El 90% de los alumnos se matricularon en 2006 en las universidades públicas, que acaparan también la labor investigadora. La extensión de las nuevas tecnologías es cada vez mayor, pero hay grandes diferencias entre centro.
La matrícula del primer curso de una misma carrera universitaria en España puede costar hasta veinte veces más según la universidad en que se realice. El primer año de la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Granada, por ejemplo, representa para el alumno un desembolso de apenas 500 euros (con una cantidad tipo de créditos -60- y un coste de 30 euros por gastos de matriculación), mientras que por un curso de esa misma titulación la Universidad San Pablo CEU exige el pago de 7.770 euros. Y si tomamos como referencia las titulaciones más experimentales, la horquilla de precios puede incluso aumentar: en la carrera de Odontología, el precio por curso más económico es el de 650 euros (Universidad de Sevilla) y el más oneroso, los casi 13.000 euros de la Universidad Europea de Madrid. La enorme diferencia en el coste que representa cursar una carrera según la universidad que se elija, es una de las constataciones del informe realizado por CONSUMER.es EROSKI para la actualización de su Guía Práctica «Universidades», que se ofrece desde hoy exclusivamente en Internet.
De acceso libre y gratuito, esta guía interactiva, de gran utilidad para quienes dudan a la hora de elegir carrera y en qué universidad cursarla, puede ser consultada en www.universidades.consumer.es y muestra toda la información de interés sobre las 140 carreras que pueden cursarse (precio de la matrícula, nota de corte, número de plazas, equipamiento de ordenadores, dotación de profesores…) y sobre los centros en los que se imparten, además de las más relevantes características de las 73 universidades de nuestro país.
El estudio constata que el sistema universitario español es eminentemente público. Lo son dos tercios de las universidades -sólo 22 pertenecen a organizaciones privadas, la mayoría vinculadas a la Iglesia Católica-, que acaparan la gran mayoría de recursos humanos y técnicos. Del millón y medio (1.557.529) de alumnos inscritos en 2006 en estudios de primer y segundo ciclo (diplomaturas y licenciaturas) en nuestras 73 universidades (apenas un 1% de alumnos más respecto al curso anterior), casi el 90% cursaron sus estudios en centros públicos, mientras que sólo 166.152 se matricularon en universidades privadas. Las proporciones son similares en el profesorado: 96.613 de los 110.369 docentes del sistema universitario imparten clase e investigan en centros públicos.
La etapa de las universidades masificadas ha quedado lejos: la media de las españolas es de 14,1 alumnos por profesor, y las diferencias entre públicas y privadas no son importantes: 12,1 estudiantes por docente en las privadas y 14,4 en las públicas. Los mejores datos están en la comunidad autónoma vasca (10,2 alumnos por profesor), Cantabria (10,6) y Aragón (10,8). En el lado opuesto, Madrid tiene 18,6 (condicionado por la UNED), La Rioja roza los 16 y las universidades de Galicia tienen de media 15 alumnos por profesor.
El fenómeno de las universidades ajenas a la Administración Pública es un hecho reciente en España, como lo demuestra que sólo cuatro -Deusto, Navarra, Pontificia Comillas y Pontificia de Salamanca- se crearan antes de 1985. Dicho de otro modo: el 82% de las universidades privadas españolas tiene menos de 25 años. La universidad privada también se caracteriza por su concentración en Barcelona y, sobre todo, en Madrid: una de cada tres instituciones de educación superior de titularidad privada tiene su sede en la comunidad madrileña.
Uno de los mayores problemas que arrastra nuestro sistema universitario es la carencia de Personal de Administración y Servicios (PAS), estamento clave que incluye servicios administrativos, gestión, mantenimiento de bibliotecas o de laboratorios, y otras funciones. El número de personas (54.588) que trabajan en estos cometidos en las 73 universidades es, a todas luces, insuficiente, y la ratio de PAS por cada profesor (0,43), así lo atestigua: apenas hay un PAS por cada dos docentes. En este aspecto, la universidad pública se encuentra en situación menos precaria que la privada. La media de la pública es de 0,50 PAS por profesor, mientras que en la privada es de 0,37. Por comunidades, las mejor dotadas son Navarra (0,86 PAS/profesor) y Castilla-La Mancha (0,6). En el otro extremo, halla la comunidad autónoma vasca (0,34) y Castilla y León (0,41).
Por otra parte, la investigación y la creación de conocimiento son señas de identidad esenciales de la Universidad. En el caso español, el peso de la investigación, que precisa de fuertes inversiones y de suficiente dotación de medios humanos y técnicos cualificados, recae en el sistema público. De los 2.686 programas de doctorado (enseñanza de tercer ciclo conducente a la formación de investigadores), el 94% se encuentra distribuido entre las universidades públicas, mientras que sólo 153 (apenas el 6%) los imparten las privadas. Poco más de 700 de los 2.686 programas de doctorado han conseguido la mención de calidad del Ministerio, distinción que promociona la mejora en los programas de investigación. En este caso, el predominio del sistema público se acentúa: el 96,5% (680 frente a 23) de las menciones de calidad los consiguen las universidades públicas.
La implantación y la extensión de las nuevas tecnologías es otro acuciante retos del sistema universitario, que adquiere especial relevancia con las transformaciones que acarreará la convergencia hacia el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Uno de sus principales indicadores es el número de alumnos por ordenador personal. Según marca la UE, la disponibilidad de un ordenador por cada 15 alumnos es la mínima aconsejable. De las 73 universidades españolas, 56 tienen un índice igual o mejor que 15 alumnos por ordenador -universidades como la Oberta de Catalunya, la Abat Oliba, la Universidad Internacional de Andalucía (UIA) y San Jorge disponen de un ordenador por alumno, la Politécnica de Valencia tienen un ordenador por cada dos alumnos y la Universidad de Deusto de Bilbao, uno por cada tres-. Y sólo 13 no cumplen las recomendaciones europeas; de estas 13, únicamente 5 universidades tienen una ratio peor que 20 alumnos por ordenador (la Universidad de Salamanca, por ejemplo, tiene 35 estudiantes por cada ordenador, y la de Granada, 28).
La matrícula del primer curso de una misma carrera universitaria en España puede costar hasta veinte veces más según la universidad en que se realice. El primer año de la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Granada, por ejemplo, representa para el alumno un desembolso de apenas 500 euros (con una cantidad tipo de créditos -60- y un coste de 30 euros por gastos de matriculación), mientras que por un curso de esa misma titulación la Universidad San Pablo CEU exige el pago de 7.770 euros. Y si tomamos como referencia las titulaciones más experimentales, la horquilla de precios puede incluso aumentar: en la carrera de Odontología, el precio por curso más económico es el de 650 euros (Universidad de Sevilla) y el más oneroso, los casi 13.000 euros de la Universidad Europea de Madrid. La enorme diferencia en el coste que representa cursar una carrera según la universidad que se elija, es una de las constataciones del informe realizado por CONSUMER.es EROSKI para la actualización de su Guía Práctica «Universidades», que se ofrece desde hoy exclusivamente en Internet.
De acceso libre y gratuito, esta guía interactiva, de gran utilidad para quienes dudan a la hora de elegir carrera y en qué universidad cursarla, puede ser consultada en www.universidades.consumer.es y muestra toda la información de interés sobre las 140 carreras que pueden cursarse (precio de la matrícula, nota de corte, número de plazas, equipamiento de ordenadores, dotación de profesores…) y sobre los centros en los que se imparten, además de las más relevantes características de las 73 universidades de nuestro país.
El estudio constata que el sistema universitario español es eminentemente público. Lo son dos tercios de las universidades -sólo 22 pertenecen a organizaciones privadas, la mayoría vinculadas a la Iglesia Católica-, que acaparan la gran mayoría de recursos humanos y técnicos. Del millón y medio (1.557.529) de alumnos inscritos en 2006 en estudios de primer y segundo ciclo (diplomaturas y licenciaturas) en nuestras 73 universidades (apenas un 1% de alumnos más respecto al curso anterior), casi el 90% cursaron sus estudios en centros públicos, mientras que sólo 166.152 se matricularon en universidades privadas. Las proporciones son similares en el profesorado: 96.613 de los 110.369 docentes del sistema universitario imparten clase e investigan en centros públicos.
La etapa de las universidades masificadas ha quedado lejos: la media de las españolas es de 14,1 alumnos por profesor, y las diferencias entre públicas y privadas no son importantes: 12,1 estudiantes por docente en las privadas y 14,4 en las públicas. Los mejores datos están en la comunidad autónoma vasca (10,2 alumnos por profesor), Cantabria (10,6) y Aragón (10,8). En el lado opuesto, Madrid tiene 18,6 (condicionado por la UNED), La Rioja roza los 16 y las universidades de Galicia tienen de media 15 alumnos por profesor.
El fenómeno de las universidades ajenas a la Administración Pública es un hecho reciente en España, como lo demuestra que sólo cuatro -Deusto, Navarra, Pontificia Comillas y Pontificia de Salamanca- se crearan antes de 1985. Dicho de otro modo: el 82% de las universidades privadas españolas tiene menos de 25 años. La universidad privada también se caracteriza por su concentración en Barcelona y, sobre todo, en Madrid: una de cada tres instituciones de educación superior de titularidad privada tiene su sede en la comunidad madrileña.
Uno de los mayores problemas que arrastra nuestro sistema universitario es la carencia de Personal de Administración y Servicios (PAS), estamento clave que incluye servicios administrativos, gestión, mantenimiento de bibliotecas o de laboratorios, y otras funciones. El número de personas (54.588) que trabajan en estos cometidos en las 73 universidades es, a todas luces, insuficiente, y la ratio de PAS por cada profesor (0,43), así lo atestigua: apenas hay un PAS por cada dos docentes. En este aspecto, la universidad pública se encuentra en situación menos precaria que la privada. La media de la pública es de 0,50 PAS por profesor, mientras que en la privada es de 0,37. Por comunidades, las mejor dotadas son Navarra (0,86 PAS/profesor) y Castilla-La Mancha (0,6). En el otro extremo, halla la comunidad autónoma vasca (0,34) y Castilla y León (0,41).
Por otra parte, la investigación y la creación de conocimiento son señas de identidad esenciales de la Universidad. En el caso español, el peso de la investigación, que precisa de fuertes inversiones y de suficiente dotación de medios humanos y técnicos cualificados, recae en el sistema público. De los 2.686 programas de doctorado (enseñanza de tercer ciclo conducente a la formación de investigadores), el 94% se encuentra distribuido entre las universidades públicas, mientras que sólo 153 (apenas el 6%) los imparten las privadas. Poco más de 700 de los 2.686 programas de doctorado han conseguido la mención de calidad del Ministerio, distinción que promociona la mejora en los programas de investigación. En este caso, el predominio del sistema público se acentúa: el 96,5% (680 frente a 23) de las menciones de calidad los consiguen las universidades públicas.
La implantación y la extensión de las nuevas tecnologías es otro acuciante retos del sistema universitario, que adquiere especial relevancia con las transformaciones que acarreará la convergencia hacia el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Uno de sus principales indicadores es el número de alumnos por ordenador personal. Según marca la UE, la disponibilidad de un ordenador por cada 15 alumnos es la mínima aconsejable. De las 73 universidades españolas, 56 tienen un índice igual o mejor que 15 alumnos por ordenador -universidades como la Oberta de Catalunya, la Abat Oliba, la Universidad Internacional de Andalucía (UIA) y San Jorge disponen de un ordenador por alumno, la Politécnica de Valencia tienen un ordenador por cada dos alumnos y la Universidad de Deusto de Bilbao, uno por cada tres-. Y sólo 13 no cumplen las recomendaciones europeas; de estas 13, únicamente 5 universidades tienen una ratio peor que 20 alumnos por ordenador (la Universidad de Salamanca, por ejemplo, tiene 35 estudiantes por cada ordenador, y la de Granada, 28).
Comunidad | Nº univ. | Presupuesto anual | Nº alumnos | Ratio alum./prof. | Nº títulos propios | Empresas convenios firmados | Nº de tesis doctorales defendidas en el último año |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Andalucía | 10 | 1.251.022.034 | 240.598 | 13,37 | 412 | 6.879 | 909 |
Aragón | 2 | 268.535.658 | 36.708 | 10,80 | 111 | 1.125 | 204 |
Asturias | 1 | 176.000.000 | 31.615 | 14,90 | 45 | 2.684 | 200 |
Canarias | 2 | 135.914.317 | 45.983 | 13,43 | 44 | 2.004 | 168 |
Cantabria | 1 | 105.680.000 | 12.150 | 10,61 | 41 | 434 | 64 |
Castilla – La Mancha | 1 | 189.668.306 | 28.178 | 12,95 | 66 | 1.524 | 75 |
Castila y León | 5 | 507.792.461 | 87.641 | 11,29 | 137 | 5.410 | 452 |
Cataluña | 12 | 1.520.434.085 | 246.790 | 13,25 | 1.810 | 21.534 | 1.317 |
Comunidad Autónoma Vasca | 3 | 459.032.250 | 61.925 | 10,23 | 147 | 2.020 | 290 |
Comunidad Valenciana | 7 | 1.043.364.125 | 148.644 | 13,62 | 730 | 26.933 | 912 |
Extremadura | 1 | 125.215.610 | 24.500 | 13,16 | 1.500 | 89 | |
Galicia | 3 | 458.543.701 | 79.034 | 14,91 | 66 | 7.118 | 346 |
Islas Baleares | 1 | 79.550.465 | 13.647 | 11,90 | 100 | 510 | 54 |
La Rioja | 1 | 36.870.000 | 7.180 | 15,88 | 25 | 1.240 | 24 |
Madrid | 15 | 1.638.129.320 | 431.771 | 18,60 | 1.585 | 24.678 | 1.355 |
Murcia | 3 | 222.863.270 | 38.575 | 12,22 | 2.461 | 211 | |
Navarra | 2 | 79.910.000 | 22.950 | 14,20 | 56 | 1.275 | 200 |