Un estudio elaborado por expertos del Hospital Clinic i Provincial de Barcelona confirma que la retirada de corticoides (hormona básica en la terapia inmunosupresora para pacientes sometidos a trasplante cardíaco) después del primer año de practicar un trasplante reduce de forma significativa los efectos secundarios que genera el tratamiento con esta sustancia.
En este sentido, el estudio revela que las nuevas pautas terapeúticas, que utilizan tratamientos con tacrolimus, micofenolato, azatioprina y ciclosporina una vez retirado el suministro de corticoides, permiten reducir la morbilidad secundaria asociada a este fármaco sin aumentar de forma significativa la incidencia de rechazo agudo del trasplantado.
Para la elaboración de este estudio se practicó la retirada de corticoides a un grupo de 32 pacientes trasplantados con más de un año de evolución -22 hombres y 10 mujeres de una media de edad de 52 años-, a los cuales también se les realizó una biopsia endomiocárdica, así como un ecocardiograma, al cabo de un mes de que también se les retirasen la administración de prednisona -sustancia prescrita en casos de inflamación e inmunosupresión grave-.
Posteriormente se les practicó controles clínicos, analíticos y ecocardiográficos, que demostraron que el 94 por ciento de los pacientes tratados con estas nuevas terapias no presentaba datos ecocardiográficos de disfunción sistólica ni en los análisis mensuales ni en los semestrales.
Por este motivo, subraya el estudio elaborado por expertos del Hospital Clinic i Provincial de Barcelona, las nuevas pautas terapéuticas permiten la retirada de corticoides después del primer año del trasplante cardíaco sin aumentar de forma significativa la incidencia de rechazo agudo pero disminuyendo, por contra, la morbilidad secundaria asociada a este fármaco.