Fijarse solo en la crisis económica y olvidarse del cambio climático es un grave error. Así se deduce de las palabras de José Miguel Viñas (Madrid, 1969). Este meteorólogo y divulgador recuerda otras crisis climáticas que acentuaron las crisis humanas de la época, solo que ahora se puede aprovechar el conocimiento científico. Viñas también ha sido hombre del tiempo en televisión, y responde a los que critican a sus compañeros: “no hay aciertos o errores, sino más o menos probabilidad (más del 90% a 48 horas vista)”. Su faceta de comunicador se extiende a la televisión, la radio, Internet (con su web Divulgameteo) o los libros (acaba de publicar ‘Curiosidades meteorológicas‘). Por ello, habla de forma clara del tiempo, el clima, los desastres naturales o los retos científicos de la meteorología.
“Las crisis climáticas marcaron siempre el devenir de la civilización”En todas las épocas las locuras del tiempo han estado a la orden del día. Lo que pasa es que ahora ocurren más a menudo y se solapan en el tiempo anomalías de todo tipo y condición.
El clima se está volviendo más extremo como consecuencia del calentamiento global. Es una de las conclusiones de los expertos del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC). Hasta hace poco era difícil demostrarlo, pero distintas investigaciones de los últimos años apuntan en ese sentido.
“Tenemos una visión sesgada del clima del planeta”Importa y preocupa a los científicos, pero no tanto a los políticos. Al no ver una amenaza inminente sobre sus países priorizan otros asuntos, como la actual crisis económica.
Le diría que eche un vistazo a la historia. Las crisis climáticas marcaron siempre el devenir de la civilización, y acentuaron en muchos casos las crisis inherentes a nuestras sociedades. Hoy día tenemos un conocimiento del clima terrestre que no teníamos antaño. Debemos aprovecharnos de él y actuar con racionalidad.
“A 48 horas vista, la fiabilidad de la previsión del tiempo es mayor del 90%”Es bastante común confundir tiempo con clima. Tenemos una visión parcial, sesgada, del clima del planeta. Incluso en los años más cálidos a escala global de toda la serie histórica, como 2010, hay regiones terrestres que registraron temperaturas significativamente bajas, inferiores a la media climatológica.
A corto plazo (hasta 48 horas) su fiabilidad es mayor del 90%, si consideramos una escala espacial acorde a la temporal. Si bajamos de escala hasta un punto en el mapa, como la ciudad donde vivimos, aumenta el error a medida que alejamos el horizonte de predicción, en especial cuando el tiempo es inestable.
“La predicción subjetiva cada vez tiene menos peso en el pronóstico final”Los pronósticos llevan asociada una probabilidad de ocurrencia. No hay aciertos o errores, hay predicciones con una mayor o menor probabilidad. Lo decimos con insistencia, pero el gran público no lo entiende.
La predicción subjetiva, es decir, la que elabora un predictor o un hombre del tiempo basada en los modelos (predicción objetiva), sí puede fallar por un error de apreciación. Pero con las mejoras continuas de los modelos, la predicción subjetiva cada vez tiene menos peso en el pronóstico final. Las salidas de los modelos cada vez afinan más.
“Los desastres naturales causan cada vez más daños porque somos más vulnerables a ellos”La actual crisis se ha extendido a casi todos los sectores de nuestra sociedad. Los hombres del tiempo de algunas televisiones locales y autonómicas ya sufren las consecuencias de los recortes.
Nuestra principal fuente de información, los modelos de predicción numérica, es ajena a estas circunstancias. Los modelos no pararán de mejorar.
“La proporción de huracanes de categoría 3 o superior parece que ha aumentado”No estoy del todo de acuerdo con esa afirmación. Sí causan cada vez más daños y pérdidas económicas, pero no porque haya más, sino porque somos más vulnerables a ellos.
No hay ningún estudio concluyente al respecto. El número de huracanes (ciclones tropicales) varía cada año. Hay unos ciclos periódicos que marcan los años de mayor y menor actividad. Sí parece registrarse últimamente el aumento de la proporción de “majors” (huracanes de categoría 3 o superior).
“Los hombres del tiempo de algunas televisiones ya sufren las consecuencias de los recortes”El impacto de los episodios prolongados de intenso calor y el aumento de la desertización son dos de las principales amenazas.
Si se tiene en cuenta que la mayor parte de la población se concentra en las ciudades, una medida para reducir el impacto de las altas temperaturas podría ser reducir el efecto “isla de calor” que generan nuestras ciudades. Harían falta medidas de eficiencia energética, arquitectura bioclimática, etc.
“Los episodios prolongados de intenso calor y el aumento de la desertización son dos de las principales amenazas naturales en España”Hay dos retos en la actualidad: la mejora de las predicciones a corto y muy corto plazo de fenómenos meteorológicos adversos, y la predicción a muy largo plazo (estacional). En la medida en que aumente aún más la resolución espacial de los modelos de circulación global y ganen en precisión los sistemas de observación terrestre (satélites, radares…), dispondremos de mejores pronósticos.
Más que un fenómeno por descubrir, hay algunos mecanismos implicados en fenómenos ya conocidos, como las tormentas o El Niño, que no se conocen del todo bien. Siempre hay margen de mejora en el conocimiento del medio atmosférico.
“Los modelos de predicción meteorológicos no pararán de mejorar”Hay una fenomenología asociada a ellas en la alta atmósfera, los “Eventos Luminosos Transitorios” (TLE en sus siglas en inglés), sobre la que todavía se desconocen bastantes cosas. Los TLE se descubrieron hace pocos años y parece que juegan un importante papel en el balance de energía tierra-atmósfera. Se han detectado, por ejemplo, violentas eyecciones de rayos gamma, muy energéticas, que escapan hacia el espacio desde el tope de determinadas tormentas severas.