Ibón Casas (San Sebastián, 1969) es el creador del “Blind Rock” (rock ciego). Cantante, guitarrista y compositor, un día le propusieron patentar la idea y apostó por ella. Padece desde pequeño retinosis pigmentaria, que le provoca visión tubular y ceguera nocturna. Conserva un resto de visión útil (resto visual) para realizar las tareas cotidianas, pero ha compartido los últimos nueve años con Altea, una perra guía que le ha acompañado en todos sus desplazamientos, excepto en el escenario.
“El ‘Blind Rock’ es un estilo bastante energético, con letras coloristas”
Es un estilo bastante energético, con letras coloristas. Hace unos diez años viajé a San Francisco para comprar material musical y, a través de dos amigos, conocí a un mánager de Gijón que me animó a crear una banda con ese nombre. Le hice caso. Cuando regresé formé la banda y recuperé el nombre para denominar así a nuestro estilo.
Hemos grabado un EP con seis canciones, cuatro con banda y dos en acústico. Las producciones de los discos tienden a ser más “blandas”, pero en los conciertos en directo somos muy energéticos.
Hasta ahora no. Sólo me interesa trabajar. Hacerse un hueco en el mundo de la música es muy difícil, hay que ir muy despacio. Si conseguimos organizar una pequeña gira con varios conciertos, nos damos por satisfechos. Importa el trabajo sobre el escenario. El resto, los términos que se utilicen, son un distintivo. Aunque es cierto que en ocasiones resulta difícil explicar a la gente que no soy ciego. Tengo un resto visual.
Sobre todo, he tenido que explicar que veo poco. Los ojos de las personas con resto visual no tienen ningún rasgo característico. Los ojos de otras personas son blanquecinos, pero nosotros conservamos una mirada limpia. Además, es frecuente que no usemos bastón hasta que nos hacemos mayores, y aunque el 90% de las veces no pasa nada, llega un día en el que te tropiezas en la calle o te chocas con una persona porque no ves bien. Esto es lo peor. Hay quien piensa que es premeditado y podemos tener un altercado. Desde que me asignaron un perro guía la gente me identifica y vivo más tranquilo. Se dan cuenta de mi situación, me piden perdón si se chocan conmigo. Pero en general siempre hay falta de entendimiento con las personas que tenemos resto visual.
“Un perro guía es todo, porque compartimos con él cada segundo del día”
Todo. Con un perro guía se comparte cada segundo del día. Altea lleva conmigo casi nueve años y ahora se “jubila” porque ya es mayor, tiene cataratas y artrosis, y no se siente cómoda para guiar. Es un momento duro, pero hay que liberar a los perros de esa carga. Hasta ahora me ha acompañado en mi carrera musical, pero nunca ha subido a los escenarios porque no es un espectáculo. El público conoce mi condición, pero quiero que me estimen por mi música. Muchas personas se asombran cuando ven que somos capaces de hacer este tipo de cosas. Siempre impacta, pero al final lo importante es que el trabajo sea bueno.
Presenté mi proyecto a una convocatoria anual de la ONCE y me seleccionaron. Ir de la mano de esta organización es un gran apoyo. Es bueno dar a conocer al público esta realidad para sensibilizarle. Somos más que vendedores de cupones. Les queremos contar cómo vivimos porque la sociedad rechaza bastante a las personas con discapacidad.
Empecé a vender cupones en 1996, seis años después de formar mi primera banda. Fue una etapa de la que guardo grandes recuerdos y anécdotas. Pero llegó un día en el que perdí la motivación y abandoné el trabajo.
Hace varios años conocí a un mánager que me ofreció un contrato con esta multinacional. Firmé y fue entonces cuando solicité ayuda a la ONCE. Ahora hemos rodado un vídeo muy competitivo. Es lo más importante. Peleo por mi música y por mis canciones. Tengo reconocidas varias incapacidades, no puedo conducir ni leer un libro, pero me subo al escenario y las personas me valoran porque piensan que ellas no serian capaces de hacer lo mismo. Yo cuento con la ayuda de un músico que me acompaña en los conciertos. Pregrabamos algunos sonidos y nos desplazamos con una infraestructura pequeña para que podamos con todo. Nuestro espectáculo es sencillo, pero no nos falta energía en directo.
Utilizo programas adaptados, como Jaws, que reproduce la información con una voz sintetizada. Así manejo el correo electrónico, navego en Internet o escribo documentos de texto con una serie de teclas rápidas, pero algunos programas no se han diseñado con criterios de accesibilidad y, al tratar de trabajar con ellos, Jaws no responde.
“La discapacidad visual me ha impedido realizar muchos proyectos”
Muchos. Yo tengo un resto visual, pero esto se apaga. Estoy enfermo para toda la vida. Mis ojos están enfermos. Desde siempre me he acostumbrado, he salido a la calle, he pedido ayuda a la gente para cruzar por determinados lugares, pero muchas personas se sienten incómodas cuando les agarras. Esta situación te hace plantearte ciertos aspectos de la vida.
Estudié en una academia durante un año, pero luego aprendí con otros músicos. Les escuché tocar y en 1990 formé mi primera banda. Las personas con deficiencia visual tenemos que aprender en braille, leer así las partituras. Esto supone un esfuerzo mayor y muchas abandonan la idea. Pasan varios años hasta que se adaptan a este sistema. Pero no hay otro camino.
Prefiero decir que compongo canciones. Tengo un respeto enorme por los grandes compositores. Como he dicho antes, sólo quiero trabajar.
Por supuesto, pero las salvo. Son aspectos que pasan desapercibidos para la mayoría de las personas. Quienes tenemos resto visual necesitamos que haya luz suficiente y un nivel bajo de ruido. Si no vemos ni escuchamos, nuestra sensación de discapacidad aumenta.