Con brillo en los ojos y un gran entusiasmo por el trabajo que desempeña, Bernardo García, director de Anesvad cuenta en esta entrevista el recorrido de esta ONG bilbaína y de ámbito internacional que trabaja por el derecho universal a la salud. Anesvad se esfuerza para que la salud llegue a todas las personas en cualquier parte del mundo y se focaliza en la lucha contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD). García asegura que “las ETD afectan a más de 1.000 millones de personas y que a muchas entidades no les interesa avanzar en sus diagnósticos, prevención, curación y en su futura eliminación”. Entre las 17 ETD se encuentran la lepra, la úlcera de Buruli y el pian, en las que Anesvad interviene en más de 19 países. Sin embargo, la nueva estrategia de la organización es centrarse en el África Subsahariana (Ghana, Togo, Costa de Marfil y Benín), “la región mundial con más necesidades, más vulnerabilidad y la menos priorizada en algunos casos”, apunta Bernardo García.
Nuestra misión es trabajar en la promoción del derecho a la salud. Actualmente nos focalizamos en la lucha contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD) y dentro del contexto del África Subsahariana. Siempre consideramos la salud como un derecho humano, universal y básico y teniendo presente las perspectivas de igualdad de género, discapacidad, interculturalidad y de sostenibilidad mediambiental. Una de las peculiaridades que están en nuestra misión es que el trabajo sociosanitario se hace integrando la atención primaria en salud, es decir, reforzando los sistemas públicos de salud para que las necesidades sanitarias de esos países, y no solo las ETD, sean atendidas.
Trabajamos en relación directa con los sistemas públicos de salud en programas de atención a las ETD y también con los centros de salud en zonas rurales. También apoyamos a las ONG locales, que no todas están especializadas en estas enfermedades y también en otros temas de salud, como agua, saneamiento y nutrición. Algunas de estas ONGD son internacionales con presencia en terreno e, incluso, organismos internacionales de Naciones Unidas. También un actor estratégico es la Organización Mundial de la Salud (OMS), para las metas que nos marcamos y los proyectos que desarrollamos. Y por último, en África Subsahariana trabajamos también con organizaciones religiosas que gestionan hospitales en zonas donde no hay otro tipo de asistencia sanitaria.
“Nuestro objetivo es dar formación a agentes comunitarios de salud”
Una de las dificultades es que las personas más vulnerables viven en áreas remotas donde no hay centros de salud o los más cercanos están a 20 o 25 kilómetros, a los que han de acceder a pie por caminos complicados. Por eso, nuestro objetivo es dar formación a agentes comunitarios de salud para que den a los vecinos una atención mínima en dolencias comunes. También desde Anesvad trabajamos para facilitar la accesibilidad mediante el fortalecimiento y creación de nuevos puestos de salud y fomentamos la motivación del personal dedicado a la salud, que suelen ser pocos y con mucha rotación. Otro de los problemas es que no todas las personas pueden costearse la salud, y nosotros defendemos la cobertura sanitaria universal como principio básico del derecho a la salud, meta de la OMS dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Consideramos un paquete mínimo gratuito de atención sanitaria y, si no lo hubiera, facilitamos a las personas los medios suficientes para que ese coste no sea una dificultad en sus condiciones de vida. Según la OMS, al año hay 100 millones de personas en el mundo que caen en la pobreza porque se han de costear sus tratamientos sanitarios. A través de la incidencia política y el apoyo económico tratamos de evitar que esto suceda.
“Las ETD afectan sobre todo a niños menores de 15 años que se convierten en personas dependientes de por vida”
Las ETD son denominadas las enfermedades de la pobreza, que incluso en los países endémicos afectan a las capas más pobres de la sociedad. Hay 17 enfermedades y dentro de estas hay otras. Están catalogadas por la OMS como esas enfermedades que hoy día afectan a más de 1.000 millones de personas y que no interesan a muchas entidades avanzar en sus diagnósticos, prevención, curación y en su futura eliminación. Afectan a la población que vive en los trópicos y, sobre todo, a niños menores de 15 años que se convierten en personas dependientes de por vida. Las ETD están vinculadas a un medio natural donde es propicio que haya insectos transmisores y donde las condiciones de agua y saneamiento no son las adecuadas, ni tampoco los niveles nutricionales y educacionales. Los recursos destinados a la investigación de las ETD son ínfimos en comparativa con otras enfermedades del mundo occidental.
En Anesvad estamos dando prioridad a las enfermedades tropicales olvidadas dentro de las olvidadas por un tema de justicia social y porque generan una estigmatización de por vida. Dentro de las 17, nos centramos en las enfermedades que generan afecciones cutáneas. Es el caso de la lepra, la úlcera de Buruli y el pian, entre otras, que afectan a la piel y los tejidos generando discapacidades importantes (amputaciones, deformidades) que dificultan la inserción sociolaboral de la persona y la condenan a la pobreza absoluta. Los métodos de detección temprana y atención de estas tres guardan características similares. Nos hemos sumado a los objetivos de la OMS para el 2020 dentro de su programa integral de abordaje de estas tres enfermedades que pretende la erradicación del pian, la eliminación de la lepra y el control de la úlcera de Buruli.
Principalmente en la franja de África central, zona del Sudeste Asiático, Centroamérica y parte de Sudamérica es donde se concentran la mayor parte de estas enfermedades. En el caso de la úlcera de Buruli, las regiones más endémicas son los países situados en el golfo de Guinea de África Occidental. En Anesvad llevamos trabajando desde hace más de 20 años en estos cuatro países: Ghana, Togo, Costa de Marfil y Benín. Los resultados están siendo muy satisfactorios pero, debido a que no se conoce el medio de transmisión de la enfermedad, no se puede bajar la guardia y los programas específicos se deben mantener. Hay que trabajar mucho en detección temprana y prevención, de ahí la importancia de la formación y la educación. En el caso de la lepra, el país más endémico es India, pero hay brotes en África (Madagascar) y en Brasil también.
En el caso de la lepra es gratuito porque nos lo facilita la OMS. El de la úlcera de Buruli está subvencionado principalmente por una de las empresas farmacéuticas que lo fabrica y el coste es muy reducido también; está gestionado gracias a la OMS. Y en el caso del pian, el tratamiento consiste en una única píldora que cuesta 17 centavos de dólar y está estimado que la cuantía para su erradicación a nivel mundial puede ser de 300 o 400 millones de dólares; este coste comparado con el beneficio es una cantidad pequeña y asequible.
“Tenemos que hacer la salida ordenada y digna de 14 países, dejando instalaciones y capacidades”
Nuestra historia se remonta a más de 50 años de vida y se ha vinculado a diferentes zonas geográficas. De ahí que hoy en día estemos en más de 19 países en todo el mundo y también con un proyecto de atención sociosanitaria en Bilbao para personas con pocos recursos. Tras una reflexión del Patronato incorporado en septiembre de 2013, consideró que los recursos de Anesvad contribuyeran a tener un impacto social importante. Por eso se ha querido centralizar la atención en la zona geográfica donde la organización ha demostrado que tiene un conocimiento y trayectoria importante, y donde complementáramos esfuerzos en los lugares donde no van otros. De ahí que África Subsahariana es la región mundial con más necesidades, más vulnerabilidad y la menos priorizada en algunos casos. La consecuencia de esto es que tenemos que hacer la salida ordenada y digna de 14 países, dejando instalaciones y capacidades para que puedan continuar por sí mismas. Y nos vamos a centrar en estos cuatro países: Ghana, Togo, Costa de Marfil y Benín.
Entre los retos están contribuir a la erradicación del pian, que si se logra en 2020 sería un hecho histórico y hay medios para ello (actualmente la única enfermedad erradicada es la viruela). Otro objetivo sería la eliminación de la lepra y llegar a unos niveles de incidencia tan bajos que se considere eliminada aunque no se erradique. Y, por último, controlar la úlcera de Buruli, que consistiría en tener buenos programas de formación, sensibilización y detección temprana de esta enfermedad. Y, por supuesto, seguir trabajando desde Anesvad en todos los programas de salud y todo el ciclo de intervención, desde la detección temprana hasta la inserción sociolaboral de todas las personas afectadas.
“Un total de 55.000 personas apoyan nuestros proyectos y están comprometidos con estas causas”
El 98% lo cubrimos a través de nuestros socios y donantes; un total de 55.000 personas que apoyan nuestros proyectos y están comprometidos con estas causas. También recibimos subvenciones de diferentes entidades de cooperación, principalmente españolas y autonómicas. Estamos calificados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), recibiendo subvenciones del Ayuntamiento de Bilbao y otros ayuntamientos de Bizkaia y, últimamente, también recibimos apoyo de convocatorias de empresas privadas como Ferrovial y la Fundación Ordesa. Creemos que es importante que exista una diversificación de fuentes de financiación siempre tratando de preservar la independencia de la organización. De hecho, tenemos internamente unos topes en cofinanciación: nunca deberíamos superar el 20% del presupuesto proveniente de otras fuentes que no sean socios y donantes.