Las negociaciones que están llevando a cabo estos días Gobierno y compañías eléctricas para la fijación de los precios de la electricidad para el próximo año parece que se están complicando. Así, mientras el primero se muestra partidario de congelar el precio para el consumidor doméstico, Unesa, la patronal que agrupa a las principales compañías eléctricas españolas (Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico) no está dispuesta a aceptar esta medida.
Unesa ha advertido al Gobierno que el sector no puede «soportar más rebajas de tarifas». La rentabilidad sobre la inversión en la actividad de producción eléctrica ha bajado del 8,1% al 5,5% entre 1997 y 2000, como consecuencia de un descenso de precios del 17,3%, según datos de la patronal. Las compañías se muestran partidarias de incrementar los recibos de la luz en 2002 un 2%, ya que con el actual ratio de rentabilidad, no pueden invertir en nuevas centrales para abastecer la demanda eléctrica.
Sin embargo, la intención de las eléctricas de subir las tarifas, choca con el compromiso del Gobierno de bajarlas hasta un máximo del 9% entre 2001 y 2003. Al final, la decisión de subirlas o bajarlas dependerá de la demanda eléctrica, los tipos de interés y los costes de producción. Precisamente, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) prepara un método para establecer de forma objetiva el impacto de esos elementos en la tarifa.
Actualmente, el crecimiento de la demanda eléctrica y la tendencia a la baja de los tipos de interés y de los costes, permitiría un nuevo recorte de tarifas. Sin embargo, como no existen datos concretos sobre estos indicadores, el Gobierno prefiere congelar los precios de la tarifa doméstica para el año 2002, por lo que no se rompería la tendencia a la baja ni se resentirían los ingresos de las eléctricas.
Además, el Ejecutivo señala que las compañías podrían compensar la contención de precios para el cliente doméstico con subidas para los consumidores empresariales. De hecho, la compañía ferroviaria Renfe ya ha visto como sus contratos con las eléctricas se encarecían.
Durante los primeros ocho meses de este año, gracias a la evolución de los precios, el consumo de electricidad aumentó un 5,26%, pero los ingresos totales bajaron un 1,21%, hasta 6.237 millones de euros (1,037 billones de pesetas), según datos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE). En 2000 el precio medio por kilovatio estaba situado en 9,95 pesetas, frente a las 9,34 pesetas de 2001.