Han tenido que pasar cinco años para que la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos, la FDA, diera luz verde a un nuevo fármaco contra la disfunción eréctil masculina. Esta semana, «Viagra», la famosa píldora azul, ha perdido su hegemonía con la entrada en el mercado de «Levitra», el último preparado contra la impotencia. Para darse a conocer, los laboratorios que lo comercializan ya han anunciado una fuerte campaña de publicidad y patrocinios comerciales para clavar en la retina de los consumidores la nueva alternativa oral para los problemas de impotencia. La hegemonía de las pastillas azules ya había desaparecido en Europa con «Levitra» y «Cialis», el tercer fármaco que competirá también en breve en el mercado norteamericano.
Los tres preparados buscan un mismo objetivo basándose en un principio similar, aunque los resultados son diferentes. Según sus fabricantes, la gran diferencia entre «Viagra» y «Levitra» es que esta última consigue un efecto que perdura entre 24 y 36 horas, lo que la convierte en una medicina eréctil «de fin de semana». De esta manera, se quiere corregir el efecto relativamente corto que consiguen algunos varones con la famosa pastilla azul. Por supuesto, este beneficio no tiene nada de positivo, según los fabricantes de «Viagra». «Los hombres no desean que el medicamento persista en sus sistema más tiempo del realmente necesario», aseguran.