Científicos de Estados Unidos han descubierto una colina submarina del tamaño de un campo de béisbol en el fondo del Atlántico, que constituye un depósito muy rico en minerales tales como el cobre, hierro, zinc, oro y plata, según publica la revista «Science».
«La colina se compone de la combinación de varios metales y en su formación se han precisado 50.000 años», indica el geofísico Peter A. Rona, uno de los descubridores. Según este experto, la colina se encuentra a una profundidad de unos cuatro kilómetros y fue creada por chorros de agua caliente rica en metales.
Rona cree que los océanos no son los meros depósitos de minerales que se creía se formaban al arrastrar las aguas los minerales desde los continentes. Indica que sólo se ha explorado el 5% del suelo oceánico, que, lejos de ser inactivo, se transforma en un sistema dinámico, donde las fuentes hidrotermales no sólo producen depósitos de minerales con valor comercial, sino los ecosistemas perfectos para que los organismos que dependan de ese calor para vivir construyan materiales útiles, desde detergentes hasta nuevos fármacos.
En opinión de este geofísico, debajo del suelo oceánico circula una cantidad de agua que supera a la de los océanos. «Existen grandes cantidades de agua fría muy densa que se filtran hacia abajo a lo largo de la corteza, y cuando se topan con capas calientes, ya en el manto, sube con fuerza», afirma. Es en ese momento cuando se forman las fuentes hidrotermales. «En su camino hacia la superficie del suelo oceánico arrastran y disuelven los materiales arrancados a las rocas», concluye Rona.