La Organización Mundial del Turismo (OMT) está convencida de que unificar las categorías hoteleras en el mundo será beneficioso para el sector y los usuarios. La Conferencia Mundial sobre Nuevas Tecnologías y Medidas en el Sector Hotelero, organizada conjuntamente por la OMT y la International Hotel and Restaurant Association (IHRA), celebrada en Rusia, propuso la necesidad de iniciar de forma sistemática la clasificación de hoteles a escala mundial, con miras a conciliar las demandas y las preocupaciones legítimas de los consumidores y del sector con las obligaciones de las administraciones públicas.
En esta conferencia, en la que han participado 210 expertos de 22 países del mundo, se constató que una noción internacional común de las categorías hoteleras podría ayudar en las negociaciones comerciales multilaterales. Los delegados asistentes a este evento consideraron que la OMT y la IHRA, miembro afiliado a este organismo, deberían idear una metodología y unos instrumentos para establecer unos sistemas de clasificación que pudieran recomendarse a los diferentes países.
Marco de referencia
En este evento se sacó a relucir un estudio de la OMT que advierte de que existen «distintas situaciones en el mundo y que, aunque los consumidores buscan la transparencia y la protección de su derecho a una información veraz que las clasificaciones deberían promover, el sector requiere un marco de referencia que garantice la competencia justa, una aspiración que estas categorías no deberían empañar».
En este sentido, la representante rusa en el debate de las clasificaciones hoteleras, Margarita Nemolyaeva, afirmó que la actual falta de coherencia entre la variedad de categorías de hoteles que existen en el plano nacional «genera quejas en Rusia entre los consumidores». En este sentido, consideró que era «urgente» encontrar un referente sólido, objetivo y universalmente aceptable en esa esfera.
Eso sí, los responsables de la OMT señalaron que el objetivo no es imponer o adoptar un sistema internacional de clasificación hotelera, aunque sí consideraron que un documento como el de las conclusiones de este evento podría constituir una «medida sensata, diseñada por los propios agentes interesados, para tratar la naturaleza compleja del turismo y las demandas de los consumidores y del sector».
Asimismo, sugirieron que en los distintos países podrían utilizarse voluntariamente nuevos referentes sobre la clasificación hotelera, en los que se podrían tener en cuenta las prácticas y condiciones locales.
Medidas reguladoras
La Conferencia instó a las autoridades nacionales y locales a que cooperen estrechamente para avanzar en este asunto. El presidente de la OMT, Francesco Frangialli, señaló que los gobiernos tienen que revisar y actualizar las medidas reguladoras y los incentivos para promover inversiones en el sector, habida cuenta de la liberalización en marcha y de las expectativas de que dichas inversiones contribuyan al desarrollo sostenible y a la atenuación de la pobreza, y satisfagan la demanda de los consumidores de unos servicios competitivos, seguros y de calidad.
En este sentido, los expertos argumentaron que en la actualidad los enfoques en materia de clasificación hotelera hunden sus raíces en las diversas tradiciones culturales y administrativas. Algunos de ellos están inspirados en el Derecho Romano, que estipula la intervención del Estado y la existencia de una catalogación pública destinada a informar y proteger al consumidor. Sobre este aspecto, recordaron que en el caso de España este sistema público está cada vez más descentralizado en favor de las comunidades autónomas.
Además, estudiaron modelos más extendidos en los países anglosajones y nórdicos, que garantizan la protección del cliente a través de la justicia. En el Reino Unido existen unos mecanismos de certificación voluntaria.