Millones de personas seguirán padeciendo hambre en el año 2030, a pesar de que para esa fecha la producción agrícola habrá crecido lo suficiente como para cubrir las necesidades de la población mundial. Así lo advirtió ayer la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en un informe publicado con motivo de la inminente Cumbre sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo. Para acabar con esta contradicción, Naciones Unidas insta a los países ricos a abrir sus mercados y reducir tarifas aduaneras, y a los menos desarrollados a invertir con más decisión en su sector agrario.
El informe «La agricultura en el mundo: hacia 2015/2030» denuncia que dentro de treinta años la producción de alimentos seguirá superando la cifra de crecimiento de la población. Esta última aumentará a un ritmo cada vez más lento, por lo que la demanda de alimentos será menor y muchas personas estarán mejor alimentadas. Este no será el caso, sin embargo, de millones de personas en los países en vías de desarrollo.
La FAO presenta datos muy concretos: hasta el año 2030, la población mundial crecerá a un ritmo del 1,1% anual -frente al 1,7% de los últimos treinta años-, hasta pasar de 6.000 a 8.300 millones de personas. Así, el aumento de la demanda de productos agrícolas debería frenar también, pasando del 2,2% de los últimos treinta años al 1,5% anual hasta 2030; este descenso es aún más pronunciado en los países en vías de desarrollo, donde pasará del 3,7 al 2%.
De hecho, dentro de esta misma categoría, los países con consumo agrícola más reducido en la actualidad registrarán una ralentización de la demanda de alimentos aún más acusada, que pasará del 2,9 al 2,5% anual. Paralelamente, el consumo per cápita aumentará, lo que reducirá el número de personas hambrientas en los países más pobres de los 777 millones actuales a 440 millones en 2030.
Esta reducción, aunque positiva, queda muy lejos de los objetivos planteados en la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, que se propuso recortar el número de personas hambrientas a la mitad de la cifra de los años 1990-92 (815 millones) para 2015. El principal foco de preocupación sigue siendo el África Subsahariana, donde el número de personas que sufren desnutrición crónica pasará sólo de los 194 millones actuales a 183 millones en 2030.
Medidas urgentes
Ante la enormidad de estas cifras, la FAO insta en su informe a promover de inmediato el desarrollo agrícola en las zonas más necesitadas, ya que la mayoría de los 1.100 millones de personas que hoy viven en la pobreza extrema se encuentran en las zonas rurales, por lo que el crecimiento económico basado en la agricultura es esencial para mejorar su nivel de vida. De esta forma, la FAO insta a facilitar el acceso de los campesinos a la tierra, al agua, al crédito, a la sanidad y a la educación.
Asimismo, el comercio internacional está estrechamente relacionado con la distribución de la producción agrícola mundial, por lo que la agencia de la ONU considera necesario que los países ricos faciliten el acceso a sus mercados y acaben con las subvenciones a la exportación, y que tanto los países desarrollados como los más pobres reduzcan aranceles.