Los aficionados a la astronomía tienen una cita que no pueden perderse el próximo domingo a las 3:19 horas GMT. En ese momento la Tierra y Marte se colocarán a «sólo» 69 millones de kilómetros de distancia. El último encuentro entre ambos planetas se produjo en agosto de 2003, cuando se situaron a 56 millones de kilómetros, la distancia más cercana de los últimos 60.000 años.
Si las nubes y alguna tormenta marciana de arena y polvo no lo impiden, en la madrugada del día 30 los amantes de los astros podrán ver, con la ayuda de un telescopio, cómo Marte se asemeja a una brillante bola rojiza de mayor tamaño al habitual por su proximidad con la Tierra. Este resplandor inusual en el planeta rojo ya se está observando en los últimos días.
El encuentro de ambos planetas, que se produce aproximadamente cada dos años, no es más que un mecanismo orbital, con la particularidad de que esta vez formarán una «oposición», es decir, una línea recta junto con el Sol. Siempre que las condiciones lo permitan, los observadores podrán ver detalles de la superficie de Marte según vayan pasando las horas y el planeta gire 24,6 horas, hasta completar el día marciano.
Algunas particularidades que podrían contemplarse son manchas correspondientes al casquete de hielo que se derrite en el polo sur -en Marte ahora es verano- o tonalidades más brillantes vinculadas con desiertos cubiertos de polvo fino.