La Agencia Aeroespacial de Estados Unidos (NASA) ha lanzado a las 7:35 (hora peninsular española) desde Cabo Cañaveral el telescopio espacial de rayos infrarrojos SIRTF, que permitirá el estudio de objetos celestes que no pueden ser detectados por los telescopios actuales.
«Despega el cohete Delta II con el SIRTF, en busca de los secretos ocultos de la evolución de nuestro universo», declaraba un responsable de la misión en el momento del lanzamiento.
La misión SIRTF, que se prolongará durante cinco años, será un complemento en la gama de los telescopios espaciales estadounidenses, que cuenta ya con el «Hubble», el observatorio de rayos gamma «Compton» y el telescopio de rayos X «Chandra».
Los investigadores utilizarán el nuevo equipo para el estudio de planetas y fragmentos estelares en torno a ciertas estrellas, con la esperanza de descubrir planetas similares a la Tierra, donde podría desarrollarse la vida.
Según Anne Kinney, directora de la división de astrofísica de la NASA en Washington, gracias a esta misión «veremos el universo como era hace millones de años, lo que nos ayudará a determinar la manera y el momento en que se formaron los primeros objetos, así como su composición».
El telescopio está dotado de un espejo de 85 centímetros y de tres instrumentos para el enfriamiento criogénico.