La revista «Nature» publica hoy un estudio que revela que la velocidad de desarrollo y crecimiento del hombre de Neandertal («Homo neanderthalensis») era muy superior a la del «Homo sapiens». Esta diferencia, que vuelve a confirmar la distancia evolutiva existente entre las dos especies que convivieron en Europa durante más de 10.000 años, podría ser una de las razones que llevó a la rápida extinción del «Homo neanderthalensis» tras la llegada al continente europeo de los primeros representantes de nuestra propia especie, hace cerca de 40.000 años.
Según el estudio, que se basa en el tiempo de desarrollo dental de varias especies de homínidos, los jóvenes neandertales se «convertían en hombres» con mayor rapidez que los sapiens. A esa conclusión han llegado los investigadores José María Bermúdez de Castro, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y co-director de los yacimientos de Atapuerca, y Fernando Ramírez-Rozzi, del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), en Francia.
«Según su desarrollo dental, los jóvenes neandertales podían considerarse adultos a los 15 años, mucho antes que el «Homo sapiens», que terminaba su crecimiento a los 18″, asegura Bermúdez de Castro. Para su investigación, los dos expertos han analizado las pautas de crecimiento de ocho dientes de «Homo antecessor» (que vivió en Atapuerca hace 850.000 años y que es un ancestro común de neandertales y sapiens); 106 dientes de «Homo heidelbergensis» (Atapuerca, hace 350.000 años, precursor de los neandertales); 146 dientes de «Homo neanderthalensis» y 100 de «Homo sapiens».
Mientras que antecessor y heidelbergensis se aproximaban a la biología del desarrollo del sapiens, es decir, la nuestra, los neandertales mostraban un ritmo de crecimiento mucho más rápido, cercano al de los gorilas y chimpancés. «Un desarrollo más largo -opina Bermúdez de Castro- puede implicar un cerebro más complejo y, por lo tanto, una ventaja evolutiva. El crecimiento más rápido de los neandertales pudo ser una desventaja que aceleró su extinción».
Desarrollo similar
Hasta los años 70, los científicos estaban convencidos de que la duración del crecimiento y el modelo de desarrollo era similar en todos los homínidos. Es decir, australopitecos, parántropos y todas las especies del género «Homo» habrían tenido un crecimiento y desarrollo similares a los de nuestra especie. Para llegar a esta conclusión, los paleoantropólogos utilizaron la información que procedía de las investigaciones sobre el patrón de desarrollo de los dientes de especies como el «Australopithecus africanus» y «Paranthropus robustus» de yacimientos de Sudáfrica que, aparentemente, era similar al del «Homo sapiens».
Sin embargo, investigaciones más recientes demostraron que los representantes más primitivos del género tenían, en realidad, un crecimiento y desarrollo similar al de gorilas y chimpancés. «A partir de entonces -explica Bermúdez de Castro- numerosos paleoantropólogos se han dedicado a averiguar cuándo y de qué manera aparecieron en el linaje de los homínidos los rasgos biológicos que definen el crecimiento y desarrollo de nuestra especie». Y la respuesta parecía apuntar a hace un millón de años, cuando la capacidad craneal de los humanos superó los 1.000 centímetros cúbicos.
Ahora, Bermúdez de Castro y Ramírez-Rozzi, que han contado para su trabajo con el catálogo de fósiles de los yacimientos de Atapuerca, se han dado cuenta de que el crecimiento y desarrollo somáticos de nuestra especie son probablemente únicos entre todos los homínidos.