La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) fue creada en 1979 para dar respuesta a los primeros refugiados que llegaban a España a finales de los 70 y principios de los 80, principalmente desde Argentina, Chile y, más adelante, Colombia, los Balcanes, Ruanda y Costa de Marfil. Cuenta Ramiro Muñiz, portavoz de CEAR, que en estos años ha habido un cambio en los países de origen de las personas que solicitan asilo debido a los conflictos que se están viviendo en todo el mundo. Muñiz asegura que “es importante destacar que el derecho de asilo no es un acto de caridad o de voluntad altruista, sino que está recogido en la legislación internacional y es un derecho”. Por tanto, Ramiro Muñiz reclama que “hay que desarrollar una nueva política de asilo y migración en Europa, en la que se priorice a las personas y los derechos humanos”.
“La gestión de la crisis humanitaria de los refugiados en Europa necesita un cambio de rumbo”
La gestión de la crisis humanitaria de los refugiados en Europa necesita un cambio de rumbo, porque el enfoque desde el que se está abordando es erróneo. Requiere una respuesta común de todos los estados de la Unión Europea, que hoy en día están actuando de forma descoordinada y a golpe de tragedia. Ante esta magnitud de las cifras que se están manejando, en cuanto a la llegada de personas a las costas como los desplazamientos por las distintas rutas abiertas, la Unión Europea no está dando una respuesta.
Queremos denunciar que el Mediterráneo se ha convertido desgraciadamente en un gran cementerio para las personas refugiadas. Queremos también denunciar la falta de vías legales y seguras que provoca que las personas refugiadas se vean abocadas a jugarse la vida en el mar para buscar protección en Europa, personas en situación de extrema vulnerabilidad como niños pequeños, bebés, mujeres embarazadas… Por ejemplo, es necesario que las embajadas y consulados españoles en Turquía, Líbano, Jordania y otros países vecinos a los conflictos habiliten la posibilidad de solicitar asilo para estas personas refugiadas. Además, los estados deben comprometerse con el reasentamiento y emitir visados humanitarios que permitan a las personas solicitar protección en nuestro territorio, sin tener que acudir a las redes de tráfico de personas y jugarse la vida en el Mediterráneo.
“Se preveía la reubicación de 160.000 personas, y poco más de 900 personas han sido reubicadas”
Los acuerdos alcanzados durante los meses de julio y de septiembre del año pasado en los diferentes consejos y reuniones preveían la reubicación de 160.000 personas. Hasta la fecha, poco más de 900 personas han sido reubicadas o trasladadas desde Italia y Grecia. La propia Comisión Europea está intentando presionar a los Estados miembros para que agilicen estos traslados ante la situación de emergencia humanitaria que se está produciendo ahora en Grecia o en Iromeni, frontera con Macedonia. Creemos que es urgente que los estados agilicen estas plazas de reubicación que se comprometieron a trasladar y llevar a cabo el año pasado. No creemos que convertir a Grecia en un campo de refugiados sea una solución, sino más bien lo contrario, que agravará la situación de vulnerabilidad que están viviendo estas personas en el país heleno actualmente.
“Desde CEAR instamos a los países europeos a que cumplan con sus compromisos internacionales”
Es importante destacar que el derecho de asilo no es un acto de caridad o de voluntad altruista, sino que está recogido en la legislación internacional y es un derecho. Las personas refugiadas están protegidas por numerosos instrumentos jurídicos y legales, tanto a nivel internacional, europeo como estatal en España. A nivel internacional, la Convención de Ginebra sobre el Estatuto del Refugiado es el marco general a partir del cual se han ido generando numerosos instrumentos legales; entre otros, el sistema europeo común de asilo formado por varias directivas de asilo y reglamentos y la propia Constitución Española que recoge el derecho de asilo. Además, el principio fundamental de la Convención de Ginebra es el principio de no devolución, y las personas tienen que tener derecho a solicitar asilo en nuestro país y en el resto de países europeos. Por eso, desde CEAR instamos a los países europeos a que cumplan con sus compromisos internacionales y no den la espalda a las personas refugiadas.
Desde CEAR creemos que este acuerdo es una derrota moral para Europa. Es un acuerdo ilegal porque las expulsiones colectivas están expresamente prohibidas en la Convención Europea de Derechos Humanos. Además, Turquía tiene una cláusula de limitación geográfica con respecto a la Convención de Ginebra, que hace que solo sea aplicable para personas provenientes de Europa. Esto hace que los sirios no reciban una adecuada protección en Turquía o una protección equiparable a la que reciben en Europa. Por tanto, cabe señalar que no es un país seguro para las personas refugiadas sirias.
Concretamente estamos viendo en el Egeo, mar que hace frontera entre las islas griegas y Turquía, que el rescate de personas se está llevando a cabo por parte de organizaciones de voluntarios. Creemos que son los estados europeos quienes deben de estar ahí rescatando a las personas refugiadas. Es necesario ampliar y aumentar esas operaciones de rescate marítimo para que las muertes que se están produciendo de forma cotidiana desaparezcan.
“Es urgente garantizar la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados de terceros países”
Desde CEAR creemos que hay que desarrollar una nueva política de asilo y migración en Europa, en la que se priorice a las personas y los derechos humanos. Es imprescindible habilitar vías legales y seguras que garanticen el acceso al derecho de asilo a las personas refugiadas para evitar que emprendan travesías mortales para obtener protección en un país seguro. Es urgente garantizar la posibilidad de pedir asilo en embajadas y consulados de terceros países, activar políticas de concesión de visados humanitarios, reforzar los programas de reasentamiento en coherencia con los compromisos adquiridos en los diferentes acuerdos europeos. En último término, abordar las causas que provocan estos desplazamientos forzados, que son los conflictos armados y las violaciones generalizadas de derechos humanos que se están produciendo en Siria y otros países en conflicto actualmente.
“El año pasado calculamos que hubo 14.600 solicitudes de asilo en España”
En general existe una relación y comunicación fluida entre las organizaciones en materia de asilo y refugio. En España existen canales de comunicación permanente que hacen que estemos coordinados en la respuesta que damos a las personas que llegan. El año pasado calculamos que hubo aproximadamente 14.600 solicitudes de asilo en nuestro país, una cifra muy escasa si la comparamos con el resto de Estados miembros de la Unión Europea; supone solo el 1% de solicitudes en Europa. Los países que reciben más solicitudes vuelven a ser, un año más, Alemania y Suecia.
Necesitamos sumar más voces para ese cambio de rumbo que precisa la política europea. Cuantos más seamos, mejor: tendremos más peso y podremos dar una respuesta a la altura de la magnitud de esta crisis humanitaria. En general, la respuesta ciudadana a esta crisis está siendo muy positiva y las organizaciones que trabajamos con personas refugiadas estamos recibiendo enormes muestras de solidaridad en estos meses de personas que quieren apoyar. Además, desde CEAR os animamos a firmar la campaña on line #UErfanos y colaborar como socios o haciendo una donación puntual.
Si se quiere colaborar con CEAR, se puede apoyar su campaña “No más #UErfanos en el Mediterráneo. No quiero ser cómplice”.
Con solo firmar ya se está exigiendo a la Unión Europea y a sus Estados miembros que pongan en marcha con carácter urgente las siguientes medidas:
- Desarrollar una nueva política de asilo y migración europea en la que se priorice a las personas y los derechos humanos.
- Poner en marcha una operación de rescate y salvamento eficaz que cuente con los medios y el alcance necesarios, cumpliendo con el deber de socorro, con el fin de evitar más muertes en el Mediterráneo.
- Habilitar vías legales y seguras que garanticen el acceso al derecho de asilo a las personas refugiadas evitando que tengan que emprender travesías mortales para obtener protección en un país seguro.