La gasolina con plomo de 97 octanos, la conocida popularmente como «super», desaparecerá de las estaciones de servicio españolas el próximo 1 de agosto, cinco meses antes del plazo para su liquidación en España establecido por la Unión Europea (UE), el 1 de enero del 2002.
Este anticipo ha sido acordado por la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que ha anunciado que la super será sustituida en todas las gasolineras españolas, a partir del próximo 1 de abril, por una gasolina equivalente, también de 97 octanos, pero en la que el plomo ha sido sustituido por un aditivo compuesto por sales de potasio.
La desaparición del último tipo de gasolina con plomo en España permitirá reducir de forma sustancial las emisiones contaminantes del tráfico rodado y, a su vez, la entrada en el mercado de la nueva super con aditivos impedirá que tengan que ser destinados a la chatarra, por falta de combustible adecuado, los aproximadamente dos millones de automóviles viejos de gasolina españoles que no pueden funcionar con carburantes sin plomo convencionales, por no disponer de catalizador y por las propias exigencias de lubricación de sus motores.
No obstante, los propietarios de estos vehículos tendrán que pagar a partir del 1 de agosto una super algo más cara que la actual. Los responsables de la AOP no quisieron anticipar precio alguno de referencia e indicaron que dependerá del impuesto específico que el Gobierno diseñe para la nueva super y de las políticas comerciales de cada operadora petrolífera. Sin embargo, fuentes del sector, indicaron que la nueva gasolina de 97 octanos podría tener un precio intermedio entre el de la actual super (unas 143 pesetas litro) y el de la sin plomo de 98 octanos (unas 148 pesetas).