueden estar causadas por exposición crónica al ruido, incluyendo el ruido del tráfico.
- Julio Díaz, del Instituto de Salud Carlos III, menciona en el trabajo “Ruido, tráfico y salud” que por cada decibelio por encima de los 65 aumentan los ingresos hospitalarios un 5,3%, especialmente por causas cardiovasculares.
Se ha llegado a considerar el daño causado por ruido como un delito de lesionesEn resumen, el ruido provoca diversos efectos: agitación respiratoria, taquicardias, aumento de la presión arterial, del colesterol, de la glucosa en sangre, de los dolores de espalda, cuello y cabeza, y de los problemas gástricos. El insomnio y dificultad para conciliar el sueño provocan estrés, depresión, irritabilidad o agresividad; el deseo sexual se ve afectado; disminuye la capacidad de concentración y la memoria; las relaciones familiares, sociales y laborales se ven afectadas, especialmente en los niños: el rendimiento escolar y laboral baja, se retrasan en el aprendizaje y se hacen poco sociables. Ya hay diversas sentencias con condenas por delito contra el medio ambiente en su modalidad de contaminación, acústica, basadas en el artículo 324 del Código Penal. Incluso se ha llegado a considerar el daño causado por ruido como un delito de lesiones.
España es el segundo país más ruidoso del mundo, después de Japón: hay nueve millones de españoles sometidos a niveles superiores a los 65 dB (A), según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La Mutua de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social (FREMAP) publica que en España hay cuatro millones de personas que trabajan en entornos con unos niveles de ruido superiores a los 85 decibelios. El 45% de los encuestados por la cadena de centros auditivos GAES considera que su ciudad es “muy ruidosa”. En nuestras asociaciones tenemos casos de familias devastadas y de personas sujetas a situaciones indescriptibles provocadas por el ruido.
España es el segundo país más ruidoso del mundo, después de JapónEl tópico de la “cultura” esconde una falta de civismo o una inaplicación de la legislación vigente, ya que no se entiende que el bien prioritario que hay que proteger es la salud. En el Reino Unido, por ejemplo, se ha permitido la apertura de pubs toda la noche, pero esta licencia está sujeta a la aprobación vecinal, y si ésta se retira el pub cierra. En España hacen falta años de sufrimiento y más de tres años en los juzgados para llegar al cierre. La actuación administrativa es ineficaz y lenta, cuando por fin llegan las sanciones, éstas son irrisorias. El afectado se ve ante una Administración que no quiere actuar ni conoce estos problemas. La policía tiene muy poco margen de maniobra para actuar. La diferencia normativa en las distintas autonomías crea una desigualdad de los ciudadanos ante la ley y complica las actuaciones. Las obras públicas no respetan las normas del ruido, van atrasadas y para cubrir su ineficiencia trabajan por la noche. Por ejemplo, en Sevilla son miles los afectados por el ruido del nuevo metro, y lo mismo ha ocurrido con las nuevas pistas del aeropuerto de Barajas. Faltan campañas de concienciación ciudadana y compromiso real de los gobernantes para aplicar la legislación vigente.
En Reino Unido, la apertura de pubs toda la noche está sujeta a la aprobación vecinalSi bien todos los estudios consideran el ruido del tráfico como el más importante, se confunde la causa con el efecto: el ruido de tráfico nocturno es efecto indirecto del “ocio nocturno”. Por ello, esta actividad y sus efectos (tráfico, aglomeración de gente y consumo en la puerta, gritos, coches discoteca, “botellones”) son las principales fuentes de ruido y de hecho, la mayoría de las denuncias presentadas por ruido son contra dichas actividades.
Por otra parte, el ruido generado por las infraestructuras (tráfico aéreo, ferroviario y de carreteras) y las actividades industriales y las obras (públicas o privadas) es otra importante fuente de contaminación. Asimismo, la actividad de algunos locales comerciales puede provocar graves ruidos de impacto si no están adecuadamente aislados. Los ruidos vecinales son fuente de graves problemas, difíciles de resolver por la falta de legislación aplicable.
El “ocio nocturno” y sus efectos son las principales fuentes de ruido en EspañaDebe tener muy claro que tiene derecho a estar protegido contra el ruido y denunciar el problema. En casos de ruido de ocio y vecinales, describiendo la situación y el daño detalladamente por escrito ante su Ayuntamiento y/o Gobierno autonómico. Y para ruidos por infraestructuras, ante el Gobierno central. Al mismo tiempo, denunciarlo ante la Policía (hay ciudades que incluso tienen una Policía local específica para el ruido) y solicitar mediciones, tanto de la Policía como del Ayuntamiento o subsidiariamente del Gobierno autonómico. Es muy importante recabar pruebas en forma de fotos y mediciones, así como acudir al médico para hacer constar los daños en la salud.
Para obtener más información, son muy útiles las webs de la PEACRAM, la de Juristas contra el Ruido y la web Ruidos. Asimismo, el libro “El Ruido en las Ciudades” de Juristas contra el Ruido y PEACRAM (Editorial Bosch) y “La Defensa Jurídica de la Contaminación Acústica”, de José Joaquín Herrera del Rey (Editorial la Ley) contienen un magnífico compendio que sirve de guía sobre cómo actuar.
Cuanto antes actúen los ciudadanos mejor: se están ganando muchos casos por daños patrimoniales, físicos y moralesNo podría dar una estimación de costes de asistencia jurídica porque cada caso es distinto. Por ello, aconsejo una primera consulta telefónica o por Internet para exponer el problema, siempre a un abogado especializado. Cuanto antes se actúe mejor: se están ganando muchos casos por daños patrimoniales, físicos y morales. Y nunca se debe asumir que una actividad o local cuenta con licencia o cumpla sus condiciones, ya que hasta los propios ayuntamientos incumplen la normativa. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Sevilla prohibió en 2001 la concesión de licencias para discoteca en zonas de vivienda, aunque con posterioridad las concedió en contra de su propia normativa, hasta que los vecinos las anularon en los tribunales.
Hace falta más sentido común y menos mediciones. Es vital que se aplique el principio de cautela, y que se creen protocolos de actuación de la Policía que les permitan actuar de forma inmediata. Y debe haber voluntad de aplicar la ley: el primer incumplidor es la propia Administración: no da acceso a la información ambiental, los estudios de impacto ambiental son cuasi secretos, obvian puntos clave, etc.
Es muy importante recabar pruebas en forma de fotos y mediciones, así como acudir al médico para hacer constar los dañosEl problema es que sobran normas y faltan aplicaciones. Además, este documento es de aplicación para las obras que se comiencen ahora, y si bien aumenta la exigencia, se encuentra por debajo de lo que otros países obligan hace diez años, como recuerda la Asociación Española Contra la Contaminación por el Ruido (Aecor).
En muy pocas ciudades. Pero lo verdaderamente preocupante es que en muchos casos estos mapas responden más al interés de los ayuntamientos de esconder los problemas de ruido que a detectarlos. Se dan como resultados cifras medias que esconden la gravedad del problema, y hay muchas formas de medir, lo que lleva a resultados muy distintos. Muchos mapas se han hecho sin participación ciudadana de los afectados. Ahora bien, si los ayuntamientos asumen la intención genuina de hacer algo, pueden llegar a ser un instrumento muy útil que permitirá elaborar los planes de acción adecuados.