La nueva antena de la estación espacial de Cebreros (Ávila), cuyos primeros movimientos se produjeron ayer, iniciará su trabajo con el seguimiento de la misión «Venus Express» en septiembre de 2005. Con un disco de 35 metros de diámetro y 120 toneladas, es la segunda antena de espacio profundo de la Agencia Espacial Europea (ESA) que se instala en el mundo, después de la de New Norcia (Australia). La tercera y última se ubicará entre Canadá y Chile.
La misión principal de estas instalaciones es seguir y controlar las misiones a otros mundos, a más de 200 millones de kilómetros de la Tierra. La antena de New Norcia empezó a funcionar en noviembre de 2002, y desde junio de 2003 ofrece soporte diario a la nave «Mars Express».
La elección de Cebreros, al sureste de la provincia de Ávila y a 90 kilómetros de Madrid, obedece a que la estación debe estar situada a 120 grados al este o al oeste de New Norcia, para complementar la visibilidad y cobertura que proporciona esa antena gemela, y a su situación cercana al Centro Europeo de Astronomía Espacial de Villafranca de Castillo, en Madrid. Hacen falta tres antenas de este tipo repartidas por el globo para garantizar que se cubre todo el cielo siempre e impedir que la rotación del planeta haga que se pierda el rastro de alguna misión espacial. Estas estaciones de la ESA se controlan desde Darmstadt, en Frankfurt (Alemania).
La construcción del complejo de Ávila obedece a que la ESA «deseaba contar con sus propias estaciones para contactar con sus próximas misiones planetarias, ya que hasta el momento utilizaba las de la NASA», explicó ayer Vicente Gómez, director del Centro Europeo de Astronomía Espacial. Después de la «Venus Express», el centro de Cebreros controlará la misión «Smart-2», en noviembre de 2007, que centrará sus trabajos en la Luna; la «Gaia», en 2010, y la «Bepi Colombo», en 2012 y dirigida a Mercurio.
La nueva antena ha sido levantada sobre la estación que la Agencia Espacial de EE.UU. (NASA) utilizó en las décadas de 1960 y 1970, en plena carrera espacial, y que en 1986 siguió a la sonda «Giotto», cuyo objetivo fue el cometa «Halley». Después, la NASA trasladó todos sus equipos de seguimiento del espacio profundo en España a Robledo de Chavela (Madrid).