- La valoración global no pasa de un pobre “aceptable”, idéntica a la obtenida en un estudio similar elaborado en 2005
- La seguridad en las zonas de juego es buena, pero precisa mejoras
- La información para padres y menores es deficiente
El servicio que ofrecen los parques infantiles de nuestro país aprueba, pero por los pelos. Así lo atestigua el estudio que EROSKI CONSUMER ha realizado de 739 elementos de juego (columpios, toboganes, muelles, balancines y estructuras multijuego) en 132 parques de 18 capitales de nuestro país. Su valoración es un pobre «aceptable», idéntica a la obtenida en un informe similar elaborado hace cinco años. Aunque se han observado mejoras, distan de ser las deseables. Entre las razones de esta calificación, sobresalen el deficiente mantenimiento registrado en uno de cada tres elementos de juego (falta de pintura, partes oxidadas, astilladas, rotas o sueltas) y el hecho de que más de la mitad de las áreas de recreo no cuenten con carteles que informen del grupo de edad al que están destinados los juegos. Sí se ha constatado una evolución en seguridad: en siete de cada diez áreas de recreo las superficies son de caucho reciclado y el 84% de las zonas de juego están delimitadas.
En la investigación se ha valorado la seguridad, estado de mantenimiento, información y accesibilidad de aparatos y de los espacios que los albergan. La mitad de estas áreas se encontraba en el centro de las ciudades y la otra en la periferia o en barrios no céntricos. Asimismo, se solicitó información a los ayuntamientos sobre el número de parques infantiles y presupuesto destinado a su mantenimiento.
Las zonas infantiles visitadas con mejores calificaciones han sido las de Cádiz, Barcelona, Córdoba, Vitoria, Pamplona y Granada (con un «bien»). Bilbao, Madrid, Murcia, San Sebastián, Valencia, Zaragoza, A Coruña, Alicante y Málaga han recibido un «aceptable». El suspenso recae en las zonas infantiles estudiadas en Oviedo, Sevilla y Valladolid («regular»).
Seguridad en la zona de juegos. En nuestro país no hay una legislación que regule cómo debería ser la seguridad de los parques infantiles. Tan sólo Andalucía y Galicia han avanzado en esta materia con el desarrollo de decretos basados en la normativa comunitaria vigente: UNE-EN 1176 y 1177. Con estos textos como referencia, EROSKI CONSUMER comprobó que la seguridad de los parques continúa siendo «buena», igual que en el estudio elaborado en 2005 por esta revista. Sin embargo, y pese a que han aumentado los elementos positivos, aún quedan aspectos por mejorar en unas infraestructuras en las que las exigencias en este apartado tienen que ser máximas.
Un parque infantil debe estar acotado de forma segura y separado del tráfico rodado. Sin embargo, en tres de cada cinco parques infantiles analizados había tráfico cerca, aunque eso sí, el área estaba correctamente delimitada. Además, la superficie debe estar compuesta por materiales blandos que permitan la absorción de impactos y amortigüen golpes. Los expertos recomiendan el caucho reciclado o los suelos naturales (como la arena, el césped o la corteza de árbol), aunque con un mantenimiento adecuado. El caucho está instalado en dos de cada tres parques infantiles visitados, por encima de otros suelos naturales como la arena (único material en el 26% de los casos), el garbancillo, el césped y la corteza de árbol.
Se comprobó también el estado de conservación de los aparatos de juego (si había partes rotas o sueltas, tornillos que sobresalían, elementos oxidados, zonas astilladas, aristas peligrosas y estructuras mal ancladas al suelo) y se evaluó el riesgo de atrapamiento (cuerdas trepadoras demasiado anchas; aberturas en forma de V con peligro de que el menor se enganche la ropa o el pelo; superficies con aberturas excesivas o cadenas de columpios demasiado anchas ante las que niños y niñas pueden tener la «curiosidad» de meter el dedo entre las arandelas).
Limpieza y mantenimiento. El mantenimiento de un parque infantil implica dinero y esfuerzo. La inversión está condicionada por el tamaño de la población y la extensión urbana de la ciudad: va desde los 9’6 millones de euros de Madrid a los 40.000 euros de Cádiz. Los técnicos de EROSKI CONSUMER certificaron que la mayoría de los parques infantiles se encontraba en un estado general correcto. Sólo un 12% de ellos arrastraba deficiencias. Destacaban negativamente Oviedo y Valladolid, donde ocho de las doce zonas visitadas estaban sucias, con pintadas, desperdicios, cristales, excrementos de perro y colillas.
En cuanto a los elementos de juego, el vandalismo es, sin lugar a dudas, la causa más importante del deterioro. En un 12% de los aparatos, los graffitis o pintadas decoraban el elemento de juego, una proporción inferior a la del informe de 2005. Mayor fue la proporción de aparatos con defectos de mantenimiento, casi la tercera parte de los 739 analizados. Las causas: la falta de pintura era llamativa en uno de cada cinco casos, en casi el 10% de los juegos infantiles se observaron elementos oxidados y, en un 5% había partes astilladas, rotas o sueltas. Por ciudades, en los parques analizados en Córdoba y Pamplona no se vieron este tipo de deterioros; al contrario que en Oviedo, A Coruña y Sevilla, donde los había en más de la mitad de los espacios infantiles.
Información y accesibilidad. En los parques infantiles deben figurar carteles que indiquen las obligaciones de los usuarios en el disfrute de los elementos de juego, así como información fundamental en caso de emergencia, todo ello de forma legible. Una información imprescindible para los usuarios de los parques infantiles es a qué grupo de edades se destina. Sin embargo, estos datos sólo se proporcionaron en el 46% de los casos. Asimismo, es fundamental que el cartel refleje el número de teléfono al que llamar en caso de urgencia por accidente, así como cuáles son los centros sanitarios más próximos. En el primer caso sólo se vio en el 45% de las zonas de juego y el segundo, tan sólo en uno de cada cinco parques (destacan Granada y Cádiz).
Estructuras multijuego: Los aparatos con mas problemas de seguridad, ya que en casi uno de cada diez (se analizaron 129) no había barandillas ni asideros para subir a las plataformas superiores o agarrarse. También se hallaron partes del juego rotas o sueltas (en un 5% de los casos) o tornillos que sobresalen y no están debidamente tapados (en un 3%).
Muelles: Sólo en el 13% de los 262 muelles analizados se observó en su parte inferior un elemento para amortiguar una posible caída. Los anclajes que fijan este aparato al suelo se encontraron en mal estado en un 3% de los casos.
Toboganes: De los 50 toboganes analizados, un 16% no disponía de barandilla para subir y un 8% no contaba con asideros en la plataforma superior en la que los niños esperan para bajar por el tobogán. El estado de rampas y peldaños era adecuado en la mayoría de estos elementos.
Columpios: Uno de los aparatos de juego con claros defectos en materia de seguridad. En el 12% de los 254 columpios evaluados sus cadenas o cuerdas no estaban tapadas y se hallaron huecos por donde los niños podían meter los dedos y hacerse daño.
Balancines: La mitad de los 40 balancines analizados no cuenta con reposapiés y sólo dos de cada diez disponen de elementos bajo el asiento para amortiguar la caída.
Ciudad | Estado de la zona(1) | Valoración de los elementos de juego(2) | Valoración final(3) |
---|---|---|---|
A Coruña | Bien | Aceptable | Aceptable |
Alicante | Aceptable | Bien | Aceptable |
Cádiz | Bien | Bien | Bien |
Barcelona | Bien | Bien | Bien |
Bilbao | Aceptable | Bien | Aceptable |
Córdoba | Aceptable | Muy Bien | Bien |
Granada | Bien | Bien | Bien |
Madrid | Aceptable | Bien | Aceptable |
Málaga | Aceptable | Bien | Aceptable |
Murcia | Aceptable | Bien | Aceptable |
Oviedo | Regular | Mal | Regular |
Pamplona | Bien | Muy Bien | Bien |
San Sebastián | Aceptable | Bien | Aceptable |
Sevilla | Aceptable | Regular | Regular |
Valencia | Aceptable | Bien | Aceptable |
Valladolid | Regular | Aceptable | Regular |
Vitoria | Bien | Bien | Bien |
Zaragoza | Aceptable | Bien | Aceptable |
Nota final | Aceptable | Bien | Aceptable |
1. Estado de la zona: en este apartado se han analizado varios aspectos de los parques infantiles cómo la seguridad (si había elementos punzantes, huecos donde se pudiesen quedar atrapadas partes del cuerpo de un niño, si había tráfico cerca, si la zona de recreo estaba delimitada, qué tipo de suelo había, etc.), la limpieza y el mantenimiento (en qué condiciones se encontraba el área de juegos en general y los elementos de juego en particular, si había pintadas, si funcionaban los juegos, etc.), la información y señalización (si se informaba de la edad a la que estaban destinados los juegos, la prohibición de meter animales de compañía en la zona, los teléfonos de emergencia, etc.) y la accesibilidad (si los accesos y salidas estaban libres de obstáculos, los carteles escritos en braille, si había rutas accesibles hasta los juegos en caso de que las superficies fuesen de difícil acceso, etc.).
2. Valoración de los elementos de juego: se comprobaron las características y el estado de mantenimiento de toboganes, columpios, muelles, balancines y estructuras multijuego de cada parque infantil.
3. Valoración final: La nota final de los parques infantiles analizados en cada ciudad es el resultado de la media entre la valoración realizada tras la visita general a esa zona y la nota otorgada al estado de los elementos de juego presentes en ese espacio (sólo se refiere a los cinco tipos de aparatos seleccionados).