Un microprocesador implantado bajo la retina de seis pacientes ciegos les permite percibir de nuevo la luz y en algunos casos distinguir formas, según uno de los inventores de esta tecnología biónica, presentada hoy en Estados Unidos durante un congreso de oftalmología.
El implante está constituido por un microprocesador del tamaño de la cabeza de una aguja que comprende 3.500 fotopilas que convierten la luz en señales eléctricas enviadas al cerebro por el nervio óptico. Las seis personas que han recibido el implante constataron una mejora sustancial de su visión, según los resultados de ensayos clínicos anunciados dos años después de la instalación de estos microprocesadores en pacientes afectados de retinitis pigmentaria.
Esta técnica es una fuente de esperanza para las personas afectadas por esta enfermedad, que provoca la degeneración de la retina y otras afecciones de la vista.
El método, presentado por el doctor Alan Chow, consiste en efectuar tres pequeñas incisiones en el blanco del ojo para poder aspirar el cuerpo vidrioso y remplazarlo por una solución salina para mantener la presión interna del ojo.
El cirujano practica luego una apertura en la retina, a través de la cual inyecta también una solución salina para despegar la retina del fondo del ojo y crear una pequeña bolsa donde se inserta el microprocesador. El médico introduce luego aire en la parte central del ojo, lo que obliga a la retina a recubrir el implante.
La intervención completa dura unas dos horas y puede ser efectuada en cirugía ambulatoria, precisó el doctor Chow. De momento, no se ha registrado ningún rechazo ni ninguna infección en ningún paciente durante los dos años de ensayos clínicos, aseguró.
Sin embargo, advirtió que la duración y fiabilidad a largo plazo del método, llamado «Artificial Silicon Retina», todavía se desconoce.