Las compañías aéreas europeas no van a ser objeto del mismo trato que las norteamericanas, en la crisis desatada por los atentados terroristas del mes pasado. La enorme diferencia en la situación económica y operacional de las diferentes empresas de aviación civil existentes en la Europa comunitaria, llevó ayer a la Comisión Europea a proponer a los Estados miembros un mecanismo de ayudas al sector bastante modesto y limitado en el tiempo, sin dinero fresco para subvenir a las necesidades derivadas de la crisis de una manera generosa, como lo han hecho los EE.UU.
Loyola de Palacio, promotora de la iniciativa en tanto que comisaria de Transportes, detalló ayer los contenidos del paquete que la Comisión ha puesto a punto, para dar una respuesta concertada entre los Quince a la situación. Las propuestas comunitarias comprenden tres grandes capítulos: medidas para acrecentar la seguridad del transporte aéreo, apoyos financieros a las compañías y propuestas de modificación de la legislación en vigor, para acrecentar los poderes de la Comisión.
En lo que a la seguridad respecta, la Comisión ha hecho propias las ideas barajadas durante la última reunión de la CEAC (Conferencia Europea de Aviación Civil), celebrada en Burdeos. Propone, en síntesis, aumentar la impermeabilidad de las diferentes zonas aeroportuarias, de modo que sea muy difícil pasar de lo que se denominan áreas sépticas (donde se mezcla el público general) de las asépticas (donde sólo deben encontrarse personal de vuelo o autorizado, y pasajeros).
Todo el equipaje que embarque en un avión deberá haber sido objeto de rastreo por escáner, y el de mano, que ya se somete a control de rayos equis, será escrutado por funcionarios aleatoriamente, en más de un 10% de su volumen. Los equipos de detección deberán ser capaces de discernir una amplia relación de artículos susceptibles de ser empleados con propósitos malignos, y los arcos detectores de metales se activarán cuando la persona que los cruce lleve encima más de 5 g de metal. Los funcionarios que atiendan las pantallas de los escáneres serán relevados cada 20 minutos, para evitar que la fatiga merme su eficacia.
Habrá, además, investigaciones sobre los antecedentes del personal contratado, controles sobre el equipaje del personal diplomático (no sobre el tráfico de valijas diplomáticas), e inspecciones, a cargo de un cuerpo de especialistas europeos, del grado de cumplimiento de estos preceptos en los diferentes Estados miembros. Europa exigirá a los países terceros de los que despeguen aviones con destino en territorio comunitario medidas equivalentes de seguridad, así como coberturas de seguros a la altura de las que existentes en la Europa comunitaria.
El capítulo financiero de las propuestas comunitarias es modesto. La comisaria De Palacio insistía ayer, en conferencia de prensa, en diferenciar los problemas estrictamente derivados de la crisis del día 11, de la patología variada y heterogénea del sector. Por ello, la Comisión ha rehusado la concesión de ayudas de Estado a las empresas de aviación civil.
Las ayudas nacionales directas al sector se circunscribirán, exclusivamente, a las pérdidas derivadas del cierre del espacio aéreo norteamericano durante 4 días, a raíz de los atentados. La Comisión, además, se declarara de acuerdo con que sean los presupuestos nacionales los que se hagan cargo de los sobrecostos del seguro exigidos por las empresas del gremio, no ya durante el mes autorizado por los ministros de Economía, sino hasta finales de año.