ASIMELEC, la principal asociación de las empresas tecnológicas en España, está muy preocupada por el frenazo en el desarrollo del sector digital. Tal como explica Juan Manuel Zafra, presidente de la Comisión de Contenidos Digitales de este organismo y director adjunto del grupo audiovisual Lavinia, la crisis ha caído como un hachazo sobre esta industria y ha cortado de raíz todo el flujo de inversiones. Pero el problema va más allá, porque el parón se ha registrado en una etapa de desarrollo fundamental, cuando comenzaban a brotar los primeros proyectos de lo que debería ser el futuro del sector. Es por ello que desde ASIMELEC se ha lanzado un llamamiento a la Administración para que lidere y apoye la transformación digital de la industria española de los contenidos, atrapada en su atávico modelo de negocio, y evitar así su hundimiento.
Hay una crisis de modelo. Se consumen más productos de ocio y cultura que nunca antes, pero los ingresos no crecen al ritmo que lo hacían como consecuencia de factores tecnológicos, sociológicos, regulatorios y de otra índole. Se han modificado los hábitos de consumo porque la ciudadanía dispone de nuevas herramientas asociadas a la digitalización de los productos y las redes de banda ancha para acceder a ellos. La “piratería” es un problema significativo en España, lo que nos obliga a incrementar las estrategias para combatirla, pero no sólo con medidas coercitivas, sino también con divulgación y formación. De todos modos, es innegable que debemos experimentar fórmulas de comercialización de los contenidos para adecuarnos a las nuevas demandas del mercado.
Es una crisis estructural, una transformación que afecta a todos los eslabones de la cadena de valor de la industria de los contenidos. Tenemos que abrir una reflexión profunda. En medio de este proceso de adecuación al nuevo contexto digital, nos hemos topado con la peor crisis financiera de la historia, lo que significa que las empresas del sector han visto cómo se restringe el crédito para afrontar los procesos de renovación y modernización que se habían iniciado.
“Vivimos una transformación que afecta a todos los eslabones de la cadena de valor de la industria de los contenidos”
Hay sectores industriales que han recibido el impulso y las ayudas necesarias de la Administración para afrontar su reconversión. Si creemos de verdad que éste es un sector estratégico en la sociedad de la información y el conocimiento, donde el talento y la creatividad marcan la riqueza de las naciones, la Administración debe plantearse planes específicos para llevar a cabo la necesaria transformación de la industria de contenidos.
A la crisis económica general se ha sumado una crisis del modelo de explotación de la información, del modelo de negocio de los medios de comunicación y la industria de los contenidos en general. En consecuencia, al no ver un panorama claro, ha caído la inversión en publicidad por parte de las empresas. Esto ha pasado en medios tradicionales, pero también en los nuevos medios digitales, sobre los que poco a poco se disipan dudas, pero que todavía no son capaces de atraer los volúmenes publicitarios que acaparan los medios tradicionales, aunque sean los que más crecen.
“Las empresas del sector han visto cómo se restringe el crédito para afrontar los procesos de renovación y modernización”El liderazgo y apoyo del Gobierno son determinantes para afrontar las profundas reformas necesarias en el sector. No se trata de reivindicar ayudas públicas en un contexto de austeridad y ajuste, sino de racionalizar la inversión, establecer prioridades y objetivos claros desde las instituciones con responsabilidades claramente identificadas en el sector.
Seguiremos como una economía tradicional, sujeta a un patrón de crecimiento más propio del siglo XX que del XXI, no sostenible y no ajustada a las demandas y necesidades de las generaciones futuras.
Depende de los campos a los que nos refiramos. El Gobierno ha hecho un esfuerzo enorme para adecuar las infraestructuras, la parte técnica, a la televisión digital terrestre (TDT). Ahora que los hogares cuentan con descodificadores, deberíamos plantearnos la segunda fase de ese esfuerzo, que debe orientarse a dotar de contenidos, servicios y aplicaciones a esas redes, favorecer la pluralidad y la diversidad de la oferta. Hay que impulsar y favorecer a los emprendedores para que continúe el desarrollo de plataformas de contenidos interactivos, hay que fomentar la formación creativa y la adecuación de los profesionales del sector a las nuevas demandas. Éstas son algunas de las medidas que creemos que deberían tomarse y formar parte de ese “plan nacional” de impulso a la industria de los contenidos digitales en España que hemos propuesto al Gobierno y a los ministerios de Industria, Educación e Innovación.
Porque estamos al comienzo de una revolución industrial que trastoca todos los órdenes de nuestras vidas y que requiere ajustes muy importantes: renunciar a viejos hábitos y posiciones de poder.
Tenemos que encontrar nuevos modelos de explotación de los contenidos, romper con los moldes establecidos que no sirvan y desarrollar la creatividad para formular nuevas propuestas a los consumidores. Pero también es cierto que la consolidación de los nuevos modelos resulta muy complicada cuando no hay una cultura de pago, como parece que sucede en España.
ASIMELEC, que ha asumido el canon por imperativo legal, siempre ha considerado que la cultura y la creatividad deben remunerarse, pero el canon no es el medio adecuado, ya que es un sistema obsoleto e indiscriminado que penaliza a los usuarios que no utilizan los equipos o soportes para copiar material protegido, y genera problemas para las empresas y el mercado.
“ASIMELEC siempre ha considerado que la cultura y la creatividad deben remunerarse, pero el canon no es el medio adecuado”
La abogada general del Tribunal de Justicia Europeo, Verica Trstenjak, ha calificado de “indiscriminado” el modelo del canon digital que se aplica en España, ya que sólo debería gravar los equipos, aparatos y materiales de reproducción digital que se vayan a destinar a la realización de copias privadas. Es necesario desarrollar nuevos modelos de negocio en la industria y establecer medidas para fomentar, proteger y remunerar el talento creativo. En mi opinión, el canon enturbia el debate porque crea un estado de opinión contrario a la búsqueda de propuestas de consenso, serenas y flexibles.