El 11% de los españoles sufre dolor crónico, sin embargo, la mayoría de ellos no recibe un tratamiento específico, según la primera Encuesta Europea del Dolor. El dolor crónico en España -aquel que dura más de tres meses y que no está relacionado con la enfermedad que lo motivó- «o no se trata o se trata mal por la falta de formación o información de los médicos», afirma Manuel Rodríguez, presidente de la Sociedad Española del Dolor y Jefe Clínico de la Unidad de Dolor del Hospital Carlos Haya (Málaga).
Según esta encuesta, el 83% de los pacientes con dolor crónico acude a la consulta del médico de Atención Primaria y de ellos, el 50% sólo recibe antiinflamatorios no esteroides, un 13% recibe opiáceos menores y sólo a un 1% se le administra opiáceos mayores. «Estos datos reflejan el tratamiento inadecuado y muestran el miedo que hay en nuestro país a diferentes fármacos que de forma controlada y adecuada son eficaces, como ocurre con los opiáceos, donde en Austria, por ejemplo, se administran a un 23% de los pacientes», afirma el doctor Rodríguez.
La encuesta también revela que España es el país europeo con menor incidencia del dolor crónico entre la población, ya que la media se sitúa en torno al 19%. «El tiempo medio que los pacientes sufren esta enfermedad es de nueve años, dos por encima de la media europea», según el presidente de la SED.
A estos datos se unen que un 29% de las personas con dolor crónico padece una depresión como consecuencia directa del mismo y un 40% manifiesta su incapacidad para realizar ciertas actividades cotidianas. «Incluso la mayoría de los afectados tiene que dejar de trabajar», puntualiza Mercedes Pastor, presidenta de la Asociación Pro Enfermos del Dolor Málaga.
Para una mejora en los tratamientos a este tipo de enfermos, la SED ha presentado al Ministerio de Sanidad una propuesta para el Plan Nacional de Lucha contra el Dolor, que consiste básicamente en formar a los médicos sobre esta enfermedad. «En todos los centros de salud debería haber un médico formado que tratara estos casos», apunta Rodríguez. Y es que para el especialista, la mitad de los pacientes que acuden a las unidades de dolor de los hospitales podrían ser tratados directamente por su médico de atención primaria siempre que tuviera formación.