Los setos son formaciones vegetales que delimitan, bordean, protegen y decoran el jardín. Están compuestos por grupos alineados de plantas, arbustos y árboles, de cuyo tamaño dependerá la altura del seto. Mediante la poda, se pueden recortar con formas geométricas o estructuras naturales. En cuanto a las necesidades de sustrato, riego y abono, dependen en gran medida de la especie vegetal.
Elegir el tipo de seto
Cuando se quiere plantar un seto en el jardín, es aconsejable fijarse en otros de la zona para conocer qué especie se adapta mejor a las características climáticas y del suelo. La elección de especies autóctonas asegura la supervivencia del seto con unos cuidados mínimos. El siguiente paso es decidir el tipo de seto, para elegir la especie.
Si el seto delimitará una finca o jardín, éste debe medir más de dos metros. En este caso, se deben elegir árboles o arbustos que alcancen estas dimensiones, como el carpe común, árbol de hoja caduca que admite una podar regular, o el ciprés, ya sea el común, el horizontal o el piramidal. Otra especie muy habitual es el leilandi, una conífera parecida al ciprés y de rápido crecimiento.
Si el seto delimitará una finca o jardín, debe medir más de dos metros
Un segundo grupo de setos está formado por plantas que no superan los dos metros de alto. Entre ellas destacan el boj y el tejo, muy habituales en la formación de setos geométricos. El tamaño de estas formaciones vegetales también permite el uso de especies con flor, como la adelfa, la lantana o la rosa de Siria.
Los setos más bajos no superan el metro de altura. Entre las especies más aptas para estas formaciones destaca también el boj. Otras opciones muy decorativas son la escalonia, el cotoneaster, el mirto, la fucsia, la jara y diversos tipos de rosales.
Para delimitar parterres y bordear caminos se utilizan las borduras, una especie de seto muy bajo, que no alcanza los 50 centímetros de altura. El romero, el tomillo, las rosas en miniatura, la santolina o los narcisos son plantas muy apropiadas para realizar borduras.
Las especies que forman los setos, en general, no son muy delicadas. En invierno, pueden sobrevivir con el agua procedente de la lluvia, mientras que en verano hay que procurar que al seto no le falte agua. En las zonas donde los veranos son secos, hay que extremar las precauciones.
La tarea indispensable cuando hay un seto en el jardín es la poda
En primavera conviene añadir a los arbustos un abono compuesto, mientras que en otoño conviene utilizar un preparado descompuesto. En cuanto al sustrato, éste se debe adaptar al tipo de planta utilizada.
Otra labor de mantenimiento pasa por recortar las puntas del seto con regularidad, para mantener controlado su crecimiento e impedir que invadan un espacio mayor del deseado. Para ahorrar tiempo y trabajo, conviene optar por setos de porte informal, que exigen menos cuidados y sus puntas son de corte fácil.
No obstante, la tarea indispensable cuando hay un seto en el jardín es la poda. Una poda regular del seto no solo da forma a éste, sino que estimula el crecimiento y mejora la forma de los arbustos. Cuanto más se pode un seto, más tupido será en el futuro.