Las escaleras de mano tienen múltiples usos, ya sea en la industria y en la construcción, así como en locales comerciales y en el hogar. Existen muchos modelos y de materiales diferentes, pero las más comunes en las casas de hoy en día son de aluminio o aleaciones ligeras similares. En este artículo se detallan las características y tipos de escaleras de mano y las principales normas de seguridad para su utilización.
Escaleras de mano, útiles para usos diversos
La escalera de mano es una herramienta muy útil en casa, y hasta imprescindible en ciertos casos, como sucede si se cuenta con un trastero ubicado a buena altura y se desea aprovecharlo. Existe una gran variedad de tipos de escaleras de mano, que se adaptan a las distintas necesidades, ya sea para trabajos de construcción, en empresas, en el hogar, etc. En todos los casos, para evitar accidentes, es fundamental corroborar que cumplan con las normas de seguridad.
En la actualidad, las escaleras de mano más comunes en el hogar son de aleaciones ligeras, sobre todo de aluminio, que presentan la ventaja de que se pueden transportar con mucha facilidad, debido a su bajo peso. Su vida útil es muy extensa, ya que no se oxidan y en general su uso en casa no es muy intenso ni le exige esfuerzos excesivos.
Por lo general, las escaleras de mano no son muy altas: su longitud varía entre 1 y 1,5 metros
Los modelos más comunes son del tipo llamado «doble de tijera»: tienen dos tramos que se abren en sentidos opuestos y la escalera se sostiene por sí misma, sin necesidad de apoyos en la pared ni en ninguna otra parte. En algunos casos tienen peldaños por ambos lados y en otros, solo por uno. En estos últimos, el otro lado solo cumple la función de soporte.
Por lo general, estas escaleras de mano (también llamadas escaleras portátiles o escalas) destinadas al hogar no son demasiado altas, ya que el objetivo para el que están preparadas es alcanzar el techo, los trasteros situados en las alturas, la parte superior de los muebles, etc. Según el modelo, su altura suele estar entre 1 y 1,5 metros.
Características de las escaleras de mano
Es imprescindible que estas escaleras de aleaciones ligeras cuenten con zapatas o bases antideslizantes de plástico u otro material que no sea conductor de electricidad. Estas zapatas son las encargadas de evitar resbalones que deriven en caídas y también de impedir que la escalera sirva como canal para la corriente eléctrica -si por ejemplo hay agua en el suelo y se produce alguna descarga- y que la persona que está encima sufra un electrocutamiento.
Las escaleras más cómodas tienen peldaños amplios y separados por poca distancia, pero ocupan más espacio
Además de la altura que permite alcanzar y de que cumpla con las medidas de seguridad, existen otra serie de características que conviene analizar cuando se busca una escalera de mano adecuada para el hogar. Entre ellas se encuentran la huella y la contrahuella. La huella es el plano horizontal de cada peldaño; y la contrahuella, el plano vertical, es decir, la distancia que separa un peldaño del otro. De estos factores dependerá la comodidad en el momento de emplear esta herramienta e incluso puede ser un obstáculo para personas con algún problema físico o a partir de cierta edad.
Las escaleras más cómodas son las que tienen una huella amplia y una contrahuella corta, pero estas peculiaridades reducen su alcance y también pueden hacer que, plegadas, las escaleras ocupen más espacio. Por eso, la decisión acerca de las dimensiones de la escalera de mano más convenientes se debe tomar en función de quienes utilizarán la escalera, del uso que se le vaya a dar, del espacio disponible para guardarla, etc.
Otros tipos de escaleras de mano
Existen escaleras muy versátiles, que se pueden emplear como dobles de tijera pero también como de un solo tramo: se abren los dos tramos hasta un ángulo de 180 grados y quedan como una recta. De ese modo, se obtiene una escalera simple cuya longitud duplica la que alcanza como doble de tijera.
También existen otros tipos de escaleras portátiles, aunque por lo general están destinados a usos más profesionales. Uno de ellos es el de las escaleras extensibles, que constan de dos tramos superpuestos y unidos por rieles o guías. Se mueven para dar al conjunto la longitud deseada y luego se fija esa posición para utilizar la escalera apoyada sobre una pared u otro punto fijo.
Y también hay todavía escaleras manuales de madera. Son muy duraderas, resisten mucho mejor que las de aleación los eventuales golpes que sufren y, debido a la naturaleza de su material, son un aislante eléctrico natural. Su principal inconveniente, por el cual han perdido protagonismo ante las de aluminio, es que son pesadas y, por ende, más difíciles de transportar.
Un estudio realizado por el Grupo de Ingeniería y Gestión Responsable de la Universidad de Burgos, dado a conocer en 2011, reveló que entre 1990 y 2008 hubo en España más de 150.000 accidentes con escaleras de mano. Esta cifra da una idea del riesgo que implica el empleo de estas escaleras cuando no se respetan las normas de seguridad, ya sea en relación con el estado de las herramientas como con la forma de uso.
La Nota Técnica 239 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene, vigente desde 1997, indica “los riesgos principales, tanto intrínsecos como de mala utilización” de las escaleras manuales y da “las soluciones a tomar para evitar los posibles accidentes“. A continuación se enumeran los consejos más útiles para el uso de las escaleras de mano en el hogar.
En las escaleras dobles de tijera, el ángulo que los dos tramos deben formar entre sí tiene que ser de unos 30 grados. Además, ambos lados deben estar asegurados con una cadena, una barra u otro elemento que dé estabilidad al conjunto y esté en perfectas condiciones. En el caso de las escaleras extensibles de un solo tramo, la inclinación de este debe ser la misma al apoyarse sobre la pared u otro punto fijo, es decir, el ángulo que deben formar con la horizontal debe ser de unos 75 grados.
Solo puede estar subida en la escalera una persona. Su cintura nunca debe sobrepasar el extremo superior de la estructura y sus hombros deben mantenerse en todo momento dentro del área comprendida por los dos largueros.
En caso de que sea necesario cambiar la posición de la escalera, la persona debe bajar, colocar el armazón en la ubicación correcta y solo después volver a subir.
Si por algún motivo existe el menor riesgo de estabilidad, otra persona debe permanecer debajo y sujetar la escalera con firmeza.
No se debe pasar de un tramo al otro de la escalera por la parte superior.
Se debe evitar que trabajen sobre una escalera personas con vértigo o algún problema similar, o que se hallen bajo algún tratamiento con medicinas que afecten capacidades relacionadas con el equilibrio. Mucho más aún para realizar trabajos en el techo que exijan mirar no de frente sino hacia arriba.