Pablo Castells (Barcelona, 1977) viajó en 2004 a Calcuta para trabajar como voluntario. Buscaba “una opción diferente al clásico viaje de verano, algo más que un descanso”. Y lo encontró. A su vuelta, fundó la plataforma Locos de la Colina, “un nombre que surgió de una locura cuerda”, y desde entonces ha desarrollado otros proyectos ligados a éste, como la ONG Streets of India y el programa “Music for them”. No cree en imposibles. En el día a día ejerce de abogado especialista en propiedad intelectual e industrial, pero comparte esta profesión con sus deberes solidarios. En su opinión, no hay excusa para lo contrario. “Streets of India nació con la crisis, en abril de 2009. Nuestros proyectos tienen poco presupuesto, pero como alternativa a las donaciones, proponemos que la gente ayude de otras maneras”, explica.
Sólo con organizaciones locales en Barcelona. Hasta entonces, había colaborado en casales de verano en el barrio del Raval de Barcelona, junto con mis hermanos y compañeros del colegio. Llevábamos alimentos en Navidad a las personas indigentes. Más tarde, colaboré con la ONG Soñar Despierto, comprometida con la infancia.
El mismo año que fundé la plataforma, 2004, viajé a India para ayudar y aportar mi granito de arena como voluntario en otro país. Mi destino fue Calcuta y mi labor diaria, atender a los enfermos de la Orden de Madre Teresa. La experiencia me impactó y enriqueció tanto, que decidí que regresaría al verano siguiente. Mi objetivo entonces fue aprender más y conocer el trabajo social por la gente necesitada de India. Además, sentí que quería hacer llegar a más gente mi experiencia y que cualquier persona, sin tener formación específica ni en sanidad ni en cooperación, pudiera experimentar una labor humanitaria en India.
“Es necesario tener predisposición para ayudar de forma desinteresada, así como paciencia y grandes dosis de buen humor”
La ilusión es básica y fundamental, en Locos intentamos transmitirla al máximo para que cada vez más gente se anime a ser voluntario. Además, es necesario tener predisposición para ayudar de forma desinteresada, así como paciencia y grandes dosis de buen humor. En el caso de India, también hay que estar dispuesto a adentrarse en una cultura muy diferente a la nuestra.
“Tú aterriza en Calcuta y ya sabrás por dónde hay que empezar”. Éste es el consejo que me dieron a mi cuando viajé a India como voluntario. Les diría eso, que empiecen por algo, porque sus intereses y su corazón les guiarán hasta dar con la ayuda que es más necesaria o el ámbito en el que pueden ser más útiles. Si una persona dedica el tiempo que puede a ser voluntario, eso ya es mucho. Y si lo hace con ilusión, seguro que suma y contribuye para que otras personas reciban esa dedicación. Para animar y explicar qué supone ser voluntario, Locos de la Colina organiza charlas un jueves al mes (en Solidarik -Barcelona-. Amigó 37). Les damos consejos sobre cómo empezar, explicamos anécdotas, datos prácticos, diferentes proyectos con los que colaborar y, en definitiva, pasamos un buen rato entre amigos.
¡Por supuesto! Algunos suburbios de Barcelona se acercan mucho a la realidad que se vive en Calcuta pero, además, la ONG Streets of India, uno de los proyectos de Locos, cuenta con una plantilla de voluntarios que nos ayudan desde España en todo lo referente a la gestión de eventos, ejecución de planes de comunicación, sensibilización a la sociedad española sobre la realidad de India, recogida de material para enviarlo a proyectos sobre el terreno, recaudación de aportaciones económicas o divulgación de nuestra labor entre sus conocidos.
“Sin abandonar nuestro entorno familiar podemos aportar muchísimo”
Así es. De todos modos, en mi caso, fue de gran ayuda vivir la experiencia en India, lejos de mi entorno habitual, para luego volver y tomar conciencia del sufrimiento y las carencias que hay aquí también. Sin abandonar nuestro entorno familiar podemos aportar muchísimo.
Hay que cumplir una serie de trámites, pero estos no son ningún impedimento, sino requisitos establecidos por el bien de nuestra misión. Las ONG tienen que fiscalizarse y ser un ejemplo impecable de buena administración. Sin esta característica, todo proyecto se desvanece. No obstante, es necesario, y en mi caso lo echo en falta, una mayor coordinación e integración entre el trabajo de las diferentes ONG, al menos, entre las organizaciones que trabajamos en un mismo país. Este aspecto tendría que potenciarse más desde la Administración pública.
Lo son, pero poco a poco conseguimos que se cubran, al menos, las más básicas. Gran parte de los resultados obtenidos no los llegaremos a ver, pero que nos beneficiemos de los resultados de proyectos que otros iniciaron, significa que si nuestro trabajo es constante dará frutos durante años, durante la vida de muchas personas. Lo importante es formar parte de la cadena de personas que generan valor.
“En cooperación hay que apuntar alto, pero hay que ser lo más realista posible”
Cuando se empiezan a poner en marcha proyectos de ayuda al desarrollo, lo primero que hay que tener claro es que a todo no se puede llegar. Tras acabar con un proyecto que cubre unas necesidades, se inicia otro que abarca un poco más y así sucesivamente. Las prisas no son buenas consejeras, en cooperación hay que apuntar alto, pero hay que ser lo más realista posible. Los proyectos priorizan las necesidades más urgentes y se deciden en consenso con nuestras contrapartes en India y en España. Deben aportar algún tipo de valor material, sanitario o emocional de primer orden a las personas que se benefician del proyecto. Se plantean a corto, medio o largo plazo, en función de la urgencia de las necesidades y de los recursos humanos y materiales de los que disponemos.
El seguimiento lo hacemos desde España una vez al mes y durante la estancia del equipo de “Streets of India España” en India. Son cuatro meses al año en los que estamos en contacto directo y diario con las personas que participan en los proyectos. Al ser una ONG pequeña y cercana, podemos informar del destino de los fondos de manera personal a nuestros donantes, también en los eventos que organizamos o a través de Internet y animamos a nuestros socios y amigos a que, si es posible, visiten y conozcan los proyectos de primera mano. De todas formas, Streets of India, que gestiona los recursos de Locos de la Colina, trabaja en la actualidad en un protocolo de información para que en todos los actos que organizamos se transmita cada paso del trabajo que se realiza en India y su resultado. Además, separamos cada recaudación obtenida y donación realizada para dar la posibilidad de que el mismo donante escoja el destino de su aportación.
Hay una mayor tendencia a tener una experiencia vivencial interior, no tanto a placeres cortos y momentáneos. India enseña, pero también hay que saber escucharla. Desde Locos proponemos añadir una ruta de corazón a la ruta de mochila, que el viajero ya tiene en mente. Ayudamos a conciliar el conocer con el sentir. El efecto de la experiencia conmovedora puede traducirse en ayudar desde el regreso del viajero a su país de origen. Ése es el turista altruista.
Nosotros nacimos con la crisis y, en especial, Streets of India, que se fundó en abril de 2009. Nuestros proyectos tienen poco presupuesto para atender a la crisis actual. Como alternativa a las donaciones, proponemos que la gente ayude de otras maneras. Se pueden ofrecer servicios, productos o tiempo de dedicación, en lugar de aportaciones económicas. La parte positiva de la crisis que vivimos es que ayuda a identificarse con las personas cuya vida es una auténtica crisis, de forma permanente.
Entre los diversos proyectos lanzados desde la plataforma Locos de la Colina, destaca “Music for them” (Música para ellos). Se apoya en el lema “La música y el entretenimiento también curan” para conseguir que “las personas enfermas y desamparadas olviden por unos instantes su situación”. Pablo Castells asegura que el efecto es inmediato: “Escuchan la música y, acto seguido, viene la sonrisa”.
Este proyecto se inició en un centro de enfermos (Prendam) de la Madre Teresa, en Calcuta. El propio Pablo improvisó una rumba, “que se prolongó durante una hora al comprobar la reacción de los enfermos. Al finalizar, una hermana de la caridad se acercó y dijo ‘esto aquí es muy necesario’. En ese momento nació Music for them”.
Al verano siguiente, ocho artistas imitaron a Castells en ese mismo centro y en otros diez centros de enfermos y hospicios, con actuaciones diarias durante dos semanas. Este verano, tomarán el relevo un total de 15 artistas. “Este año alternaremos folclore español con música india”, explica Castells. “Además, improvisaremos actuaciones en estaciones de tren, en la misma calle o en los restaurantes”, añade.