Se entregan las primeras 20 viviendas bioclimáticas en Extremadura

Aprovechan las condiciones climáticas y los recursos naturales, en especial la energía solar, para minimizar el consumo energético
Por EROSKI Consumer 9 de marzo de 2004

La Junta de Extremadura entregó ayer las primeras 20 viviendas bioclimáticas, es decir que son energéticamente autónomas, en un pueblo de Badajoz, Talavera de la Real. La consejera extremeña de Fomento, María Antonia Trujillo, que fue quien entregó las llaves de las casas, aseguró que próximamente se darán otras 10 en otro pueblo extremeño, Zalamea de la Serena, y que también se están construyendo en la localidad de Burguillos del Cerro.

Las nuevas casas se están construyendo siguiendo un modelo de «arquitectura bioclimática», es decir, aprovechando las condiciones climáticas y los recursos naturales, en especial la energía solar, para minimizar el consumo energético de una vivienda.

Entorno climático

Para construir una vivienda de este tipo, lo primero que hay que tener en cuenta es el entorno climático, que hace referencia al emplazamiento de la vivienda. Si está situada cerca del mar, ya que éste hace de regulador térmico, eleva el nivel de humedad y crea regímenes especiales de vientos, denominados brisas marinas, y de tierra. Los lugares más elevados están ventilados, reciben más radiación solar y tienen menos humedad que los valles y depresiones.

Asimismo hay que fijarse en la forma del edificio en relación a la superficie de la vivienda y al volumen del edificio, que está directamente relacionado con la capacidad para almacenar energía. Es importante también la orientación, ya que ésta determina la exposición del edificio al Sol y a los vientos.

También es relevante en una vivienda bioclimática el hecho de disponer de un sistema de agua caliente solar que calienta agua sólo con la energía proveniente del Sol y sin consumir gas o electricidad. Un calentador solar de agua consta principalmente de tres partes: el colector solar plano, que se encarga de capturar la energía del Sol y transferirla al agua; el termotanque, donde se almacena el agua caliente, y el sistema de tuberías por donde el agua circula.

Por último hay que tener en cuenta la inercia térmica, es decir, la capacidad que tiene la masa de un edificio de almacenar energía en forma de calor. Ésta puede ser liberada nuevamente al ambiente cuando la temperatura del entorno es menor a la temperatura de los materiales, así se consigue evitar las variaciones de temperatura dentro de la vivienda. Además no son menos importantes los cierres del edificio. Su principal función es preservar las condiciones interiores independientemente de las exteriores. Una de las maneras de conseguirlo es disminuyendo el intercambio de calor entre el interior y el exterior de forma que los muros ejerzan una función de aislamiento térmico.

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