Científicos de Naciones Unidas han realizado un estudio que asegura que el calentamiento global amenaza la existencia de las selvas tropicales. Philip Bubb, uno de los coautores del informe, ha declarado que «la característica única de estos bosques es que pueden capturar humedad de la condensación de las nubes, y esto los hace muy sensibles a los cambios climáticos». El hecho de que estos bosques puedan desaparecer también hace peligrar los suministros de agua y a decenas de especies que habitan en esos lugares, lo que en muchos casos sería un serio problema. En algunos lugares, como en el Parque Nacional La Tigra de Honduras, el agua satisface la demanda del 40 por ciento de Tegucigalpa. Además de otras capitales como Quito, Ciudad de México o Dodoma que también consumen agua de bosques húmedos.
El informe de la ONU también alerta sobre la tala de los bosques para crear granjas, los incendios forestales, la construcción de carreteras y la introducción de especies de otras regiones del mundo, como amenazas para estos bosques. Además otra nefasta consecuencia de la desaparición de los bosques sería que con ellos también desaparecerían muchas especies de mamíferos, aves y anfibios.
En la zonas ecuatorial y subecuatorial de América Latina, África y Asia estos bosques representan el 2,5 por ciento (400.000 kilómetros cuadrados) de los bosques tropicales de todo el mundo, pero benefician a muchos otros países.
El informe se sacó a la luz el día que comenzó la séptima conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), organizada por la ONU. Al inaugurar la reunión, Klaus Toepfer, jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dijo que los esfuerzos para frenar la desaparición de especies deben ir de la mano con el combate a la pobreza.