La dirección de proyectos de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes implica definir qué nuevos proyectos se emprenden y coordinar de manera general su puesta en marcha, supervisar los trabajos que ya están en fase de desarrollo y estudiar nuevas líneas estratégicas de acción en las cuales esta biblioteca puede jugar un papel relevante. Éstas son las atribuciones de Francis Ballesteros, antiguo editor de las revistas Generación XXI y «A Través del Espejo», dos publicaciones en papel que actuaron en su día de puente entre las generaciones analógicas y las nuevas digitales. Ahora, al frente del mayor proyecto de digitalización del patrimonio literario y gráfico hispánico, define la cultura iberoamericana como una de las más potentes, variadas y ricas del mundo. En consecuencia, Ballesteros cree fundamental no solo preservar, sino también dinamizar ese patrimonio desde el entorno digital. Para él, no es simplemente una cuestión de gestión de archivos, opina que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes debe ser una de las plataformas de crecimiento de la cultura hispana en la Red y que la misma debe sostenerse con la colaboración de los sectores tanto privados como públicos.
La Cervantes tiene como principal misión preservar y difundir el patrimonio cultural hispánico, sobre todo en su vertiente humanística, mediante su digitalización y el uso de las herramientas tecnológicas de la era digital. Eso la sitúa en el centro de un tablero de operaciones donde se define, en el mundo entero, gran parte del futuro de la nueva cultura digital.
“No nos limitamos a España, sino que asumimos como ámbito de actuación todo el mundo hispánico, y eso coloca ante nosotros un reto colosal”
Es difícil de cuantificar. ¿Una gota en el océano? Convendría aclarar que en la Cervantes no nos limitamos a España, sino que asumimos como ámbito de actuación todo el mundo hispánico, y eso coloca ante nosotros un reto colosal, dada la magnitud y la diversidad de uno de los mayores patrimonios culturales.
Por fortuna cada vez menos, gracias al uso de herramientas más potentes y menos caras, como ocurre con los ordenadores y los televisores planos.
“El principal coste no se debe tanto a la mera digitalización, sino a la necesidad de intervención humana para lograr resultados de calidad”
El principal coste no se debe tanto a la mera digitalización, sino a la necesidad de intervención humana para lograr resultados de calidad, como es nuestra intención. El proceso de digitalización puede limitarse a convertir papel en imagen digital, pero enriquecer esas imágenes y transformarlas en texto digital accesible, editar y maquetar estos textos, convertirlos en los formatos más adecuados para cada uso y, por último, añadir información de contexto y aportes críticos, todo ello es lo que más esfuerzos y recursos exige.
Este año contaremos, de modo aproximado, con 1.300.000 euros que intentaremos optimizar al máximo, como cada año.
“Una parte de nuestro catálogo editorial se comercializará a través de las principales plataformas nacionales e internacionales de distribución de libros digitales a precios justos”
Los contenidos de la Biblioteca Virtual Cervantes, unos 135.000 objetos digitales, de los cuales más de 80.000 son obras digitalizadas, se publican en nuestra web para que sus usuarios los puedan consultar y descargar de manera íntegra y gratuita. Pero además nos hemos constituido en editorial para incorporar de manera progresiva el creciente fondo de nuestra biblioteca a un catálogo de obras perfectamente editadas y adaptadas para su cómoda lectura en todos los nuevos dispositivos electrónicos. Este catálogo editorial se comercializará a través de las principales plataformas nacionales e internacionales de distribución de libros digitales a precios justos, esto es, bajos, pero que nos proporcionen un retorno que permita afrontar los costes de edición, seguir con la incorporación de obras y acometer nuevos proyectos relacionados.
El catálogo editorial de la Cervantes usa el ePub como formato principal para su lectura en portalibros, tabletas y móviles, mientras que para la página web utilizamos sobre todo PDF y HTML.
“El catálogo editorial de la Cervantes usa el ePub como formato principal para su lectura en portalibros, tabletas y móviles”
Google ha pasado en poco tiempo en el imaginario colectivo de simpática iniciativa juvenil llena de futbolines y alegres colores, a dragón que amenaza con devastar nuestras cosechas, o con comérselas enteras. Y no es ni una cosa ni la otra, es una empresa legal con sus objetivos de rentabilidad. Como siempre, la percepción general es demasiado gruesa y se desentiende de matices. Por ejemplo, Google se dedica a la digitalización masiva, como si fuera una enorme fotocopiadora, y eso es compatible sin problemas, en el peor de los casos, con otras formas de digitalización y edición digital de alta calidad, sobre todo en lo referido a patrimonio histórico. Lo atractivo de Google es que se ofrece a digitalizar gratis y mientras otros actores privados, y sobre todo públicos, no hagan lo propio, ellos aprovecharán su ventaja y con todo el derecho, por mucho que gimoteemos los demás.
“Nos toman como ejemplo de colaboración público-privada en los foros internacionales”
En principio no, si no hay otra forma de preservarlas y difundirlas. Lo idóneo, desde luego, es que el patrimonio público sea objeto de gestión pública, pero esto ni parece posible siempre ni ha de excluir de manera categórica la colaboración de instituciones privadas. De hecho, tanto el sector privado como el público deben colaborar para responder con eficacia a las necesidades y los retos que plantea la era digital, y así lo recomienda la propia Comisión Europea. A nosotros, por cierto, nos toman como ejemplo de colaboración público-privada y se nos consulta y se nos menciona como modelo de éxito en foros y proyectos internacionales.
“Yo soy escéptico respecto a los plazos y los costes del Informe Nuevo Renacimiento”
Este informe, mientras no se demuestre lo contrario con una clara definición de proyectos concretos y una generosa dotación presupuestaria para ejecutarlos, en realidad apenas establece un horizonte, marca un rumbo. Yo soy escéptico respecto a los plazos y los costes, y desconozco el criterio usado para estimarlos, pero apoyo las intenciones.
La coherencia señala una conexión natural entre dos puntos, en este caso, un medio y un fin. Otra cosa es que éste justifique aquel. Se puede ser muy coherente y ser un “gángster”. Más bien me preocuparía, como Estado, de crear las condiciones idóneas para que quienes tengan derechos sobre la obra de autores, vivos o no, adoptaran de manera libre y voluntaria esas recomendaciones, y no de amenazar con expropiaciones como si por mi obra o por la de mi padre tuviera que pasar ineludiblemente una carretera.