La Universidad de Salamanca es estos días el escenario de la Conferencia Internacional de Nanotecnología. Más de 400 expertos de todo el mundo analizan los últimos resultados en esta disciplina en la que confluyen la Química, la Física, la Ingeniería y la Biología. Y por el momento se están consiguiendo resultados esperanzadores, según el director del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, que ayer, durante el acto de apertura, dijo que los microchips basados en esta tecnología podrán reemplazar en poco tiempo funciones atrofiadas del cerebro.
La clave de esta afirmación es el avance en complicadas técnicas que permiten la fabricación de diminutos objetos que miden apenas unos nanómetros (una millonésima de milímetro), así como su manipulación para dotarlos de nuevas funciones hasta ahora impensables en campos como la Medicina. El director del CSIC señaló en la inauguración del encuentro que conseguir máquinas nanométricas capaces de reemplazar en algunas funciones al cerebro en casos de disfunciones, sería posible a través de la obtención de una señal eléctrica de cada una de las neuronas, mediante aplicaciones microelectrónicas capaces de computarlas. Según Emilio Lora-Tamayo, las posibilidades de esta aplicación serían «prácticamente ilimitadas», aunque precisó que «para alcanzar esta afirmación que parece tan imposible todavía tiene que pasar algún tiempo».
En cualquier caso, el director del CSIC advirtió de que «el chip conectado a la mente tiene que estar al servicio de la mente», por lo que añadió que no estaríamos hablando propiamente de «inteligencia artificial», sino de complementar la actividad cerebral en aquellos casos en los que se hayan podido producir daños que hubieran limitado las funciones.
En este sentido, Lora-Tamayo señaló que cuando se alcance la tecnología necesaria para desarrollar este microdispositivo, «siempre será la mente la que controle al chip y desde luego le podrá dictar todas las aplicaciones y funciones que se pueda imaginar». Se trata de uno de los trabajos más atractivos que actualmente se están desarrollando en el campo de la Nanotecnología y Emilio Tamayo-Lora subrayó que, en este apartado, «España tiene un potencial enorme».
El director del CSIC aseguró además que «aunque globalmente España no se encuentra a la cabeza de estas investigaciones, sí cuenta con grandes científicos en los apartados de los que se compone». Es el caso de la Óptica, la Electrónica, la Química, la Física o la Biología, desde donde se pueden realizar «contribuciones muy buenas», dijo el investigador.
Tanto él como Pedro Serena, director del departamento de Electrónica de Física Aplicada de la Universidad de Salamanca (organizador de la conferencia), coincidieron en señalar que, para que se puedan seguir produciendo avances, «es indispensable que se dé un importante apoyo financiero». «Siempre nos parece insuficiente el nivel de inversión y recursos, aunque está en muchas ocasiones por encima de la media europea», indicó Serena.
El director del CSIC señaló como camino indispensable para el avance en la Nanotecnología, la coordinación entre campos de la ciencia que hasta ahora han trabajado por separado y que en su acercamiento han permitido ya desarrollar dispositivos que tendrán en los próximos años multitud de aplicaciones en Medicina, comunicaciones y Defensa.