El chocolate negro amargo es mucho más beneficioso para la salud que el que lleva leche, porque al añadirle el producto lácteo se reduce su poder antioxidante, según un estudio publicado en la revista científica británica «Nature».
«Añadir leche al chocolate, ya sea durante su fabricación o cuando se está comiendo, reduce su poder antioxidante y su absorción dentro de la corriente sanguínea», afirman los responsables del estudio, que trabajan en el Instituto Nacional para la Investigación de los Alimentos y la Nutrición de Roma.
Gracias a su alto contenido en flavonoides, el chocolate ayuda a proteger el corazón y las arterias de una oxidación similar a la que afecta a los metales. «Pero este producto pierde parte de esta propiedad cuando se le añade leche, ya que ésta inhibe el poder antioxidante de los flavonoides y dificulta su paso a la corriente sanguínea», aseguran los investigadores italianos.
En su opinión, esto puede deberse a la formación de un vínculo secundario entre los flavonoides del chocolate y las proteínas de la leche, ya que éstas reducirían la accesibilidad biológica de los flavonoides y, por lo tanto, las propiedades antioxidantes del chocolate.
Los autores de la investigación observaron el efecto del consumo de chocolate, negro y con leche, en doce voluntarios, siete mujeres y cinco hombres. También se analizó lo que pasaba si los participantes comían chocolate negro mientras bebían leche.
Así, se comprobó que los voluntarios tenían que comer el doble de chocolate con leche que negro para obtener el mismo poder antioxidante. En concreto, el chocolate amargo mejoraba los niveles de antioxidantes en la sangre en un 20%, ya que la absorción de los flavonoides era mejor.