La estación orbital «Mir» contaminará la atmósfera terrestre «en varios cientos de kilómetros» durante la operación de su destrucción, según afirmó ayer Serguei Kritchevski, experto del centro de la política ecológica rusa. «Es imposible destruir la Mir sin riesgos ecológicos con el método elegido por los responsables del programa espacial de Rusia», declaró Kritchevski, miembro de la Academia de Ciencias Naturales de ese país.
Los rusos han decidido desorbitar la estación y quemarla en la atmósfera. La operación deberá tener lugar entre el 20 y el 23 de marzo, cuando la órbita de la «Mir» descienda a 220 kilómetros. «Al entrar a gran velocidad en las capas densas de la atmósfera, por debajo de los 100 kilómetros de la Tierra, la estación frenará y sus estructuras se fundirán, contaminando la atmósfera en su caída», explicó el experto.