La iluminación es un elemento muy importante en la decoración del hogar. Con ella se pueden destacar determinados elementos y ocultar o dejar en penumbra los lugares y rincones menos vistosos.
Resulta determinante el color elegido para pintar las paredes, porque éste reflejará la luz, natural o artificial, en mayor o menor medida. Hay que tener en cuenta que las paredes oscuras absorben mayor cantidad de luz que las claras, por lo que será conveniente elegir bombillas de mayor potencia para iluminar estancias pintadas de oscuro.
Asimismo, a la hora de planificar la iluminación de una habitación es muy importante considerar las actividades que se van a desarrollar en su interior. No es igual la iluminación necesaria para un habitáculo donde vayan a realizarse labores de costura, manualidades o la habitación de juegos de los niños que para un garaje o buhardilla.
Si se quiere obtener los mejores resultados a la hora de iluminar la ubicación del televisor, se aconseja disponer de una fuente de luz suave detrás, y otra encima del aparato, así se evitarán deslumbramientos y que los ojos tengan que estar acostumbrándose de manera continua a los cambios de luz de las imágenes que se está viendo, si se visiona la tele en completa oscuridad.
Por último, las lámparas fluorescentes son muy adecuadas para áreas de trabajo en las que se requiera una iluminación clara y difusa.
La atmósfera del salón
Por otra parte para lograr que la estancia ofrezca una sensación de mayor amplitud se pueden emplear e focos de luz indirecta e, incluso, colocar algún espejo con el que conseguir agrandar visualmente el habitáculo. La luz directa es aconsejable que sea empleada para iluminar aquellos puntos de la estancia que se quiera resaltar, como cuadros, esculturas o cualquier otro elemento decorativo.
Si se es aficionado a la lectura, resulta conveniente disponer de una lámpara de pie cerca de uno de los sillones de una plaza, para recibir la luz sobre el libro, facilitando la lectura de una manera más confortable.
Por último, también se puede ubicar una lámpara de grandes dimensiones, a poder ser cuya intensidad pueda ser regulada, en el centro de la habitación o sobre la mesa del comedor si dispone de ella.
La zona del televisor
Pasar largas horas delante de la pantalla del televisor, y más cuando se está en completa oscuridad, conlleva un grave perjuicio, centrado en el cansancio visual. Sin embargo, una iluminación muy fuerte o que se refleje en la pantalla, como suele suceder con la luz del sol, también resulta muy molesta.
Para evitar estos problemas, el método más recomendado consiste en crear una iluminación suave, que atenúe el contraste entre la luminosidad de la pantalla, más fuerte que las que pueden tener las salas de cine, y la oscuridad del ambiente.
De esta forma, la pupila del ojo no tendrá que estar adaptándose constantemente a la luminosidad de las distintas escenas de una película, que es donde más se notan los cambios bruscos de iluminación. Para evitar estos fuertes contrastes de luz o que la luz se refleje en la pantalla, es conveniente iluminar el espacio situado tras el televisor. Para ello existen diferentes opciones:
– Colocar una lámpara de pie, provista de pantalla para evitar sus reflejos, unos dos metros delante del receptor.
– Colocar una lámpara detrás del receptor, orientándola hacia la pared.
– Utilizar apliques murales colocados en la pared que se encuentra tras el espectador.
Luz en el comedor
El comedor es una de las estancias más utilizadas de la casa, y que en ocasiones no dispone de la iluminación adecuada. La recomendación básica para ésta estancia es que la luz sea suficiente pero no agresiva y, sobre todo, homogénea, para evitar proyectar sombras sobre los comensales.
Si la mesa en encuentra en un ángulo de la sala, se puede recurrir a una iluminación basada en apliques de pared, lámparas de pie o lámparas colocadas en los muebles de alrededor. Toda esta variedad de lámparas deben aportar luz de forma difuminada, evitando deslumbrar. Por lo que lo más recomendable será utilizar mamparas en los puntos de luz que se vayan a emplear.
Asimismo, también se pueden instalar una o dos lámparas encima de la mesa. El número estará en función del tamaño de la mesa que se iluminará, pero resulta aconsejable asegurarse de abarcar toda la superficie. De esta manera se obtendrá una iluminación mucho más adecuada que la que se pueda aportar con una lámpara de techo.
Iluminar una escalera
Con frecuencia se suele descuidar la iluminación de una zona de paso tan importante en las casas o portales como son las escaleras.
Lo más conveniente es que la iluminación de la propia escalera ayude a prevenir las caídas y resalte el relieve de los escalones, pero sin llegar a deslumbrar. Para lograr este objetivo es aconsejable evitar los focos o los proyectores de luz directa y cegadora, que aplastan los relieves. La opción consistirá en elegir lámparas que proyecten una luz indirecta y difusa, con lo que la solución ideal será colocar una luz en el techo de cada descansillo, en el caso de escaleras vecinales, o al final de la escalera en el caso de escaleras situadas en el interior de la vivienda.
Si se recurre a la utilización de apliques de pared, es recomendable que éstos sean potentes, los cuales se colocarán a lo largo de la subida de la escalera, de manera que no entorpezcan el paso. Además, como norma básica y general, se desaconseja colocar cualquier lámpara enfrente de la escalera, ya que deslumbrará a cualquier persona que inicie su ascensión.