Entrevista

«Si el bulo lesiona la dignidad o fama de una persona, puede considerarse delito de injuria»

Celestino Rom, socio director del despacho de abogados y economistas GR Consultors
Por Blanca Álvarez Barco 26 de abril de 2020
bulos coronavirus. Celestino Rom
Imagen: GR Consultors

En momentos de crisis y de gran demanda de información, los bulos crecen como la espuma. Es lo que está sucediendo durante esta pandemia. Las noticias sobre la COVID-19 se multiplican y no siempre es fácil discernir entre una información veraz, un bulo o una noticia falsa (fake news), si bien, como explica Celestino Rom, socio del despacho de abogados y economistas GR Consultors, a veces basta con aplicar el sentido común. De todas formas, este abogado nos da las claves para diferenciarlos. Además, asegura que difundir bulos puede, según las circunstancias, constituir delito de injurias o de calumnias, aunque si los difundimos pensando que la noticia es veraz, no deberíamos preocuparnos, pues la Constitución protege el derecho a recibir información veraz por cualquier medio y sin ningún tipo de censura previa; el responsable sería quien realice el hecho delictivo.

Desde la llegada de la COVID-19 estamos inmersos en un clima de rumores e información no contrastada. ¿Qué se considera bulo? ¿Dónde está la línea?

En el sentido literal, la palabra bulo significa «noticia falsa propalada con algún fin»; es decir, la divulgación de algo que está oculto al conocimiento general. No obstante, en estos momentos se está considerando como bulo a cualquier rumor o filtración de información cuyo origen no está verificado o directamente podría ser falso. Fijar una línea entre lo que es y lo que no es un bulo es difícil sin realizar una abstracción crítica del contenido, aunque la mayoría pueden distinguirse aplicando el sentido común.

¿Qué diferencia hay entre un bulo y las fake news?

Las fake news, por su interés principal y el fin que persiguen (modificar la conducta o los intereses del receptor), tienden a ser más elaboradas y proveer de supuestos artículos periodísticos. La principal diferencia que podemos encontrar para distinguirlos es el estilo de la redacción. En el caso de las fake news, se trata de contenido pseudoperiodístico, realizado para modificar la conducta o las creencias del receptor, hablando en su mismo canal, para que sea entendido y aceptado por el receptor del mensaje.

¿Es delito difundirlos?

Para determinar si la difusión de bulos o fake news puede considerarse un delito, tiene que tenerse en cuenta el mensaje que lleva aparejado. Es decir, cuando en el mensaje se lesiona la dignidad o fama de una persona concreta, puede considerarse un delito de injurias, regulado en el artículo 208 y siguientes del Código Penal, y es castigado con hasta una pena de multa de 6 a 14 meses. Cuando se impute sobre un funcionario público la comisión de unos hechos que constituyan infracción administrativa en el ejercicio de sus cargos, sobre quien pese el delito de injurias deberá probar la comisión de esos hechos, para quedar exento de responsabilidad.

Por otro lado, si se acusa a alguien de un delito, con conocimiento de que el hecho es falso, o con absoluto desprecio de la verdad, puede considerarse un delito de calumnia, regulado en el artículo 206 del código Penal. Y está castigado con penas de prisión de seis meses a dos años o multa de 12 a 24 meses (si se propagaran con publicidad) y, en otro caso, con multa de 6 a 12 meses.

¿Qué diferencia hay entre injuria y calumnia?

Para poder distinguir entre la comisión de un delito de injuria y calumnia, debemos prestar atención los efectos provocados. Entenderemos injuria aquello que afecte a la propia estimación o menoscabar la fama de una persona. La calumnia, por su parte, sería imputar hechos delictivos sabiendo que son falsos, por ejemplo, imputar a mi vecino el robo de mi coche sabiendo que el día del robo estaba de vacaciones fuera del país.

¿Son perseguibles por las autoridades policiales?

Estos dos delitos no son perseguibles de oficio por parte de las autoridades policiales o judiciales, sino que debe ser la persona ofendida quien ponga la correspondiente denuncia, para que se inicie el procedimiento judicial.

¿Qué otras consecuencias puede tener difundir bulos?

Además de que puede llevar consigo condenas de hasta dos años de prisión, todo delito puede conllevar una responsabilidad civil, con el deber del autor de reparar los daños ocasionados. Como hemos visto en numerosas ocasiones, la difusión de mensajes injuriosos a través de revistas o programas del corazón implica que el medio en cuestión tenga que responder juntamente con el autor de esas manifestaciones de forma solidaria en la responsabilidad civil derivada de delito.

Y difundir mensajes de alarma, como supuestos atentados o siniestros que pongan en peligro la comunidad, con necesidad de que las fuerzas de seguridad y emergencias se movilicen en auxilio de otro, puede ser constitutivo de un delito de desórdenes públicos. Está castigado con la pena de prisión de tres meses y un día a un año o multa de 3 a 18 meses.

¿Qué pasa si me llega un bulo y lo propago sin saber que es mentira?

Hay que tener en cuenta que la Constitución, en su artículo 20, protege el derecho a recibir información veraz por cualquier medio y sin ningún tipo de censura previa. Por eso pueden darse situaciones en las que se piense que se está recibiendo una información veraz sin que sea así… En este caso, el responsable sería quien realice el hecho delictivo.

¿Cómo puedo identificar un bulo?

Para identificar bulos, rumores y noticias falsas hay que realizar una serie de pasos que minimizarán la exposición y la posible propagación de desinformación. Es muy importante identificar el emisor de ese mensaje: si la noticia proviene de un portal completamente anónimo, del cual no tenemos constancia de su reputada veracidad, es el primer paso para poner una noticia en cuarentena. Si es una noticia de nuestro ámbito cercano, como puede ser nuestra ciudad o nuestra zona, habrá otros medios que recogerán la misma noticia.

¿Hay más pistas?

Sí. Conviene huir de las teorías de la conspiración: descubrir una conspiración a gran escala es difícil para un medio cualquiera; solo está al alcance de los grandes medios. Además, son difíciles de ocultar, con lo que a veces debe aplicarse el principio filosófico de la navaja de Ockham: la explicación más sencilla suele ser la correcta. Es importante también saber que las recetas milagrosas no existen: lo que cuesta años de investigación y una gran cantidad de fondos, no se soluciona con un simple remedio casero, o con un producto muy económico. Y lo más importante: usar el sentido común y la lógica. Aunque la noticia provenga de una fuente fiable, con una historia verosímil, debemos realizar una crítica a la noticia, pues siempre existe un sesgo en función de quién explica la historia.

¿Qué consejo puede dar para evitar tener problemas?

El principal consejo es tratar de evitar difundir noticias que atenten contra la intimidad, o menoscaben la integridad del protagonista del mensaje que te llegue. Además, en relación a los desordenes públicos, evitar dar mensajes de alarma a la población, si no se tiene un conocimiento de que realmente existe el peligro y éste proviene de una fuente oficial.

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