Las clínicas de reproducción españolas se encuentran divididas sobre la idoneidad de elegir el sexo de los bebés, práctica que en la actualidad se lleva a cabo en un centro de Gante (Bélgica). El catedrático Frank Comhaire, dedicado durante años a ayudar a parejas estériles, ha comenzado a ofrecer un servicio para aquéllos que deseen elegir el sexo de su hijo. Tan solo se necesita un par de visitas y desembolsar 6.300 euros.
La posibilidad de poder escoger que la descendencia sea niño o niña ha levantado controversia. Así, mientras el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) se manifiesta «a la expectativa de la ley española que permita una elección más libre» otros, como el centro Dexeus, muestran sus dudas sobre la viabilidad de la técnica.
El director del IVI, Manuel Muñoz, afirma que la posibilidad de elegir el sexo del bebé es un tema «muy controvertido», ya que la ley española de 1988 prohíbe taxativamente esta selección de sexo, salvo para evitar la transmisión de enfermedades. No obstante, dice que «en este sentido, es difícil interpretar la ley, y tendría que modificarse en este y otros aspectos».
En las clínicas pertenecientes al IVI ya se ha realizado la selección de sexo para evitar enfermedades como la hemofilia. «Es un gran avance en la ciencia y es una técnica muy útil en casos con indicación de tipo médico».
Muñoz comenta que el IVI realizó hace unos años una encuesta de opinión entre sus pacientes sobre la posibilidad de elección del sexo de los futuros hijos. Según los resultados, «la mayoría de las pacientes se mostraron a favor de poder utilizar esta técnica», dijo el experto. Además, opina que «la posibilidad de elegir el sexo del bebé en un futuro no produciría desequilibrios en cuanto al género de la población en España».
Por su parte, la jefa del laboratorio de fecundación «in vitro» del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, la doctora Ana Veiga, señala que si esta situación fuera legal en España y se pudiera escoger el género de los niños «no habría muchas solicitudes y en ningún caso se produciría una descompensación de sexos, como podría ocurrir en otros países». Añade que en ningún caso se está realizando este tipo de prácticas en España «por deseo expreso de los padres», simplemente se utiliza, de forma bastante frecuente, para evitar la transmisión de enfermedades hereditarias como la hemofilia y determinados retrasos.
En cuanto a la ley española, Veiga considera que «es poco probable que se modifiquen las normas españolas para favorecer la libre elección del sexo de los hijos».
Respecto a la posibilidad de elegir el sexo del hijo alegando problemas psicológicos, la experta recuerda un caso en el que el juez «desestimó la petición de una mujer de Mataró, con cuatro o cinco hijos varones, que solicitaba la realización de esta técnica para tener una niña alegando problemas psicológicos».
El catedrático de genética de la facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Ramón Lacadena, apunta que la controversia ética «depende de la consideración que se tenga de los embriones humanos» ya que, para llevar a cabo este proceso, «es necesario manipular y eliminar los que no se vayan a seleccionar», algo que algunos considerarían vidas humanas que se interrumpen. Sin embargo, piensa que es evidente que muchas parejas «a las que sólo les separan dos horas de avión de esta posibilidad», viajarán a estos países de Europa donde estén permitidas estas prácticas.