Entrevista

Francis Ballesteros, director de proyectos de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Los sectores público y privado deben colaborar para responder a los retos de la era digital
Por Jordi Sabaté 24 de febrero de 2011
Img francisballesteros portada

La dirección de proyectos de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes implica definir qué nuevos proyectos se emprenden y coordinar de manera general su puesta en marcha, supervisar los trabajos que ya están en fase de desarrollo y estudiar nuevas líneas estratégicas de acción en las cuales esta biblioteca puede jugar un papel relevante. Éstas son las atribuciones de Francis Ballesteros, antiguo editor de las revistas Generación XXI y «A Través del Espejo», dos publicaciones en papel que actuaron en su día de puente entre las generaciones analógicas y las nuevas digitales. Ahora, al frente del mayor proyecto de digitalización del patrimonio literario y gráfico hispánico, define la cultura iberoamericana como una de las más potentes, variadas y ricas del mundo. En consecuencia, Ballesteros cree fundamental no solo preservar, sino también dinamizar ese patrimonio desde el entorno digital. Para él, no es simplemente una cuestión de gestión de archivos, opina que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes debe ser una de las plataformas de crecimiento de la cultura hispana en la Red y que la misma debe sostenerse con la colaboración de los sectores tanto privados como públicos.

¿Cómo definiría el objetivo de la Biblioteca Virtual Cervantes?

La Cervantes tiene como principal misión preservar y difundir el patrimonio cultural hispánico, sobre todo en su vertiente humanística, mediante su digitalización y el uso de las herramientas tecnológicas de la era digital. Eso la sitúa en el centro de un tablero de operaciones donde se define, en el mundo entero, gran parte del futuro de la nueva cultura digital.

¿Qué proporción del patrimonio cultural español en el dominio libre tienen digitalizado?

“No nos limitamos a España, sino que asumimos como ámbito de actuación todo el mundo hispánico, y eso coloca ante nosotros un reto colosal”

Es difícil de cuantificar. ¿Una gota en el océano? Convendría aclarar que en la Cervantes no nos limitamos a España, sino que asumimos como ámbito de actuación todo el mundo hispánico, y eso coloca ante nosotros un reto colosal, dada la magnitud y la diversidad de uno de los mayores patrimonios culturales.

¿Es costosa la digitalización de obras en papel?

Por fortuna cada vez menos, gracias al uso de herramientas más potentes y menos caras, como ocurre con los ordenadores y los televisores planos.

¿Cuáles son los factores que encarecen el proceso, la antigüedad de las obras, la cantidad de páginas, las ilustraciones complejas, los servidores donde se albergan?

“El principal coste no se debe tanto a la mera digitalización, sino a la necesidad de intervención humana para lograr resultados de calidad”

El principal coste no se debe tanto a la mera digitalización, sino a la necesidad de intervención humana para lograr resultados de calidad, como es nuestra intención. El proceso de digitalización puede limitarse a convertir papel en imagen digital, pero enriquecer esas imágenes y transformarlas en texto digital accesible, editar y maquetar estos textos, convertirlos en los formatos más adecuados para cada uso y, por último, añadir información de contexto y aportes críticos, todo ello es lo que más esfuerzos y recursos exige.

¿Con qué presupuesto anual cuentan ustedes para sus objetivos?

Este año contaremos, de modo aproximado, con 1.300.000 euros que intentaremos optimizar al máximo, como cada año.

¿Las obras se han dispuesto en formato de libro electrónico para que puedan disfrutarse en cualquier dispositivo portable, tipo tableta o lector de libros electrónicos?

“Una parte de nuestro catálogo editorial se comercializará a través de las principales plataformas nacionales e internacionales de distribución de libros digitales a precios justos”

Los contenidos de la Biblioteca Virtual Cervantes, unos 135.000 objetos digitales, de los cuales más de 80.000 son obras digitalizadas, se publican en nuestra web para que sus usuarios los puedan consultar y descargar de manera íntegra y gratuita. Pero además nos hemos constituido en editorial para incorporar de manera progresiva el creciente fondo de nuestra biblioteca a un catálogo de obras perfectamente editadas y adaptadas para su cómoda lectura en todos los nuevos dispositivos electrónicos. Este catálogo editorial se comercializará a través de las principales plataformas nacionales e internacionales de distribución de libros digitales a precios justos, esto es, bajos, pero que nos proporcionen un retorno que permita afrontar los costes de edición, seguir con la incorporación de obras y acometer nuevos proyectos relacionados.

¿Están disponibles en formato libre ePub?

El catálogo editorial de la Cervantes usa el ePub como formato principal para su lectura en portalibros, tabletas y móviles, mientras que para la página web utilizamos sobre todo PDF y HTML.

¿Qué piensa de las intenciones de Google de digitalizar numerosas obras europeas de dominio público y explotarlas comercialmente?

“El catálogo editorial de la Cervantes usa el ePub como formato principal para su lectura en portalibros, tabletas y móviles”

Google ha pasado en poco tiempo en el imaginario colectivo de simpática iniciativa juvenil llena de futbolines y alegres colores, a dragón que amenaza con devastar nuestras cosechas, o con comérselas enteras. Y no es ni una cosa ni la otra, es una empresa legal con sus objetivos de rentabilidad. Como siempre, la percepción general es demasiado gruesa y se desentiende de matices. Por ejemplo, Google se dedica a la digitalización masiva, como si fuera una enorme fotocopiadora, y eso es compatible sin problemas, en el peor de los casos, con otras formas de digitalización y edición digital de alta calidad, sobre todo en lo referido a patrimonio histórico. Lo atractivo de Google es que se ofrece a digitalizar gratis y mientras otros actores privados, y sobre todo públicos, no hagan lo propio, ellos aprovecharán su ventaja y con todo el derecho, por mucho que gimoteemos los demás.

¿Están ustedes en contra de la explotación comercial de esas obras?

“Nos toman como ejemplo de colaboración público-privada en los foros internacionales”

En principio no, si no hay otra forma de preservarlas y difundirlas. Lo idóneo, desde luego, es que el patrimonio público sea objeto de gestión pública, pero esto ni parece posible siempre ni ha de excluir de manera categórica la colaboración de instituciones privadas. De hecho, tanto el sector privado como el público deben colaborar para responder con eficacia a las necesidades y los retos que plantea la era digital, y así lo recomienda la propia Comisión Europea. A nosotros, por cierto, nos toman como ejemplo de colaboración público-privada y se nos consulta y se nos menciona como modelo de éxito en foros y proyectos internacionales.

¿Qué piensa del Informe Nuevo Renacimiento encargado por la Comisión Europea? Propone la digitalización de toda la obra europea en el dominio público hasta 2017 por más de 100.000 millones de euros. ¿Es realizable en el plazo marcado por este informe el esfuerzo que propone y al precio que calcula?

“Yo soy escéptico respecto a los plazos y los costes del Informe Nuevo Renacimiento”

Este informe, mientras no se demuestre lo contrario con una clara definición de proyectos concretos y una generosa dotación presupuestaria para ejecutarlos, en realidad apenas establece un horizonte, marca un rumbo. Yo soy escéptico respecto a los plazos y los costes, y desconozco el criterio usado para estimarlos, pero apoyo las intenciones.

El Informe Nuevo Renacimiento también propone de modo literal la creación de herramientas jurídicas que permitan expropiar los derechos de obras de autores vivos que no estén en explotación para pasarlas al dominio público. ¿Ve coherente está recomendación?

La coherencia señala una conexión natural entre dos puntos, en este caso, un medio y un fin. Otra cosa es que éste justifique aquel. Se puede ser muy coherente y ser un “gángster”. Más bien me preocuparía, como Estado, de crear las condiciones idóneas para que quienes tengan derechos sobre la obra de autores, vivos o no, adoptaran de manera libre y voluntaria esas recomendaciones, y no de amenazar con expropiaciones como si por mi obra o por la de mi padre tuviera que pasar ineludiblemente una carretera.

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