Las muestras de hielo más antiguas que han sido estudiadas hasta hace poco por lo científicos correspondían a hace 390.000 años. Sin embargo, según recogen dos artículos publicados en «Science», es posible conseguir que ese registro alcance más de 200.000 años adicionales. Las muestras a las que se refieren estos trabajos fueron obtenidas a 3.270 metros de profundidad, lo que hará posible medir la composición de la atmósfera durante los 650.000 años últimos.
Los científicos del proyecto EPICA, que aplican este método en la Antártida desde el año 1996, han descubierto que los niveles atmosféricos de dióxido de carbono son hoy hasta un 27% más elevados que los más altos registrados durante los últimos 650.000 años. Ese hallazgo pone en evidencia que la concentración de éste y de otros gases ha aumentado más rápidamente de lo previsto por influencia del ser humano.
El periodo adicional de 200.000 años, en la práctica equivalentes a dos eras glaciales completas, permitirá a los científicos calibrar las diferencias «naturales» de esta clase de gases en periodos fríos y cálidos de la historia de la Tierra. Ello permitirá a su vez comprender mejor cuál es la influencia del hombre sobre el medio ambiente.