La empresa Ford se ha visto obligada a llamar a revisión 3,8 millones de vehículos por temor a que un defecto en un interruptor cause recalentamientos y provoque un incendio en el habitáculo del motor.
También Toyota, el segundo fabricante mundial de automóviles, anunció la llamada a revisión de casi un millón de vehículos (fundamentalmente camionetas _pickup_ y SUV) en Estados Unidos por un defecto que puede causar la pérdida de control. En el caso de Toyota los vehículos corresponden a modelos de los años 1989 a 1996, entre ellos el 4Runner SUV y los _pickup_ T-100.
Respecto a Ford, los vehículos llamados a revisión son modelos de los años 1994 a 2002 y en ellos se incluyen algunos de los más populares de la marca, como la camioneta _pickup_ Ford F-150 y los SUV Ford Expedition, Lincoln Navigator y Ford Bronco.
El fallo en los vehículos de Ford se localiza en el freno. Así, un fluido del freno puede gotear a través del interruptor de desactivación del sistema de control de velocidad y caer sobre componentes del sistema eléctrico, con la posibilidad de corroerlos. Esta corrosión conduciría en algunos casos a un aumento de la resistencia eléctrica, el recalentamiento y finalmente un incendio en el interruptor.
De momento, centenares de propietarios de vehículos de los modelos afectados han presentado quejas a la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA) por incendios provocados por este defecto. La agencia federal -encargada de garantizar la seguridad del transporte vial en el país- estaba investigando el problema desde enero.
Hasta el momento se han producido numerosas demandas judiciales en las que se asegura que el defecto ha causado incendios no sólo en los vehículos afectados sino también en edificios como garajes y viviendas adyacentes. Desde Ford se ha señalado que no hay pruebas que vinculen el problema con los incendios.
Al menos tres de esas demandas incluyen en la acusación que el defecto causó muertes. Ford tiene previsto colocar un arnés entre el interruptor y el mecanismo de control de velocidad de los vehículos afectados para cancelar la electricidad en el interruptor.