La desgravación fiscal por adquisición de vivienda permite a los compradores acceder a pisos entre un 15% y un 22% más caros en comparación con una situación en la que no pudieran contar con estas deducciones, según un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
Este informe, realizado por el profesor de la Universidad de Málaga José Manuel Domínguez, subraya que estos incentivos pueden llegar a suponer una «ayuda relevante» para el comprador de vivienda, y tienden a hacer más atractiva la opción de propiedad frente al alquiler, al permitir afrontar un préstamo hipotecario más alto que en el caso de no aplicarse la deducción.
Aunque los beneficios obtenidos por los contribuyentes a raíz de la deducción por adquisición de vivienda dependen de distintas variables, tales como el importe del préstamo, el plazo, el ritmo de amortización y el tipo de interés, el informe afirma que dicho incentivo ejerce un «considerable impacto favorable» para el adquiriente, que ve reducido en torno a 2 puntos porcentuales el tipo de interés satisfecho por la financiación hipotecaria obtenida.
De esta forma, una persona que compre una vivienda con un precio de 142.857 euros, con un préstamo hipotecario de 100.000 euros a 20 años y un interés del 5%, si no existiera la deducción por IRPF, sólo podría acceder a una vivienda con un precio de 120.301 euros (22.556 euros menos) y con una hipoteca de 84.211 euros (15.789 euros menos).
El cómputo neto de los impuestos satisfechos por la adquisición y la financiación de la vivienda y la deducción disfrutada arroja una cifra negativa, lo que es indicativo, según el informe, de que el comprador recibe un «subsidio efectivo» del 4% sobre el precio de la vivienda, sin considerar la carga tributaria acumulada a lo largo del proceso de promoción inmobiliaria. Además, la inclusión de las cuotas tributarias asociadas al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) durante la vida del préstamo, sitúa la carga tributaria neta por encima del 5%.